La teoría de la carga cognitiva está dentro del área de la psicología cognitiva, fue formulada hace más de 30 años y establece que nuestra capacidad de procesar información es limitada. Esto, debido a la memoria de trabajo, aquella memoria de corto plazo que nos permite integrar información nueva con los conocimientos previos y, por lo tanto, aprender. Al igual que un computador, la memoria de trabajo tiene límites de capacidad: es capaz de procesar aproximadamente un máximo de 5 conceptos nuevos y retener la información por menos de 20 segundos, tras los cuales, otra información interfiere y hace olvidar la información previa.
Este proceso de aprendizaje puede volverse aún más complejo frente a las dificultades que para muchos y muchas presenta la educación remota o híbrida, una modalidad de enseñanza que ha sido la opción frente a las restricciones impuestas por la pandemia. Frente a esta irrupción de las tecnologías y la comunicación a distancia en la enseñanza - aprendizaje, investigadores de las teorías de la carga cognitiva y del aprendizaje multimedia han identificado varias estrategias para optimizar los materiales didácticos en estos entornos.
Este fue el foco de un artículo publicado en la revista Educational Psychology Review por investigadores del CIAE de la Universidad de Chile; del Departamento de Psicología, Educación y Estudios Infantiles de la Universidad Erasmus Rotterdam de Holanda; y del Departamento de Psicología Educacional de la Universidad de Georgia, EE.UU, quienes plantean cinco estrategias o soluciones en el aprendizaje multimedia. “Usualmente dichas estrategias están pensadas para que el docente optimice su enseñanza. En este artículo, revisamos estas estrategias pensando en cómo pueden ser aplicadas por los y las estudiantes”, explica Juan Cristóbal Castro, investigador del CIAE y uno de los autores del estudio.
El principio multimedia
Cuando la información se presenta solo en textos, requiere usar la limitada capacidad de memoria de trabajo para organizar las ideas e integrarla con los conocimientos previos, formando un modelo mental. “Los modelos mentales son representaciones representativas que se supone que contienen una estructura visual-espacial análoga a las ideas presentadas en el texto”, explican los autores en el artículo. Entonces, cuando se usa solo texto, especialmente para describir procesos, esto requiere trasladarlo a un modelo mental, lo que suele ser muy demandante desde el punto de vista cognitivo. Por eso, se recomienda usar visualizaciones o imágenes para complementar textos y así facilitar la comprensión de éstos.
“En el caso de los estudiantes, la recomendación sería que cuando lean un texto, trasladen a imágenes los puntos principales, mediante esquemas, mapa conceptual, etcétera”, explica Castro.
¿Qué características deben tener esas imágenes? Ahí entran a operar los otros 4 principios de la carga cognitiva.
Efecto de atención dividida
Este principio explica que, en general, si los textos están separados de la imagen, la atención debe ir entre la imagen y el texto, lo que supone un desgaste para la memoria de trabajo. “Entonces, la recomendación es mostrar textos contiguos o integrados con visualizaciones. Para el o la estudiante: tener el texto y colocarlo dentro de las imágenes. Hacer un dibujo y agregarle textos”, dice Castro.
Efecto de redundancia
¿Es mejor aquella información que se repite o refuerza de distintas maneras? A eso se refiere el principio de redundancia, y tiene que ver con eliminar toda la información no esencial para el aprendizaje. “De acuerdo con la teoría de la carga cognitiva, la información redundante crea un exceso de carga porque interfiere con el procesamiento de la información esencial”, señala el artículo.
“La recomendación, en este sentido, a los profesores es que no hablen de más o no den anécdotas, porque los estudiantes suelen recordar más la anécdota que la información central. Si se usa un texto dentro de la imagen, no repetir el texto en la leyenda, por ejemplo”, dice Castro. Aunque aclara que esto también depende del nivel de conocimiento y edad de los estudiantes. “Mientras más avanzados los alumnos -o mayor nivel de conocimiento previo tengan- más concesiones se pueden hacer, porque ya tienen ciertos conceptos incorporados en su memoria de trabajo”, añade.
Principio de señalización
Como se dijo anteriormente, el exceso de información puede hacer que el o la estudiante tenga que destinar recursos cognitivos a procesar y distinguir la información relevante de la no importante. Ahí entonces entra el principio de señalización: “Este principio se refiere a dar una pista o señal de información de qué es la información esencial y permite distinguir lo importante de lo no esencial para incorporar solo eso a la memoria de trabajo”, explica Castro. En otras palabras, se refiere a subrayar, usar códigos de colores para diferenciar distintos tipos de información esencial, etc. Un estudio mostró que en clases donde se enseñaron los ciclos de las rocas, los y las estudiantes a quienes se les mostraron imágenes estáticas con flechas rojas fueron más rápidos y rápidas para aprender sobre el tema.
Efecto de información transitoria
Los videos o imágenes con demasiada información o con datos que pasan muy rápido también suponen una sobrecarga para la memoria de trabajo, dice el estudio. “No siempre es recomendable usar animaciones o videos para todo. Si éstos contienen mucha información, el estudiante se va a confundir”, explica Castro. Por ejemplo, si queremos enseñar cómo opera un piano, un video sobre el tema tendrá demasiada información. La recomendación entonces es dividir el proceso en partes. “Si tenemos un video demasiado largo, entonces el consejo para los y las estudiantes es hacer pausas, e ir avanzando y retrocediendo”, añade el investigador del CIAE.
¿Cuándo un video es demasiado largo? “La variable más importante siempre es el nivel de conocimiento de los alumnos y su edad: si ellos ya saben de la fotosíntesis, tienen información incorporada a su memoria de trabajo, por lo que no destinarán recursos cognitivos a incorporar lo más básico sobre el tema. También depende de la edad del estudiante y de la cantidad de información nueva que se transmita”, aclara Castro.
Sintetizando todos estos principios, y pensando en clases sincrónicas por Zoom u otra plataforma, el investigador recomienda: “Que el profesor no se dedique solo a hablar o a compartir solo textos, sino que comparta también imágenes. Que, si comparte imágenes, estas vayan acompañadas de textos dentro o cerca. Que elimine textos o imágenes de adorno. Que no repita la información en distintos formatos. Que señalice y muestre materiales. Que no hable tanto, sino que vaya haciendo pausas, recreos y que no de información nueva en tan poco tiempo, máximo 3 conceptos nuevos en un pantallazo”.
Puede revisar el artículo completo acá