Director de "El hombre que se convirtió en perro":

Cristóbal Pizarro: "El referente más importante fueron las historias personales"

Pizarro: "El referente más importante fueron las historias personales"
"¿En qué momento decidimos que era más importante la economía que el costo humano que este crecimiento pudiera tener?", señala Cristóbal Pizarro, director de "El hombre que se convirtió en perro".
"¿En qué momento decidimos que era más importante la economía que el costo humano que este crecimiento pudiera tener?", señala Cristóbal Pizarro, director de "El hombre que se convirtió en perro".
"El hombre que se convirtió en perro" estará en cartelera hasta el 1 de mayo en la Sala Agustín Siré, con funciones de miércoles a sábado a las 20 hrs.
"El hombre que se convirtió en perro" estará en cartelera hasta el 1 de mayo en la Sala Agustín Siré, con funciones de miércoles a sábado a las 20 hrs.
Desde su origen en el año 2005, esta compañía ha sido fiel a su objetivo de contribuir a la descentralización de la cultura a través de giras que han abarcado desde la IV hasta la XII región.
Desde su origen en el año 2005, esta compañía ha sido fiel a su objetivo de contribuir a la descentralización de la cultura a través de giras que han abarcado desde la IV hasta la XII región.

Movidos por la contingencia de temáticas como la flexibilidad laboral, la cesantía y los variados matices de la relación entre el hombre y el trabajo, la Compañía de Teatro Caminando integrada por un grupo de actores y diseñadores egresados del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile se propuso hace un año atrás abordar escénicamente un relato que llevase al extremo la angustia de un hombre desesperado y dispuesto a hacer lo que sea por abandonar la cesantía. 

El punto de partida fue "La historia del hombre que se convirtió en perro", breve texto teatral del dramaturgo argentino Osvaldo Dragún, a partir del cual empezaron una labor de dramaturgia colectiva cuyo fin era exponer las condicionantes que llevan a la deshumanización de un individuo, dejando abierta la interrogante sobre si esta condición se debía a las circunstancias o la decisión.

Bajo la dirección de Cristóbal Pizarro y con un elenco conformado por Jorge Arecheta, Daniela Castillo, Khaled Darwich, Cristián Soto y Javiera Zeme, "El hombre que se convirtió en perro" expone diversas situaciones de la vida de un hombre cesante al borde de la desesperación, configurando un contexto propicio para el inicio de un tránsito vejatorio que culmina en el abandono de la humanidad en pos del bienestar económico de la familia.

En el transcurso de la obra, la inclusión de proyecciones audiovisuales y elementos sonoros que vienen a complejizar el espacio realista predominante al principio del montaje apoyan desde distintos espacios de sentido el proceso de desestructuración que vive el personaje protagónico de este montaje, quien experimentará de manera progresiva la crisis de todos aquellos elementos que constituyen nuestra humanidad: las relaciones afectivas, sociales, el comportamiento y el lenguaje.

Esta entrevista, Cristóbal Pizarro se explaya sobre el proceso de creación de la obra, los cuestionamientos que pretenden instalar en el espectador y su compromiso como compañía.

¿Cómo surge este proyecto?

Cuando estábamos eligiendo nuestro tercer proyecto como compañía teníamos varias propuestas de obras y estábamos barajándolas, hasta que la diseñadora integral, Belén Abarza, propuso el texto "La historia del hombre que se convirtió en perro" de Osvaldo Dragún. A todos nos cautivó la idea y dijimos enseguida "sí, hagamos esta obra".

¿Por qué?

Porque la historia nos pareció espectacular. Es muy contingente, y el mecanismo que utiliza para narrar es muy particular, muy ingenioso. Tu dices "la historia del hombre que se convirtió en perro" y te puedes imaginar una infinidad de cosas, más aún si el contexto es el teatro. El tema da para mucha reflexión, y también otorga muchas posibilidades escénicas.

La obra es muy explícita en su discurso, llevando la transformación anunciada en el título a la literalidad. ¿Por qué decidieron hacerlo así?

En el texto original de Dragún sucede así, y la transformación es inmediata. Nosotros en cambio intentamos buscar todos los antecedentes, las circunstancias y acciones que deben suceder antes de que un tipo se ponga en cuatro patas a ladrar como un perro. Intentamos entonces que esa transformación no fuese antojadiza, sino que se justificara de alguna manera con las escenas anteriores, en las que se puede observar la relación con su familia, su propia desesperación, el lugar de trabajo y la relación con los guardias.

Si la precariedad del trabajo es evidente en Chile y atraviesa todos los sectores sociales, ¿por qué decidieron circunscribirlo a una determinada capa social?

