En el marco de proyecto Anillos de Facultad de Ciencias Sociales y de Filosofía y Humanidades

Centro Interdisciplinario de Estudios de Género realiza investigación sobre transmisión de saberes culinarios

CIEG realiza investigación sobre trasmisión de saberes culinarios
La antropóloga, Sonia Montecino lidera una investigación comparada de transmisión de saberes culinarios en Chile.
La antropóloga, Sonia Montecino lidera una investigación comparada de transmisión de saberes culinarios en Chile.
Uno de los objetivos de este estudio se relacionan con la transmisión oral y escrita de los secretos de cocina.
Uno de los objetivos de este estudio se relacionan con la transmisión oral y escrita de los secretos de cocina.
Las investigadoras del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género de FACSO son parte de un proyecto Anillos en Ciencias Sociales que aglutina distintos centros de investigación.
Las investigadoras del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género de FACSO son parte de un proyecto Anillos en Ciencias Sociales que aglutina distintos centros de investigación.

Hasta el 2011, las investigadoras del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género (CIEG) estarán dedicadas a  indagar sobre la continuidad y los cambios en la transmisión de saberes culinarios en el norte, centro y sur de Chile. Liderada por la antropóloga Sonia Montecino, la iniciativa es parte de un proyecto Anillo de Investigación en Ciencias Sociales, financiado por Conicyt, que articula investigaciones que ya se están realizando paralelamente en FACSO, la Facultad de Filosofía y Humanidades y otros centros de investigación especializados en la perspectiva de género.

Los estudios reunidos en este proyecto marco, se centran en tres dimensiones significativas de actividades de género: trabajo, cultura y derecho. Significativas, pues son precisamente estos ámbitos en donde los estudios demuestran que las mujeres se convierten en sujetos denegados y subalternos.

Intentando constituirse en una plataforma de intercambio y potenciación de la teoría del género tanto en las universidades como en la ciudadanía, unos de los objetivos principales de este Anillo en Ciencias Sociales es rearticular la producción de conocimientos en torno a los estudios de género; producción muchas veces disgregada y que ante la complejidad del fenómeno amerita abordarse desde diferentes perspectivas.

Es por esto que mientras el equipo del CIEG profundiza su trabajo en la antropología de la alimentación, los miembros del Centro de Estudios de Género y Cultura en América Latina de la Facultad de Filosofía, dirigidos por la académica Kemy Oyarzún, se preocupan de los aspectos psicosociales de trabajo y género tanto en el ámbito rural como en el urbano. Por último, en el ámbito jurídico, académicas de la Facultad de Derecho, abordan la relación del género y el derecho penal.

Son tres investigaciones principales las que comprenden este proyecto; “Aspectos Psicosociales de Trabajo y Género en los Ámbitos Rural y Urbano” (K. Oyarzún, Pilar Errázuriz y Sandra Fernández);  “Estudio comparativo de saberes culinarios en Chile” (Sonia Montecino, Michelle Saddler, Vivian May) y  “Estudio sobre Género y Derecho Penal” (Myrna Villegas y Patsili Toledo). Y aunque abordan el tema desde enfoques distintos, todas ellas abandonan la antigua concepción que ponía a las mujeres en posición de víctimas.

En este sentido, las investigaciones reunidas bajo el marco del Anillos privilegian el estudio de las situaciones concretas, situando las condiciones en donde se ejerce el propio saber y develando los mapas de relaciones en que los sujetos y las prácticas se insertan. Ya sea el estudio de los saberes culinarios, los aspectos psicosociales del trabajo o  la relación entre el género y el derecho penal,  todas  estas iniciativas privilegian el método de investigación protagónico, que se traduce en relatos orales, biográfico o de grupos.

También participan como organismos asociados la Universidad ARCIS, la ONG Centro de Desarrollo de Estudios de la Mujer (CEDEM) y la Universidad de Buenos Aires. Una de las apuestas de este proyecto es potenciar la asociatividad en torno a quienes han venido desarrollando aportes al conocimiento de género en los distintos ámbitos.

