La fascinación que le despiertan los lugares distantes, desconocidos y atípicos fue una de las razones que motivaron a la escultora y académica del Departamento de Artes Visuales, Patricia del Canto, a crear una obra para la II Bienal Internacional "Exhibition of Contemporary Teapot Art". Y es que pese a no tener mayores antecedentes de esta actividad que reúne arte contemporáneo cerámico, la sola idea de viajar hasta la ciudad de Shanghai, en China, fue suficiente para que esta mujer creara en menos de un mes la obra con la que finalmente fue seleccionada, transformándose en la única artista chilena que participará en la segunda versión de esta Bienal Internacional.
"El concepto de la Bienal es la tetera. Por lo tanto, había que diseñar una obra plástica en base a ese concepto, como una vasija que pudiera servir eventualmente para contener líquido. Sin embargo, eso era relativo porque, en rigor, te daban toda la libertad creativa para diseñar el objeto", explica la académica del Departamento de Artes Visuales, quien agrega que fue "reconfortante quedar seleccionada en esta importante Bienal que está recién empezando, sobre todo porque artistas de todas partes del mundo enviaron sus obras y el comité organizador eligió sólo un proyecto de cada país. Entonces, esto reafirma que estoy haciendo bien mi trabajo".
Hexaedro I es el nombre de la obra de Patricia del Canto que fue seleccionada en esta Bienal Internacional, una pieza de un solo bloque, de aproximadamente 30 centímetros de alto y que está hecha en gres cerámico. Y es que esta mujer, que se define como una escultora, comenzó a desarrollarse artísticamente en el Taller de Cerámica de la Escuela de Artes Aplicadas, por lo que su vínculo con esta disciplina se da de forma natural. De hecho, a la hora de crear, Patricia del Canto comienza dibujando para luego visualizarla en greda o pasta cerámica. "Pero la primera idea es en greda. Eso es muy natural, como atávico. Partí así y me expreso muy fácilmente con el material moldeable", explica.
"Yo soy escultora"
Al poco tiempo de enviar las fotografías de Hexaedro I a los organizadores de la II Bienal Internacional "Exhibition of Contemporary Teapot Art", Patricia del Canto recibió una invitación para participar en el XV Simposio Internacional de Escultura de Valdivia. Y aunque para ella era complicado destinar parte de sus vacaciones para trabajar en la creación de una escultura, finalmente decidió aceptar la invitación. "Fue una muy buena experiencia, bien enriquecedora porque en los simposios, en general, se da un ambiente exquisito de camaradería. Siempre hay un ambiente muy grato, donde todos colaboramos para que el proyecto completo sea óptimo", explica la académica.
Esta escultora disfruta muchísimo participar en simposios, no sólo porque son la única instancia en la que puede concentrarse cien por ciento en la creación de obras, sino porque además, a lo largo de su carrera, su participación en este tipo de actividades le ha permitido conocer a artistas con los que jamás pensó compartir. Como ella cuenta, "estás con gente de todas partes del mundo que, en ocasiones, ni siquiera soñabas conocer, con quienes trabajas durante todo el día y compartes experiencias. Y estar ahí, durante ese tiempo, te limpia de todas las otras cosas que puedas tener en la cabeza, porque viajas y te concentras exclusivamente en hacer una escultura, que normalmente harías en 3 ó 4 meses, sólo en 10 días,".
Eso demoró Patricia del Canto en hacer la escultura que luego emplazó en el Parque Guillermo Franco -ubicado al interior del Parque Saval, en la ciudad de Valdivia-, donde están instaladas la mayoría de las obras que se han realizado en el marco de esta iniciativa. "Los primeros tres simposios fueron organizados por instituciones valdivianas en conjunto con Amigos del Arte, pero luego, cuando la organización quedó exclusivamente en manos de la Corporación Cultural Municipal de Valdivia, se armó este parque para que las obras quedaran emplazadas allí", cuenta Patricia del Canto, quien había participado, hace quince años, en el I Simposio Internacional de Escultura de Valdivia.
En lo que va de este año, ya participó en un simposio de escultura y se prepara para viajar a una bienal de cerámica. ¿Cómo dialogan en usted y en su obra ambas disciplinas artísticas?
La verdad es que, para mí, se trata de una sola disciplina: la escultura. No veo la diferencia, porque sólo es un material más. Sin embargo, mis esculturas siempre han tenido una especie de utilidad, cuestión que las emparenta con la cerámica porque el diseño de objetos suele tener esa funcionalidad. Pero también eso es hasta cierto punto, porque perfectamente puedes hacer una obra con material cerámico sin ninguna utilidad, y que sí tenga la connotación de escultura.
Por eso es que en mi trabajo no hago distinción respecto a ello, porque los materiales pueden ser millones y los puedes usar para hacer objetos funcionales así como para hacer esculturas. Por lo tanto, vuelvo a decir, el material es uno solo. Lo que sí hace la diferencia es lo que tú, como artista, hagas con ese material, es decir, quién está detrás del material. Si tú eres hacedor de puertas, vas a hacer puertas, y si tú eres escultor, vas a hacer una escultura.
Y usted se define como escultora.
Yo soy escultora. Y trabajo con el material cerámico si hay que hacerlo, lo mismo si me nace trabajar con acero inoxidable o con madera, pero nada plástico, porque me carga esa materialidad. La obra seleccionada para la Bienal Internacional de China, por ejemplo, tiene conceptos de escultura pero es un objeto. Es decir, tiene ambas cosas.