Disponible desde mayo:

La armonía según Carlos Botto es el nuevo libro del profesor Claudio Acevedo

La armonía según Carlos Botto es el nuevo libro del profesor Acevedo

A veinte años de la muerte de su maestro, el profesor Claudio Acevedo edita este texto que reúne la metodología de enseñanza de Carlos Botto.

“Si le fallas una vez a Carlos Botto estás liquidado” le dijo un alumno más antiguo a Claudio Acevedo en 1987, cuando tomó la asignatura de armonía superior con el destacado compositor y pianista chileno, Premio Nacional de Artes Musicales en 1996. 

Pese a la “amenaza” el actual académico del DMUS salió más que airoso, a tal punto que maestro y discípulo cultivaron una amistad por largo tiempo y que desembocó, a 20 años de la muerte del profesor, en la publicación del libro Manuscritos con historia, Carlos Botto y la enseñanza de la armonía, que Acevedo lanzará el martes 16 de mayo a las 19.30 horas en el auditorio Cirilo Vila (sala 504) del edificio Alfonso Letelier Llona de la Facultad de Artes (Compañía 1264). 

“Finalmente no era el monstruo que nos pintaron pero sí era muy exigente”, recuerda el autor del texto. “Siempre me llamó la atención lo ordenado que era con su material y lo musical de sus clases, por ejemplo en el numeroso trabajo de ejercitación de armonía al piano, así que entre lo que me motivó su manera de enseñar y el susto que tenía me volví un muy buen alumno”, agrega. 

Fue tanto su interés por sus enseñanzas que por años permanecieron en sus archivos todas las fotocopias que el maestro entregaba en cada clase. Por eso, cuando Botto murió en 2004, “pensé que se iba a perder su manera de enseñar la asignatura, salvo lo que se transmitiría oralmente entre quienes nos vemos como sus discípulos. Mucho tiempo después, en 2018, decidí postular a un fondo interno del Departamento de Música para hacer un texto con todo este material y, una vez que lo obtuve, recibí aportes de otros colegas que también tenían apuntes de don Carlos, como Soledad Morales y Jean Pierre Karich”, explica Acevedo. 

Reunido todo el material venía una parte no menor. “Eran documentos escritos de su puño y letra, las partituras se dibujaban con regla, así que digitalizar todo eso fue mucho trabajo, lo que quedó en manos de la copista Ingrid Santelices, una parte la hice yo y otra mi hijo Felipe. El diseño, en tanto, quedó a cargo de mi hija Claudia”, dice, para agregar que “además de transcribir había que analizar, corregir y especialmente ordenar didácticamente, porque todos eran apuntes que no conformaban un método orgánico. Esa parte estuvo a mi cargo”.  

Así se llegó a la estructura de cinco capítulos, tres de armonía a dos, tres y cuatro voces, y dos previos sobre el origen y evolución de la cadencia y uno sobre la armonía modal, además de un texto a modo de presentación a cargo del profesor Luis Merino Montero. 

Da la idea que es un libro pensado para gente que ya tiene conocimientos teóricos. 

Efectivamente está pensado para gente que sabe de teoría musical, que sabe solfear, que maneja el lenguaje. Me parece que es un texto útil porque no es tan usual que se enseñe la armonía a dos y tres voces, tradicionalmente se ha enseñado a cuatro. Está pensado para profesores, estudiantes y músicos que siempre están en constante perfeccionamiento.

¿Es un libro de armonía aplicable a música popular o más bien es de tradición escrita? 

Si bien el texto no tiene apellido responde a la enseñanza de la armonía más ‘tradicional’, ya que es el mundo al que adscribía don Carlos  y creo que es un buen punto de partida porque, para quien se dedica al jazz u otros ámbitos de la música popular, me parece aconsejable que pase primero por este modelo, que es donde se sentó la base de todo lo que vino después.Finalmente las reglas de la armonía que aún usamos son convenciones estilísticas de la Europa del siglo XVIII.  

¿Es un libro pensado para alguien que debe tener una tutela de un profesor o se puede tantear de manera más autónoma?

Las dos cosas, pero insisto en que el que trabaja solo tiene que saber música, no es para alguien principiante. Lo que sí me parece importante es que en este texto se puede trabajar cada capítulo de forma autónoma, puedes ver exclusivamente la armonía a dos o tres voces y saltarte lo demás. En ese sentido son capítulos que no están necesariamente encadenados y no tienen un orden de dificultad creciente, sin ir más lejos para mí es más difícil la armonía a tres voces que a cuatro y en armonía a dos voces puedes hacer una porquería o una maravilla según cómo trabajes los elementos. Al final es como la cocina: pocos ingredientes pueden dar lugar a algo fantástico y muchos puedes convertirlos en un estropicio.  

Usted ya hizo un libro sobre ejercicios de audición, otro sobre solfeo, ahora presenta uno de armonía. ¿Quizás le falta uno de análisis dentro de la vastedad de la teoría musical?

Me estás dando una buena idea. Este último tiempo he estado pensando sobre qué otro proyecto puedo hacer para seguir en la línea de investigación y en un momento pensé en trabajar nuevamente el solfeo pero desde otro punto. Sin embargo, creo que por mis años de enseñanza de música latinoamericana podría hacer un trabajo interesante sobre análisis con ese repertorio. Si piensas en la música de Inti Illimani u otro artista del género es muy inconveniente para solfear porque muchos estudiantes podrían cantar bien porque se saben las canciones, en cambio en análisis esos temas sí pueden dar origen a miradas muy interesantes, si se selecciona con lupa un repertorio exigente. 

¿Cómo se puede adquirir el libro?

Lo estoy editando de manera independiente (cacevedo@uchile.cl) en función de las solicitudes que me están llegando y en un tiempo más Editorial Nacional lo pondrá a la venta digitalmente. La verdad es que no me ha ido mal y me he dado cuenta que mi libro Método para la enseñanza del solfeo a primera vista, de 2011, me ha dado cierta visibilidad en este mundo, porque es un libro que se ha pirateado mucho, que está disponible en varios sitios de Internet y que se ocupa en varias universidades pese a que hicimos muy pocas copias. Se esparció solo y eso ha provocado que pasen cosas como que este nuevo libro me lo haya pedido un profesor de Huillinco que yo no conocía y que me contactó porque usaba el de solfeo en sus clases. Y sabes qué es lo más llamativo de todo, que no sabía quién era Carlos Botto.