Transmisión de saberes culinarios

¿Cuáles son los principales cambios y continuidades en la transmisión de los saberes culinarios?, ¿cómo han mutado las técnicas y prácticas de preparación; el consumo y hasta el mismo significado de los alimentos?, ¿Es posible distinguir cocinas típicamente regionales en nuestro país? Esta son algunas de las preguntas que se planeta la investigación llevada a cabo por el Centro Interdisciplinarios de Estudio de Género del Departamento de Antropología de FACSO.

Pero estas interrogantes no son nuevas, ya se abordan en investigaciones Fondecyt anteriores, que son la base del proyecto actual, y que ya trabajó estos aspectos en las regiones de Arica, Iquique, Osorno y Valdivia.

Ampliándose ahora a la Región Metropolitana, los objetivos de este estudio se relacionan con la transmisión oral y escrita de los secretos de cocina, pero también pone atención a la construcción de lo doméstico en los medios de comunicación y en la educación formal. Así, se trabaja en determinar los platos emblemáticos de las familia: cuáles son, quién se los ha enseñado a quién y de qué forma.

Con esa información se construyen árboles genealógicos que registran el mapa de las relaciones tejidas  en torno a estos saberes. Las investigadoras también registran aspectos complementarios como tipos de tecnología empleada, es decir si se cocina a leña o a gas, y hasta los aliños utilizados.

En los proyectos Fondecyt realizados entre los años 2003 y 2008, la académica Sonia Montecino y su equipo del Centro de Estudios de Género, ya lograron identificar 40 genealogías en las  zonas de Arica e Iquique y Osorno y Valdivia.

Estos árboles genealógicos reúnen información de cinco generaciones, que se complementan con entrevistas semi estructuradas, entrevistas familiares (grupales) y observaciones en cada una de las ciudades seleccionadas. Por otro lado se han recopilado cuadernos de recetas y libros impresos utilizados por las mujeres. Toda esta información está aportando interesantes antecedentes sobre la continuidad y cambio, desde el punto de vista de género, de las prácticas culinarias regionales y de la transmisión de los platos emblemáticos de cada zona.

Al respecto, Sonia Montecino señala como que en la zona sur los sabores predilectos están relacionados con la carne, la papa y lo dulce, mientras que en el norte la comida típica es predominantemente salada y con uso de ají en todas las clases sociales. “Iquique y Arica con una tradición andina, recoge y está presente la cocina pre hispánica con el uso del rocoto y del picante en todas las clases sociales. Lo que pasa en el sur es que el mundo mapuche que es el que tiene lo picante, por lo que los sabores del ajo y del ají, quedaron arraigados a lo popular”  sostiene Montecino.

Otra tendencia que emergió de las investigaciones anteriores es que en el norte de Chile, si bien son mayoritariamente las mujeres las que transmiten los conocimientos culinarios, también tienen presencia los hombres, mientras que el sur de Chile esto es absolutamente femenino.

Para la académica del Departamento de Antropología, la preocupación por la cocina y por preparar cierto tipo de alimentos está vinculado a las llamadas “ideologías nutricionales”. Estas  indican  aquello que se debe comer y lo que no (en cierto momento histórico) y son precisamente las mujeres quienes catalizan, condensan y transmiten estos saberes, independientemente de si cumplen en su rol fuera o dentro de hogar.

Según los resultados arrojados tanto en el norte y Sur, como en la región Metropolitana, las mayores diferencias y similitudes en torno a los saberes culinarios, se dan por la pertenecía a cierta clase social: “Las mujeres de clase media y alta que trabajan remuneradamente tienen empleadas domésticas, entonces la transmisión se hace desde esa mujer a la empleada, para que ella cocine según los usos y costumbres de esas clases sociales(…) En las clases populares, en cambio, las mujeres cocinan en la mañana o en la noche, pero no se desligan del tema y buscan los platos fáciles, pero también los más económicos. De esta manera- prosigue Montecino- se estaría perdiendo un determinado número de recetas por un problema económico más que por tiempo”.

