Kemy Oyarzún, coordinadora del subprograma Sujetos y Actores Sociales

"Domeyko ha recogido un enorme desafío que tenemos las humanidades de instalar nuevos debates interdisciplinares"

"Domeyko ha recogido un enorme desafío que tenemos las humanidades..."
Kemy Oyarzún, Coordinadora del Subprograma Sujetos y Actores Sociales
Kemy Oyarzún, Coordinadora del Subprograma Sujetos y Actores Sociales

Compuesta por diez líneas de trabajo -unas nuevas y otras que ya tenían un trabajo previo- provenientes de la Facultad de Derecho, del Instituto de la Comunicación e Imagen, del Instituto de Administración Pública, de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Facultad de Filosofía y Humanidades, el subprograma Sujetos y Actores Sociales se ha hecho cargo de diferentes temáticas vigentes del Chile actual, escenario que socialmente ha sufrido importantes transformaciones.

Con la vinculación de estudios de género, de educación, de jurisprudencia y de la prensa, entre otros, el impacto de la interdisciplinariedad ha dado resultados en Sujetos y Actores Sociales, por lo que su coordinadora, la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Kemy Oyazún, destaca que en este subprograma "hay una masa crítica considerable. Tenemos muchas áreas en las que nos cruzamos, hay mucha confianza e intereses comunes, y eso diría que es una de las grandes fortalezas".

Todo lo anterior, va en la dirección de consolidar el interés que tiene la Casa de Bello por difundir sus resultados y acentuar su relación con la sociedad chilena. "El proceso tiene que ver con los desafíos que la universidad se plantea hacia el siglo XXI, que recoge enormes riquezas acumuladas. Desde nuestra historia republicana, la Universidad de Chile fue enriquecedora no sólo en el plano del saber académico, sino en la proyección, en la misión que siente hacia la sociedad civil", aseguró la coordinadora del Subprograma.

Con este primer antecedente, y con un poco más de un año de trabajo conjunto, este subprograma ha ampliado sus horizontes, planteándose nuevas pretensiones, como la apertura de los contenidos al mundo académico y social, la búsqueda de sustentabilidad económica, la realización de publicaciones y la consolidación de nuevos programas de estudios, que incluirían incluso un Doctorado en Estudios de Género, primero en Latinoamérica.


-¿Qué se busca cuando se refieren a sujetos y actores sociales?

La búsqueda fundamental es a nivel epistemológico. Es fundamental asumir lo que se ha llamado "el retorno del sujeto". Nosotros en este equipo considerábamos que, lejos de plantear la muerte del sujeto, hemos de replantear la subjetividad en la sociedad chilena, porque surgen nuevas actorías, nuevos protagonistas, sobre todo a partir de la dictadura y la post dictadura.

Yo diría que las crisis, lejos de plantear la muerte de los sujetos, revitaliza un reposicionamiento de éstos, exigiendo transformaciones y nuevos horizontes para que se proyecten con un sentido de país. Son sujetos de evidencias nuevas que generan un reto para que los académicos empecemos a considerar cómo vamos a asumir los desafíos que estas nuevas subjetividades le plantean al país y una universidad nacional que tiene el deber abrir los saberes y cuestionarse a nivel de sus disciplinas.

-¿Cómo se ha desarrollado el desafío del trabajo interdisciplinario?

Parte importante del desarrollo de la Universidad de Chile se ha consolidado en líneas de investigación, pero resulta que en una sociedad cambiante, en donde emergen nuevos sujetos, se deben replantear los límites de las disciplinas y en ese sentido, creo que el Programa Domeyko ha recogido a nivel interdisciplinar un enorme desafío que tenemos hoy las ciencias, las humanidades y las artes de instalar nuevos límites de polémicas, debates y conversaciones interdisciplinares: eso es Domeyko.

Yo diría que la Universidad de Chile de la transición a la democracia no había tomado el peso que significa fortalecer lo interdisciplinar. Esa atomización es la que puede fortalecer un programa como Domeyko, y en este momento tenemos perspectivas interdisciplinares, no sólo en este subgrupo, sino que en todo en toda la Línea Sociedad y Equidad.

