Museo Nacional de Historia Natural recibió sorprendente colección de fósiles

Museo Nacional de Historia Natural recibió colección de fósiles

Más de 30 muestras de fósiles de vertebrados fueron entregadas al Museo Nacional de Historia Natural para ser incorporados a la colección de esa institución. Los hallazgos fueron realizados por un equipo multidisciplinario integrado por investigadores del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), paleontólogos de museos y universidades de Estados Unidos, científicos franceses del IRD, y  del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago.

El acto fue presidido por Eliana Durán, Directora del Museo Nacional de Historia Natural; John Flynn, del American Museum of Natural History de Nueva York, y  Reynaldo Charrier, investigador y académico del Departamento de Geología de la FCFM.

Esta colaboración científica internacional, que se ha extendido por alrededor de 20 años, contempla el trabajo geológico de los investigadores de la FCFM, mientras que la preparación y el estudio de las muestras están en manos de paleontólogos norteamericanos.

 

Los fósiles que se entregaron al Museo Nacional de Historia Natural fueron encontrados en diferentes regiones de los Andes chilenos.

Los hallazgos

En esta primera etapa -de las muchas que vendrán en el futuro- se entregaron fósiles de mamíferos que vivieron durante un periodo de entre 40 y 15 millones de años atrás. Estos 30 especímenes de excelente conservación regresan a Chile luego de ser largamente preparados y detalladamente analizados por científicos norteamericanos, quienes han respaldado estos estudios con extensas publicaciones especializadas.

Los fósiles fueron encontrados en diferentes regiones de los Andes chilenos, desde el Altiplano de Arica, pasando por la cordillera central entre el río Aconcagua y la región de Lonquimay, hasta la Meseta Guadal, al sur del Lago General Carrera en la Región de Aysén. Según el investigador y académico del Departamento de Geología de la FCFM Reynaldo Charrier, a través de estos hallazgos "se avanza en el cumplimiento del acuerdo suscrito por este grupo de trabajo con el Consejo de Monumentos Nacionales; se asegura el adecuado retorno al país de los especímenes claves de las colecciones realizadas; se resguarda nuestro patrimonio, y se establecen bases claras para una fluida colaboración entre los científicos de ambos países (chilenos y norteamericanos)".

La mayoría de los fósiles que se han encontrado son especies nuevas, entre ellos el roedor más antiguo que se conoce en Sudamérica y los restos del mono antiguo en mejor estado de conservación de la región.

La óptima preservación de estos hallazgos de gran valor e impacto científico y que permiten un estudio muy detallado de sus características, posibilitan la reconstrucción de la fauna y las condiciones ambientales de ese momento en nuestro país, lo que no sólo trae repercusiones desde el punto de vista paleontológico, sino también geológico.

Por ejemplo, los fósiles hallados en la localidad de Termas del Flaco, en el valle de Tinguiririca, pertenecen a un momento de la historia geológica, de aproximadamente dos millones de años al inicio de la época denominada Oligoceno, del cual no se conocían restos de mamíferos en toda América de Sur. Estos constituyen el registro más antiguo conocido de una diversa comunidad de mamíferos dominada por una dentición hypsodonte, lo que pone en evidencia el desarrollo más antiguo (entre 15 a 20 millones de años más antiguo) conocido para la aparición de ambientes abiertos de pastizales y bosques.

La dentición hypsodonte se caracteriza por dientes de coronas altas que permiten a los animales alimentarse de pastos. Este periodo coincidió con el desarrollo, en la actual región cordillerana de Chile central, de una extensa cuenca que abarcó aproximadamente desde la región de Vallenar hasta Lonquimay. En este lugar se desarrolló un hábitat protegido, rico en agua y alimento, propicio para estas nuevas especies.

Para el investigador Reynaldo Charrier, la existencia de una cuenca en esa época y en esa región constituye también un descubrimiento de carácter geológico. "La cronología que señalaban los fósiles que se iban descubriendo y las conclusiones respecto del tipo de hábitat necesario para el desarrollo de esos mamíferos, cuestionaron los antiguos modelos geológicos. Estudios geológicos detallados realizados por este grupo, los que se integraron con resultados aportados por otros grupos en otros aspectos de la geología de cordillera, permitieron una rápida evolución de las ideas mostrando que el modelo adecuado es el de una cuenca, la Cuenca de Abanico, por el nombre de la formación geológica depositada en ella. Todo esto ha sido también motivo de numerosas publicaciones, pero éstas con un carácter netamente geológico", comentó.

Monumentos Nacionales

Los descubrimientos de estos fósiles vertebrados están sujetos a la Ley Nº 20.021 sobre Monumentos Nacionales, la que establece que son monumentos nacionales y quedan bajo la tuición y protección del Estado, los lugares, ruinas, construcciones u objetos de carácter histórico o artístico, así como los enterratorios o cementerios u otros restos de los aborígenes, y las piezas u objetos antropo-arqueológicos, paleontológicos o de formación natural, que existan bajo o sobre la superficie del territorio nacional o en la plataforma submarina de sus aguas jurisdiccionales, y cuya conservación interesa a la historia, al arte o a la ciencia.

Esta protección impide que los restos sean sacados del país, por lo que se estableció un convenio con el Consejo de Monumentos Nacionales que regula la salida de los fósiles para su estudio y posterior devolución. Cada pieza es clasificada por el Museo Nacional de Historia Natural para evitar la pérdida de estos valiosos vestigios culturales.