Absolutamente comprometido con las Jornadas de Reflexión sobre Arte, Historia, Sociedad y Educación está el Decano de la Facultad de Artes, Prof. Pablo Oyarzún. Tanto así, que durante la realización de la primera de estas actividades, que se llevó a cabo el miércoles 14 de mayo en la sala de Conferencias del Museo de Arte Contemporáneo, no sólo ofició de presentador de los conferencistas, sino que además moderó la presentación de las conclusiones de los grupos de discusión que se conformaron ese día. Para él, esta iniciativa, que es el resultado del acuerdo al que se llegó el año pasado con los estudiantes de la sede Alfonso Letelier Llona para deponer la toma, son sumamente pertinentes en términos de avanzar en un proyecto de desarrollo académico al interior de la Facultad de Artes.
"Las preocupaciones centrales de ese movimiento estudiantil tenían que ver con las debilidades y déficits que se podían registrar en la Facultad de Artes. Entonces, su objetivo central era generar una discusión que no solamente examinara internamente los temas de la Facultad, sino que también expusiera temas nacionales: la significación que las artes debieran tener para el desarrollo cultural del país, el tipo de contribuciones que se pueden hacer desde el punto de vista de las artes en términos de políticas públicas atinentes a la cultura, por ejemplo, y todas las demás temáticas que fueron abordadas por los cuatro conferencistas (Mauricio Barría, Carlos Pérez Soto, Sergio Rojas y Jorge Morán) en el marco de ese primer ciclo de Jornadas de Reflexión", señala Pablo Oyarzun.
Además de ello, para el Decano de la Facultad de Artes, la importancia de esta actividad también radica en el hecho que estas Jornadas se desarrollan "en un contexto en que la Facultad está siendo convocada para ser parte de la Iniciativa Bicentenario, entonces, se transforma en una buena oportunidad para abordar los temas y problemas fundamentales que el mismo proyecto plantea y están formulados, justamente, como cuestiones que debieran ser abordadas tanto por las artes en particular, como por las artes en su relación con las demás áreas comprometidas en este proyecto. Desde ese punto de vista, también es una contribución muy significativa como punto de partida, un tipo de discusión que tiene que llevarse a cabo en la Facultad para definir cuál va a ser nuestra participación en el marco de la Iniciativa Bicentenario".
De allí que en este primer ciclo se hayan presentado las ponencias "Arte y Sociedad", "Transformaciones Culturales en Chile: Siglo XX", "Arte Hoy", "Arte y Educación" que, a cargo de destacados académicos e intelectuales chilenos, se transformaron en el sustento teórico sobre el cual se inició este debate. "No podemos perder de vista los temas generales en que se inscribe la discusión sobre la situación y proyección de las artes. La Facultad tiene que responder a ese tipo de desafíos, y las actividades artísticas que convocamos aquí están interpeladas por los desarrollos contemporáneos a nivel nacional e internacional. La idea es ir especificando los temas, porque hay niveles de especificidad bastante grandes que vamos a tener que alcanzar sin perder de vista que hay ciertos desafíos y responsabilidades que necesariamente tenemos que asumir", señala Pablo Oyarzún.
Profesor, ¿cómo evalúa este primer ciclo de las Jornadas de Reflexión?
En la primera jornada estuve presente, y tengo una muy buena impresión. Creo que hay un excelente balance que hacer todavía, para lo cual tenemos que reunirnos con los representantes del Centro de Estudiantes de la Facultad de Artes (sede Alfonso Letelier Llona) e, idealmente, también con los representantes de las demás agrupaciones estudiantiles de la Facultad, con la comisión organizadora y, eventualmente, con otros invitados académicos de la Facultad para poder hacer una suerte de análisis de lo que fue este primer ciclo y avanzar hacia los que vienen. A la segunda jornada no pude asistir porque estuve con gripe, pero sí pude informarme de su realización. Un tema que tienen las jornadas es el de la asistencia porque, evidentemente, entre la mañana y la tarde se produce una deserción que es significativa en muchos casos, y debemos encontrar la forma de incentivar más fuertemente la participación de los académicos para las próximas jornadas. Pero me parece que los planteamientos de los conferencistas y las discusiones que tuvieron las distintas comisiones o grupos, fueron de muy buen nivel. Estamos en un punto de partida y, en ese sentido, siempre hay una mayor incidencia de las preocupaciones que nosotros traemos y no demasiada apertura hacia los nuevos temas que se han tratado de poner sobre la mesa. Pero me parece que, en este caso, se logró equilibrar adecuadamente y se alcanzó un buen nivel de discusión en la perspectiva de los problemas generales que estaban siendo planteados.
¿Y de qué forma se podría incentivar la participación?
Estas no son jornadas obligatorias, no podemos obligar a la gente a asistir, pero, evidentemente, tenemos que hacer un trabajo de comunicación mucho más intensivo. El hecho de que estas jornadas vayan acompañadas de suspensiones de clases es una manera de dar facilidades y fomentar que los académicos y los estudiantes puedan participar. Lo más importante es que se pueda ir ganando mayor conciencia respecto a la importancia que tienen jornadas como éstas, que no son simples actividades distractivas respecto a lo que son las actividades regulares adentro de la Facultad, sino que son una base fundamental para que podamos asumir de mejor manera esas actividades regulares.
¿Qué se hará con el material que surja de estas Jornadas?
La idea que conversamos en la comisión organizadora es que estos textos fuesen recopilados y se produjese una publicación con eso. También sería muy bueno tener un registro de la discusión, un resumen ejecutivo de lo que fueron las discusiones al interior de estas comisiones y que contemplen, en caso de ser pertinente, las conclusiones alcanzadas y que fueron presentadas por los relatores de cada una de las mesas. La idea es contar con este material redactado de acuerdo a un formato más o menos establecido que nos permita comparar los resultados de cada comisión y concretar la publicación, que nos servirá como base para la discusión que va a seguir.
¿Como soporte teórico?
El soporte teórico son las mismas conferencias porque ahí están los planteamientos principales. Por eso pedimos a los conferencistas que terminaran con una serie de preguntas que pudieran ser la base para la discusión que se desarrollaría en las comisiones. El soporte teórico está en las conferencias, la identificación de los problemas importantes para ser discutidos están en esas preguntas, y a las comisiones se les estimuló, justamente, para que trabajaran sobre esas preguntas y pudieran alcanzar alguna respuesta respecto de cada una de ellas.
¿Pero ese trabajo finalmente no es concluyente?
No son concluyentes. Son puntos de partida para discusiones que tienen que ir alcanzando niveles mucho mayores de especificación y también de conclusividad. Nosotros tenemos que llegar a ciertos acuerdos sobre el desarrollo de la Facultad de Artes a partir de todo este trabajo.
¿Cuándo comenzaría el trabajo específico del que me habla?
Las Jornadas se llevarán a cabo durante el 2009 y espero que, al término de este año académico, podamos tener resultados porque hay que pensar en la vinculación de este trabajo con el proyecto Bicentenario, y esos resultados tienen que estar para esa fecha. Nosotros tenemos que poder partir, desde marzo del próximo año, con la implementación de los acuerdos que sean alcanzados en este proceso de discusión, y eso involucra varias actividades más que realizar, algunas de ellas bien detalladas en cuanto a temas de Facultad. Por ejemplo, en términos de docencia, creación, investigación, actividades extensionales y de la propia organización de la Facultad que van a tener que ser abordados como parte del trabajo que debe realizarse para alcanzar acuerdos que permiten definir cuál es la participación de la Facultad en la Iniciativa Bicentenario.