Por otra parte, la académica destaca que en el mundo de las clases altas y medias, la tendencia al momento de elegir qué comer guarda relación con la ideología del cuerpo delgado y sano. Este fenómeno ocurriría preferentemente en la capital, pero también se puede observar en las clases medias y altas en regiones.

Sociedad Civil y nuevas generaciones de investigadoras

En el contexto de dictaduras militares, el trabajo se género se hacía fundamentalmente a través de talleres. Las profesionales de las ciencias sociales de distintas ONGs e integrantes de distintos movimientos sociales,  trabajaron empoderando a mujeres de diversos sectores: “para ver cómo lográbamos construir relaciones de género igualitarias en las distintas clases sociales” señala la antropóloga Sonia Montecino.

Siguiendo con esta idea original, uno de los objetivos de este Anillos es que la perspectiva del género  se instale cada vez más en el mundo cotidiano. Por esto, se pretenden realizar variados diplomados de extensión dirigidos a funcionarias, trabajadoras, además de profesionales. Para ello, se planea trabajar en colaboración con la Mesa de Igualdad de Oportunidades de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y  con la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de Servicios de Salud (FEMPRUS). 

Aparte de formalizar y estrechar una red de trabajo académico y de retomar los vínculos con la sociedad civil, este proyecto Anillo pretende también hacer un enlace intergeneracional. Es por ello que en sus tres años de duración, lleva adelante un programa de formación de investigadores jóvenes como  profesionales asociadas de los proyectos específicos, o becando a tesistas de post grado, para que lleven adelante alguna de las dimensiones de la investigación general.

Al respecto, Sonia Montecino sostiene “El proyecto Anillo tiene algo que es muy interesante y que valoro mucho, que es la posibilidad de formar jóvenes en estas temáticas. La idea es que aprendan y tengan la experiencia de ser parte de un equipo de investigación, en la diversidad de funciones que implica investigar, y también en los pasos que uno tiene que dar para convertirse en una investigadora. La orgánica de Anillos formaliza este tipo de vínculos transgeneracional que deberían existir siempre en la docencia”.

Consolidación de un área de trabajo académico

Las y los jóvenes investigadores que están vinculados actualmente al proyecto Anillo en le CIEG, tomaron en su minuto la cátedra de pre grado de género, en donde Sonia Montecino comentó los resultados de las investigaciones que estaba llevando a cabo. Motivados por las temáticas, varios tomaron el Magíster de Género y Cultura mención Ciencias Sociales y ahora se encuentran desarrollando su tesis de post grado, trabajando algunas de las dimensiones de esta investigación.

Otros jóvenes se han incorporado mediante sus memorias de título. De este modo, el CIEG ha construido una línea de trabajo, que se transmite en la docencia de la teoría de género y alimentación, pero que también se lleva a la práctica a través de la incorporación de nuevos integrantes, lo que incrementa la masa crítica en esta línea de trabajo.

La obtención del proyecto Anillo significa para Sonia Montecino y el equipo del CIEG, aumentar la cobertura de la investigación permitiendo el trabajo en terreno en la Región Metropolitana y profundizando el trabajo ya realizado tanto en la zona norte como en el sur del país. Trabajar por tres años más el tema de los saberes culinarios les permitirá no sólo tener una investigación más amplia, si no también más profunda. Al terminar este proyecto, la investigadora Sonia Montecino cumplirá casi una década trabajando y aportando en esta temática dentro de la sociedad chilena.

Este proyecto Anillos en Ciencias tiene como meta desarrollar un programa de fortalecimiento y ampliación de los Estudios de Postgrado. Este contempla el diseño de un Doctorado interdisciplinario y Regional en Estudios de Género y Cultura cuyo claustro es multidisciplinar. Al respecto la académica Sonia Montecino sostiene: “Hace mucho tiempo  que venimos trabajando el proyecto de un doctorado (…) Hemos realizado un estudio acerca de los doctorados en género que hay en otros países y actualmente estamos viendo cuál sería un modelo pertinente para nuestra realidad”.

María José Martínez

Carolina Quiroga Bachur