Prof. Raúl Villarroel, Coordinador del subprograma Dimensión Ético-normativa de la Sociedad Chilena Actual

"Lo que nos interesa es detectar aspectos éticos de ámbitos problemáticos de la realidad nacional"

Detectando aspectos éticos de la Realidad Nacional
Prof. Raúl Villarroel, Coordinador de Sublínea
Prof. Raúl Villarroel, Coordinador de Sublínea

Con un amplio abanico temático, el subprograma Dimensión Ético-normativa de la Sociedad Chilena Actual abarca áreas tan diversas como la libertad de expresión, la equidad de género en salud, la educación, la economía y el mercado, manteniendo como punto común entre estas materias sus implicancias éticas y aquellos aspectos dilemáticos, propensos al debate dentro del desarrollo social de nuestro país.

Este subprograma se dedica, a través de sus investigaciones, a revisar situaciones de la realidad contemporánea para, a partir de las conclusiones, aportar al debate público y al intercambio de perspectivas de análisis sobre estos procesos. Respecto a esta función del proyecto, su coordinador, el académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Profesor Raúl Villarroel, aseguró que "ese sería el objetivo final de este subprograma, que es en general uno de los objetivos principales del Programa Domeyko: contribuir a orientar, a proveer de insumos teóricos a la formulación de las políticas públicas, es decir, que la Universidad de Chile tenga una participación en el diálogo ciudadano, bastante más fuerte que la que tiene hasta el minuto".

Emitiendo un balance, Raúl Villarroel entrega a continuación las visiones del trabajo desarrollado hasta este momento y los desafíos propuestos por los propios resultados.

-¿Cuál es su evaluación de la experiencia del trabajo conjunto?
Yo diría que es necesario reconocer que hemos ido caminando en forma quizás lenta, desde el punto de vista del trabajo conjunto. Recién estamos en la fase inicial de presentación de resultados parciales de las investigaciones de todos los perfiles de investigación que constituimos este subprograma.

Ocurre que ésta es una experiencia inédita en la universidad. Nunca la Universidad de Chile había propuesto una estrategia transversal de investigación sustentada en la colaboración de grupos disímiles, por lo tanto existe la necesidad de aprender a trabajar en conjunto primero que todo, cruzando líneas de investigación y tratando de establecer sinergias entre los distintos proyectos. Eso es lo que me parece que ha tardado un poco más de lo que se pudiera haber esperado. Pero esa mínima tardanza está plenamente justificada por el tiempo que le hemos tenido que dedicar a este obligado aprendizaje.

Hemos tenido que tratar de hacer que coincidan nuestros intereses y nuestras formaciones disciplinarias diversas, para encontrar algún sentido común, porque tenemos discursos distintos, epistemologías diferentes, tenemos prácticas de trabajo que a veces no son compatibles; por lo tanto, hacer todo ello coherente es una tarea bastante complicada.

Entonces, yo diría que si bien es cierto no hemos avanzado todo lo que nos gustaría, esa merma que pudiera haber en los resultados o en la productividad, se debe fundamentalmente al hecho de que ésta ha sido una situación nueva para nosotros, que seguimos enfrentándola. Suponemos que en el lapso de los cinco años en que está pensado el Programa Domeyko, finalmente los resultados van a llegar igual, como lo habíamos considerado inicialmente.

-¿Cuál es el denominador común que comparten los investigadores de unidades académicas tan diversas?
Si bien es cierto, somos todos muy diversos, estamos todos de acuerdo en que lo que nos interesa es detectar aspectos éticos de importantes ámbitos problemáticos de la realidad nacional. No abordamos exactamente el mismo tema de investigación, pero sí tenemos la misma intención de fondo. Lo que nos mueve es la idea de poner en juego una sólida perspectiva ética frente a situaciones del acontecer nacional, aunque los problemas específicos que abordamos son un tanto diversos entre sí; desde un perfil que investiga la Arquitectura del Mercado, hasta otro que indaga en la ética en la investigación con seres humanos, y toda una gama intermedia muy variada.

Este es un subprograma heterogéneo, que concita el trabajo de académicos de diversas procedencias disciplinarias, que además están localizados en distintos centros universitarios. Por lo anterior, para hacer más eficiente la interacción, tuvimos que diseñar una estrategia metodológica conjunta, que nos permitiera operar coherentemente, que, en definitiva, se tradujo en la creación de un Observatorio de Ética Cívica. Es lo que nos está posibilitando materializar esta pretensión de llevar a cabo un monitoreo permanente de acontecimientos de la realidad, de interés público, que puedan ser analizados desde la perspectiva ética, a partir de todas las matrices disciplinarias a que responden los perfiles de investigación.

