La posición de la Universidad de Chile, a través de sus documentos Nuevo Trato con el Estado y Bases para una Propuesta de Institucionalidad del Sistema Universitario, es que deben existir dos tipos de aportes: Los Aportes Fiscales Directos (AFD) para toda institución privada que genere bienes de interés público de calidad, en creación, investigación y docencia, y que cumplan con ciertas regulaciones -aportes que deben incrementarse- y los Aportes Basales exclusivos para universidades estatales, que les permitan limitar su dependencia de recursos propios para su desarrollo y concentrar esfuerzos en el aporte al bien común.
La confusión se ha introducido por parte de varios actores al mezclar ambos tipos de aportes en uno solo que llaman "basales".
Es necesario llamar la atención para que, más allá del interés de todos por obtener financiamiento estatal, la opinión pública reconozca la diferencia fundamental entre instituciones del estado y privadas, las diferencias en sus misiones y la importancia de mantener un sistema estatal de educación superior verdaderamente público. De lo contrario, las universidades estatales se transforman en instituciones crecientemente privatizadas y, por la vía de los hechos, la educación pública se desvanece.