Una movilización de estudiantes del Campus Juan Gómez Millas, principalmente de la Facultad de Ciencias Sociales, se desarrolló el pasado 22 de Mayo, quienes marcharon desde Casa Central de la Universidad de Chile hasta el Ministerio de Hacienda. En la instancia se entregó una carta, cuya principal demanda fue acabar con el Crédito con Aval del Estado (CAE). Para analizar estos temas, se realizó el conversatorio triestamental "Y va CAEr. Conversatorio triestamental sobre el financiamiento de la educación pública en Chile".
El encuentro moderado por el periodista de la facultad, Simón Torres, contó con la intervención de la Decana Teresa Matus, quien señaló la importancia de entender los espacios de participación como espacios de incidencia política. “Junto con la producción de conocimiento, estas son instancias formativas y de participación”, dijo.
Desde el Centro de Estudiantes en Ciencias Sociales (CECSo), hablaron de la movilización estudiantil desarrollada el pasado 22 de Mayo en la cual participaron junto a estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades y la de Comunicación e Imagen de la U. de Chile, apelando al gobierno por el aumento de la Beca de alimentación de Educación Superior (BAES), la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE), su término y un nuevo sistema de financiamiento, entre otras demandas.
Micaela Cristi del CECSo, recordó que el CAE es una demanda histórica y, lamentablemente, “es parte de las movilizaciones que mantenemos en 2023. Han pasado 10 años y ha sido difícil ver avances”. Relató que el lunes 22 de Mayo, entregaron una carta emplazando al presidente Gabriel Boric, el Ministerio de Hacienda y Ministerio de Educación para dar soluciones a estudiantes y familias del país. Por su parte, Diego Aracena, también integrante del CECSo, agregó que hay un grupo importante de estudiantes abandonados por el Estado, que no acceden a becas o a la gratuidad, y que están obligados a endeudarse para poder estudiar en la educación superior.
La académica Lorena Pérez, académica del Depto. De Trabajo Social, se refirió al endeudamiento problemático. Previo al CAE, existía el crédito CORFO con una tasa del 8 por ciento. En su investigación ha observado cómo el endeudamiento precariza las condiciones socioeconómicas de los estudiantes, cuyas mayores dificultades de pago se concentran en jóvenes profesionales desde los 25 años.
Además, en muchos casos tienen personas que dependen económicamente de ellos(as) como hijos(as) o madres/padres. “Es gente que tiene la deuda todo el día en la cabeza y eso va limitando y coartando mucho sus proyectos de vida”, añadió Lorena Pérez.
Como parte de su investigación, entre 2011 y 2018 realizó entrevistas a personas con deuda educativa. Algunos de los hallazgos que llamó la atención al equipo, es que los(as) jóvenes pensaban –al momento de adquirir la deuda- que era una inversión que valía la pena y esta expectativa se vio defraudada. Estas personas están insertas en el mercado financiero pero que, a su vez, financian otros servicios como alimentación, entre otros con más deuda. “Otro elemento que aparece en nuestro Fondecyt actual es que no se visualizan a las personas ni sus cargas”, complementó.
El fenómeno social del endeudamiento educativo es una fractura social profunda que afecta las trayectorias vitales de una manera sustantiva, a juicio de la investigadora. La condonación del CAE, por lo tanto, es una nueva oportunidad para varias generaciones que cargan con esta deuda.
Carlos Ruiz, académico del Depto. de Sociología, subrayó que no se trata de pedir más Estado, como ha ocurrido en la práctica con la salud, por ejemplo, pues lo que hace ese aumento del gasto social es entregarlo a modo de subsidios a privados.
“Yo estudié con el crédito fiscal; el crédito estudiantil viene de mucho antes y esto se profundizó con gobiernos civiles”. Esto es un problema político y de correlación de fuerzas, recalcó. En la facultad hay muchos estudios sobre estos, recordó el sociólogo.
Como último punto inquirió: ¿qué es esto del aval? “La educación terciaria es una industria financiada por bancos”. Esto crea nuevas formas de desigualdad, nuevos conflictos y nuevos sujetos sociales. Esta es una lucha estudiantil por torcer una mano. Sobre el gasto social del Estado, “nos tenemos que replantear muy bien el rol del Estado (no repetir más Estado). Hoy no se puede plantear así y se tiene que reformular el carácter del Estado”, dijo Carlos Ruiz.
Por su parte, Gonzalo Durán, académico del Depto. de Trabajo Social, comentó que “lo que tenemos detrás es un negocio fabuloso para la banca. Se ha hecho un desembolso de recursos a instituciones bancarias y a instituciones privadas de educación superior”.
A partir de los estudios, aportes y análisis cuantitativos desarrollados en el marco de la Fundación Sol, entregó algunos datos: “En 5 años, la morosidad general del CAE pasó del 40.3% a 59.8% (…)”, donde los morosos tienen mayor prevalencia entre deudores desertores de la educación superior, y que principalmente han sido los centros de formación técnica y universidades privadas las que se han visto beneficiadas con el CAE, debido a que el Estado ha destinado recursos públicos millonarios al financiamiento de la demanda; contribuyendo a la privatización y mercantilización del sistema de educación superior.
Además de la correlación de fuerzas que señalaba Carlos Ruiz, “pienso que en los debates actuales no se plantea la educación como un derecho social. Es necesaria correlación de fuerzas pero hasta donde llegan las convicciones”.
Para el cierre de la actividad, tanto la Decana Matus como Vicedecano Christian Miranda, plantearon la necesidad que este tipo de debates se hagan de manera recurrente, participativa, en el marco de una agenda de reflexión triestamental de la Facultad de Ciencias Sociales, en que la Facultad asuma sus convicciones políticas desde la perspectiva de la movilización y no la de la paralización. Estudiantes que participaron en de la actividad, haciendo eco del llamado a la movilización participativa y triestamental, se suman a la idea de co-construir una agenda común de trabajo que convoque a la comunidad.