Con 137 años de historia, los suplementeros celebraron por segundo año el día nacional de este oficio que tanto ha contribuido a la vida de los chilenos. En ese contexto, el Archivo Central Andrés Bello de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile participó de distintas iniciativas que buscan dar reconocimiento y valor a este trabajo, cuyo objetivo principal en la actualidad es no caer en el olvido. Una de ellas fue la presentación de la reedición de la novela del siglo XX “Diablofuerte (Historia de un suplementero)”, organizada en conjunto por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), Ediciones Lastarria y el Archivo.
La mesa de presentación del libro estuvo compuesta por Alejandra Araya, historiadora y Directora del Archivo, Ricardo Loebell, investigador y responsable del prólogo de esta reedición, y Pedro Pablo Guerrero, director de Ediciones Lastarria y encargado de abrir esta cita.
“No tuve dudas de que este libro se adelantaba a su tiempo, mejor dicho, que ponía los fundamentos en una tradición”, expresó Guerrero respecto a la novela de José Luis Fermandois, la cual data de 1905 y cuyas primeras apariciones fueron en folletines que circularon en diarios como El Popular y El Chileno.
Por su parte, la Directora del Archivo se refirió al aporte de reeditar un texto que reconstruye los inicios del oficio de los suplementeros en Chile: “Lo más importante es rescatar la historia de los sujetos populares, pero no sólo eso, sino que darles la dignidad, darles el lugar que corresponde en la narrativa y la historiografía chilena. En ese sentido es importante re-actualizar un texto que los pone en primer lugar y que permite tomar temas no resueltos, tanto de las teorías sociales respecto a los sectores populares como la propia historia”.
Suplementeros, la importancia de ser reconocidos
A la presentación llegaron suplementeros y suplementeras miembros de la Confederación Nacional de Suplementeros de Chile (Conasuch).
Ana González, repartidora de diarios hace más de 30 años en Arica y actualmente dirigenta de Conasuch, dio cuenta de lo que hay detrás de uno de los oficios más antiguos. “Este es un trabajo de mucho esfuerzo y de mucho sacrificio, donde las jornadas empiezan a las cuatro o cinco de la mañana y terminan alrededor de las diez de la noche”.
Respecto a este mismo sacrificio, Luis Raúl Díaz, “nieto e hijo de suplementero”, da cuenta del valor que tiene para el gremio avanzar en su visibilización. “Es importante porque es un paso que nosotros estamos dando hacia el reconocimiento del Estado al aporte que hemos sido a la historia de este país. Los suplementeros no hemos estado aparte del quehacer nacional y hoy día estamos pidiendo que se nos devuelva la mano, ser reconocidos”, dice Díaz, también dirigente de Conasuch.
En ese sentido, la Directora del Archivo resaltó que la iniciativa de visibilizar este oficio surgiera de los mismos suplementeros y suplementeras. “Esto surge de ellos, de su propia consciencia de estar un poco en extinción, tanto ellos como su trabajo. Entonces la propuesta que está haciendo el Consejo de que los kioscos y ellos sean agentes de fomento lector me parece muy importante. Y es fundamental que se hagan presente, porque es por ellos que el Consejo de la Cultura acoge la idea de celebrar el Día del Suplementero”.
Actualmente Conasuch se encuentra recolectando firmas para hacer de los suplementeros “tesoros humanos vivos”.
Muestra fotográfica con material del Archivo
El Archivo Central Andrés Bello también fue parte de otra actividad organizada por el CNCA en torno al Día Nacional del Suplementero, a la que contribuyó tanto con material fotográfico como documental en la exhibición que busca dar a conocer el rol histórico de este oficio. “Si bien todos los días vemos a los suplementeros, los jóvenes no saben lo que significa ser uno, de dónde vienen, por qué son importantes”, explica Mariela Leiva, Encargada Regional de Patrimonio Cultural del Consejo, respecto al valor de la muestra que está actualmente disponible en la Intendencia de Santiago.
Tanto el CNCA como el Archivo Central Andrés Bello destacaron el trabajo colaborativo que se desarrolló entre las distintas instituciones. “Fue algo bien significativo y bien inédito que se hayan juntado tantas organizaciones a trabajar de manera colaborativa para poder buscar en las colecciones cierta documentación que pudiera visibilizar este oficio tan importante y que es muy desconocido hoy día”, indicó Leiva.