-¿Desde dónde el subprograma se vincula con la sociedad civil de nuestro país?
Consideramos grandes temas como el problema de la educación de calidad y con equidad, el del medio ambiente y el de la ética de las actividades económicas, por mencionar algunos. Estos son problemas que tienen interés global, que afectan en general a toda la población y que constituyen motivo de discusión actual, en donde hay debates ya instalados hace tiempo en la sociedad chilena y que demandan respuestas cada vez más urgentes y satisfactorias. Creemos que podemos contribuir a proveer orientaciones, al menos generales, para todos estos asuntos.

La idea es detectar problemas, situaciones dilemáticas que representen instancias controversiales, en las que sea necesario deliberar para tratar de alcanzar las soluciones y que de algún modo, signifiquen conflictos de interés general de la población.

Eso es lo que nosotros tratamos de hacer: revisar aquellos elementos críticos de la realidad que nos permitan plantear orientaciones para el diálogo, perspectivas para la deliberación, con el propósito de contribuir y ampliar la discusión pública. Ese sería el objetivo final de este subprograma, que es en general uno de los objetivos principales del Programa Domeyko: contribuir a orientar, a ampliar la visión actual de los asuntos públicos. Es decir, que la Universidad de Chile tenga una participación en el diálogo ciudadano, bastante más fuerte que la que tiene hasta el momento.

-En relación a la labor de extensión -uno de los objetivos del Programa Domeyko- ¿qué resultados se han obtenido?
De partida, hay un Curso de Formación General (CFG) que está absolutamente definido. El curso "Ética aplicada y sociedad civil. Orientaciones éticas para el Chile del Bicentenario" está incluido en la oferta programática del segundo semestre. Junto con esto, hay otro que está en perspectiva para el primer semestre del próximo año, pero que sería más global, porque este CFG solamente lo va a dictar un grupo reducido de profesores. En la misma línea de la difusión está la idea de poder implementar algunos cursos generales sobre temáticas atingentes a nuestro problema general de la ética.

-¿Cuáles son las metas propuestas por el subprograma Dimensión Ético-normativa de la Sociedad Chilena Actual para el corto y mediano plazo?
Para el corto plazo está este gran evento que realizamos el 28 de julio para dar indicaciones de cómo estamos trabajando. En el seminario "Perspectivas Éticas para la Sociedad Civil en el Chile Actual", presentamos todos los perfiles y sus trabajos para la realización de un diagnóstico fundamental para la evaluación de lo hecho y lo que nos queda por hacer. Creemos que este evento será un buen indicador para nosotros, que nos permita evaluar muy ajustadamente nuestras fortalezas y nuestras debilidades como equipo, nuestras convergencias aún no exploradas y también nuestras eventuales divergencias.

Creo que el próximo paso será una publicación del resultado de la primera parte del trabajo. En el mediano plazo, hacia fines de este año o comienzos del próximo, apuntaremos a un objetivo que ha sido trazado desde un comienzo, que es la elaboración de alguna publicación que contenga el trabajo que se haya venido haciendo todo este tiempo. Todo esto, siempre en consonancia y articulación con los otros tres subprogramas de la Línea Sociedad y Equidad del Programa Domeyko, con los que compartimos objetivos comunes y tareas críticas semejantes.

-Finalmente, ¿cuál es el balance general que usted haría del subprograma?
Creo que nuestra propuesta de trabajo ha sido acertada, porque hemos alcanzado una meta importante para nosotros, como es mantener el Observatorio de Ética Cívica. Yo me empeñaría en que éste se perfeccionara, ya que un año y medio es poco para visualizar metas enteramente cumplidas. Estamos bien encaminados, a mi modesto juicio. Supongo que mis colegas comparten esta apreciación. Confío en que la suma de todos nuestros avances, en relación con los estudios sobre medios de comunicación, educación, sobre el sueldo ético, lo que se hace en el observatorio de equidad de género en salud, en los estudios sobre pobreza, entre otros temas, todo a la luz de un enfoque ético, es expresión de un esfuerzo y de un trabajo que va adquiriendo una relevancia y un valor cada vez más significativo.