Creo que porque en el sector en que sucede la obra la situación es de alguna manera más desesperada: hay una situación de pobreza, de precariedad, se quedan sin casa, hace mucho tiempo que el hombre no tiene trabajo y tampoco tiene una profesión. Él tiene un oficio, trabaja como eléctrico, pero está dispuesto a hacer lo que sea y para que eso fuera verosímil no podíamos poner a alguien que perteneciera a un sector más acomodado. Por otro lado el mismo contexto de la obra lo sitúa ahí: ¿Quiénes llegarían buscando trabajo al patio trasero de una fábrica?

En el proceso nos dimos cuenta de que todos los integrantes de la compañía habíamos estado atravesados por la enajenación o por la cesantía: Todos tuvimos un papá que llegaba agotado a las 12 de la noche, o un papá que estaba todo el día en la casa porque no tenía trabajo.

Imagino que ese factor fue decisivo para que se comprometieran con la obra

Absolutamente. El proceso fue súper largo, de aproximadamente un año. Partimos haciendo un marco teórico, y después empezamos a buscar referentes de la literatura, del cine, fotos, videos, cuentos, poemas, todo tipo de cosas, y uno de los referentes más importantes en el proceso fueron las historias personales. Parte de ese material está en la obra porque era súper potente, muy vivo y muy útil.

La postura de ustedes es súper clara con respecto al tema. ¿Qué te parecen las nuevas propuestas que han emanado del gobierno respecto a aumentar la flexibilidad laboral y disminuir las indemnizaciones por años de servicio?

Sin duda uno de los temas de fondo importantes en esta obra era ese: la flexibilidad laboral. En nuestro marco teórico nosotros leímos a Chomsky, quien señala cómo los economistas y grandes empresarios se jactan del crecimiento imparable de la economía en los últimos 30 años,  y cómo ese crecimiento se debe en gran medida a la flexibilidad laboral, pero ¿cuál es el costo humano que estamos pagando? Ante eso, uno se pregunta ¿en qué momento la economía pasó a ser más importante que la humanidad? ¿En qué momento decidimos que era más importante la economía que el costo humano que este crecimiento pudiera tener? Filosóficamente hablando, podemos decir que en un momento se desplazó a la religión y se puso a la economía en el lugar de Dios.

¿Hay implícita en la obra una crítica a los mecanismos de selección laboral?

Más que una crítica, nosotros tuvimos la intención de mostrar como sucede. Entre los documentos que revisamos, teníamos un protocolo utilizado por  las personas que trabajan en selección, y si bien se trata de un documento real y serio, pareciera que estuvieras leyendo un libro de chistes porque dice las cosas más insólitas, como por ejemplo: No acepte cigarrillos aunque le ofrezcan, no salude de beso a los entrevistadores por muy amables que le parezcan, no hable de política, no hable de fútbol. Eso es lo que se usa y queríamos mostrarlo. Ahora hay que preguntarse el por qué es así.

Durante la obra se incluyen una serie de proyecciones audiovisuales. ¿Cuál es el rol que éstas cumplen?

La finalidad de cada uno de los elementos presentes en la obra es instalar varios espacios de narración. Nosotros podríamos haber optado por una reproducir naturalista del lugar en el que transcurre la acción, pero nos dimos cuenta de que eso no era lo más importante. Por ello fuimos sacando muchos elementos hasta que nos quedamos con la escenografía actual, en donde la música, los espacios actorales, la iluminación, los elementos escenográficos y las proyecciones conforman diversos espacios que pueden situar al espectador en el patio de una fábrica en un momento y al segundo siguiente sacarlo de ahí. Por momentos, la idea era también entrar en el inconsciente del tipo, y en el caso de la escena del psiquiatra, la proyección de los rostros de los actores funciona como una alusión a una sala de interrogación, como si ellos estuvieran tras un espejo mirando la escena.

La compañía se caracteriza por abrir nuevos espacios culturales a lo largo de Chile contribuyendo así a la descentralización. ¿Tienen algún proyecto que contemple sacar este montaje fuera de Santiago?

Tenemos un par de invitaciones pero aún no hay nada concreto. Sin embargo esa es nuestra motivación como compañía, y es por ello que hemos actuado en plazas, colegios, internados, patios, estacionamientos y centros de salud. Lo importante es llegar al público.

Finalmente, y ahora que el proceso de creación ha terminado y la obra está en cartelera, ¿cuál es tu respuesta ante la deshumanización: circunstancia o decisión?

Según mi opinión, decisión, pero como compañía nunca pudimos ponernos de acuerdo. El cuestionamiento es parte del discurso, y es el público quien tiene que hacer la reflexión.