Análisis Tragedia Minera I

Las emociones de una historia aún sin final

Las emociones de una historia aún sin final
Celebraciones en Plaza Italia y todo el país, dieron cuenta de una efervescencia que generalmente podemos observar en las calles con triunfos deportivos o políticos.
Celebraciones en Plaza Italia y todo el país, dieron cuenta de una efervescencia que generalmente podemos observar en las calles con triunfos deportivos o políticos.
"Hay que tener mucho cuidado cuando en la política se mezclan de un modo muy directo y sin cuidado, las emociones", sostiene el Prof. Mayol.
"Hay que tener mucho cuidado cuando en la política se mezclan de un modo muy directo y sin cuidado, las emociones", sostiene el Prof. Mayol.
Ante el hecho de que el rescate de los mineros tarde meses, para Mayol la cautela debería haber sido la actitud más esperable por parte del Gobierno
Ante el hecho de que el rescate de los mineros tarde meses, para Mayol la cautela debería haber sido la actitud más esperable por parte del Gobierno

La noticia sobre el hallazgo con vida de los 33 mineros atrapados en la Mina San José desde hace más de tres semanas, desató alegría e incluso euforia en el resto de los chilenos, quienes habían seguido atentos el curso de esta tragedia. Celebraciones en Plaza Italia y todo el país, dieron cuenta de una efervescencia que generalmente podemos observar en las calles con triunfos deportivos o políticos.

De acuerdo al académico del Departamento de Sociología, Prof. Alberto Mayol, esta alegría desatada por esta noticia puede explicarse con el contexto del terremoto, en el cual para nuestros compatriotas, además de lo traumático del suceso, fue una triste prueba de que las instituciones no funcionaron. "Ahora vino una situación en la que fuimos capaces, entre comillas, de lograr un objetivo difícil, complejo y único en la historia mundial. La vida, la salud, son una de las energías más importantes en lo que en sociología se conoce como un 'bien de salvación'. La sensación de salvación fue muy fuerte, de que se hacía justicia, la reivindicación era un tema muy potente", señala.

Esta efervescencia para el académico, fue "canalizada políticamente" por el gobierno, el cual no dio la confirmación de que los mineros estaban vivos hasta que el presidente Sebastián Piñera llegó al lugar. "Políticamente lo razonable era que conocida la noticia se informara a los familiares, por parte de la autoridad máxima de la zona que era el ministro, que estaba presente y que tiene la investidura suficiente para ser la voz oficial del caso, sin embargo se espera a Piñera (...) Es normal la capitalización de estas situaciones, lo que no es normal, es producir una escena en la cual confluyen toda clase de ritualidades para efectos de generar la sensación de que este problema se acabó, y no es así", explica Mayol.

El sociólogo agrega que esta buena noticia se trata de un triunfo que es sólo parte de un objetivo mayor. "Ha habido una confusión, una sensación de tanta angustia que cuando ocurre el hallazgo, está bien que los familiares se comporten como se comportaron, pero el problema es que no todos somos los familiares. No toda la sociedad somos los familiares y está muy bien emocionarse, pero hay que tener mucho cuidado cuando en la política se mezclan de un modo muy directo y sin cuidado, las emociones", sostiene.

Ante el hecho de que el rescate de los mineros tarde meses, para Mayol la cautela debería haber sido la actitud más esperable por parte del Gobierno. "¿Qué pasa si se muere uno, diez? ¿Qué pasa ahí para el Gobierno? Era un momento muy útil para ser responsable políticamente y decir que esto es un alivio, nos da esperanzas, pero de verdad este no es el momento de celebrar, los mineros no han salido", afirma.

La lógica mediática

En todo este proceso, los medios de comunicación, en especial la televisión, han estado 24 horas al día atentos a este suceso y revelando cada nueva información. Bajo el punto de vista del Prof. Mayol, la forma en que ha actuado la televisión responde a una fórmula, donde la lógica ha sido exprimir la situación al máximo posible. "Es delicado cuando cualquier elemento de la vida social es llevado hasta sus últimas consecuencias. La televisión es un medio eficaz, pero lo más complicado es cuando se establece que toda narración sobre la sociedad tiene el formato de un programa de televisión. Entonces, todas las historias existen en la medida que tienen ese formato", explica Mayol.

Y agrega: "Esto es lo mismo, para efectos de los medios, que un reality, pero esto sí es verdad. Ésa es la desprolijidad, convertir todos los argumentos en los de la esposa de uno de los mineros, convertir todas las verdades en las de la carta que viene escrita. Todas las subjetividades que se destacan portan la verdad. Es súper delicado lo que pasa con este tipo de cosas".

Bajo este contexto, el gobierno actuó consciente de lo que el formato involucra, "montaron una plataforma televisiva, porque tienen una lógica de operación televisiva", según el sociólogo, al momento de postergar la información del hallazgo de los mineros. Conducta que contrastó con la actitud del rescatista que decidió informar a los familiares, antes de todo protocolo político.

De acuerdo al académico, el que se haya ocultado información, pese a que fue de conocimiento público, no tuvo mayor importancia para la gente. "En la lógica espontánea de los medios, ese manejo está basado en el principio de que finalmente las temperaturas sociales son las que mandan, la subida o bajada, y que el medio de comunicación lo único que hace es reflejar la temperatura. Y todos sabemos distinguir cuando sube la temperatura. Se da que cada vez más, si estamos viendo algo terrible como un terremoto, estemos disponibles para prender una cámara y filmarlo, sin pensar que en ese momento estamos defendiendo nuestras vidas o la de otros. Estamos todos en el código televisivo, de que esto es una buena escena", señala el Prof. Mayol.