La interdisciplinariedad es una tarea muy importante que tiene que ver con los nuevos saberes, pero también con una reconfiguración del tejido de la comunidad universitaria, para retomar esa misión tradicional de la Universidad de Chile.

-¿Cómo se ha vinculado este subprograma con la realidad de la sociedad chilena actual?

En el caso del subprograma Sujetos y Actores Sociales tenemos vínculos estrechos con el sector público, por ejemplo, con ministerios como el SERNAM, Ministerio de Educación y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI); también con Organismos No Gubernamentales como La Corporación Humana, el Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH) y el observatorio de políticas indígenas; y luego con organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las Naciones Unidas a través de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL) y el Fondo de Desarrollo para la Mujer (UNIFEM).

Nosotros en la academia podemos estar en conversación directa con las trabajos que se están realizando a nivel mundial, pero ¿en qué lugares nosotros ponemos a prueba la vigencia de estos conocimientos con sujetos concretos, situados en nuestras coordenadas de país? Solo tiene que ser desde una relación recíproca con aquellos organismos que estén más atentos a las coyunturas. La gracia de la Universidad es permitir que lo coyuntural y lo estratégico estén en una rica articulación y creo que Domeyko está favoreciendo aquello.

-Dentro de las finalidades del Programa Domeyko se presentó la necesidad de difundir a la sociedad las contribuciones que realiza la Universidad de Chile en sus distintos campos de investigación, ¿Cómo se ha hecho cumplir tal propósito?


Hemos tomado con mucho agrado el desafío. Lo que hicimos el año pasado fue una importante reflexión para determinar cómo podíamos nosotros instalar un replanteamiento de los sujetos y actores sociales más allá del género. Entonces, realizamos un encuentro Latinoamericano de Biopolítica, ya que este tema nos permitía a todos instalar una conversación desde todas las disciplinas, desde el periodismo, desde la educación, desde el género y desde los sujetos regionales. Eso fue un gran éxito.

Ahora tenemos otro seminario interno para replantear los sujetos de género y eso tiene una repercusión externa, es decir, son seminarios planteados a nivel de las universidades y de la sociedad civil.

Además hemos realizado publicaciones. Tenemos un libro que está ad postas de salir con editorial LOM sobre sujetos y actores sociales y otro libro que estamos intentando apalancar recursos, que contiene gran parte de las ponencias revisadas del Primer Encuentro Latinoamericano de Biopolítica, "Tecnologías y políticas de vida".


-A más de un año de la instalación de la línea Sociedad y Equidad, ¿Cuál es la evaluación que usted hace del trabajo del subprograma que coordina?

Muy positiva, ya que por ejemplo, hemos apalancado recursos importantes a partir del programa como un Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF) y el acoplamiento al Programa Anillo, que ha sido el primero para las humanidades y uno de los primeros para en las ciencias sociales.

Esto nos ha permitido aquilatar el trabajo de investigación de las facultades Ciencias Sociales, la de Derecho y la de Filosofía y Humanidades, más el Centro de Estudios del Desarrollo Local y Regional (CEDER), pero además potenciar una red que ha ido creciendo a nivel internacional. El Programa Anillo se ha materializado en una colaboración directa con la Universidad de Buenos Aires, por lo que tenemos un proyecto de internacionalizar el Magíster en Estudio de Género y Cultura en América Latina y desarrollar el primer doctorado del continente en estudio de dicha materia. En eso estamos, viendo los distintos modos de doctorados que existen a nivel internacional, esperando poder instalarlo en un futuro no muy lejano.

-¿Esto ha generado alguna variación de los primeros objetivos del subprograma?  

Definitivamente. Nosotros al inicio teníamos como objetivo fundamental aquilatar el trabajo del estudio de los trabajos de género a nivel local y a nivel del Conosur. Hoy estamos viendo estos programas deben ser de asociatividad, deben tener pasantías de académicos. Debe haber un espacio institucional que debemos ganar para una cooperación mucho más concreta y más amplia