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Resultados de la encuesta nacional de discriminación realizada por INDH-FACSO

Resultados de encuesta nacional de discriminación 2011
El académico del Departamento de Sociología, Manuel Canales.
El académico del Departamento de Sociología, Manuel Canales.
Resultados de la encuesta nacional de discriminación diseñada por FACSO

Si bien esta es la primera encuesta que se aplica a nivel nacional para medir el tipo y grado de discriminaciones a las que somete y es sometida la población chilena, la Facultad de Ciencias Sociales venía realizando desde 1996 mediciones de este tipo sobre la temática. Hasta el momento, el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, junto con la Fundación Ideas ha diseñado y aplicado cuatro encuestas sobre discriminación.

Este último trabajo, solicitado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, se realizó entre el 10 de enero y 2 de marzo de 2011 a lo largo de todas las regiones del país, en zonas urbanas y rurales (98% del país). Un total de 200 encuestadores tomaron 3 mil encuestas presenciales conformadas por los siguientes campos temáticos: percepción de los derechos humanos, igualdad y no discriminación, autoritarismo, memoria y juicio sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar y situación de los derechos humanos en Chile.

La encuesta tenía por tarea elaborar una medición de la situación de los derechos humanos en Chile, particularmente, desde la perspectiva de la cultural de los derechos humanos. Es decir, "en qué medida el fundamento doctrinal y práctico de los derechos humanos es parte de la comprensión cotidiana de las personas en Chile. De qué manera se cuida de los derechos humanos como patrimonio cultural", comentó el académico director de la encuesta, Manuel Canales.

El académico y su equipo, coordinado por las sociólogas Cristina Hernández y Silvia Órdenes, constataron que "niveles de autoritarismo y de discriminación muy altos. En el caso de la discriminación, lo que destaca al estudio es el alto nivel de clasismo y racismo que, desde mi perspectiva, constituyen el meollo de lo que hoy llamamos desigualdad. En rigor, lo que referimos como desigualdad es literalmente la discriminación social por posición de clase económica y de etnia. Lo primero termina por aceptarse a regañadientes y lo segundo sigue siendo un tabú; el racismo del chileno contra el chileno, del chileno contra el mestizo, del mestizo contra sí mismo", aseguró el académico.

Mirar con el ojo de amo

El clasismo -dice Canales- se mezcla con prejuicios étnicos negadores: "La permanencia del autoritarismo y la permanencia del alma racista-clasista de la colonia, constituyen dos de las cuestiones centrales. Chile nunca ha enfrentado que el problema no es la desigualdad sino que sean siempre los mismos los que están arriba y los que están abajo. No es que no haya habido superación de la pobreza, sino que han permanecido las castas. Y eso viene desde la colonia".

En la invitación que recibió Canales de ONU México como experto internacional para exponer sobre la temática investigada (en este país están tratando de desarrollar un índice de la discriminación social a nivel nacional), desarrolló dos puntos fundamentales de la encuesta: el análisis de la actitud discriminadora, es decir, se obtiene una medida de la discriminación, no de los discriminados/as; y la auto-discriminación.

En la observación del ojo que mira, del ojo del amo, se ha constatado una y otra vez una actitud discriminatoria. Sin embargo -sostiene el académico-, "en el rechazo a la dignidad de un homosexual no tiene nada que ver la homosexualidad. De manera tal que si no hubiera homosexuales, el rechazo caería sobre otros. ¿Cómo se comprueba esto? Los que son homofóbicos son también machistas, clasistas, racistas, autoritarios. Es una actitud basal que no tiene que ver con el homosexual o con el inmigrante o con las mujeres, tiene que ver sólo con el ojo que mira. Lo que sucedió con el delantal de las nanas, por ejemplo, no tiene que ver con las nanas, tiene que ver con que al ojo del amo le inquieta no poder separar, distinguir quiénes son como él y quiénes no. Hay una actitud de negación de otros para construir un sitial de imperio".

El otro punto destacado es la auto-discriminación, particularmente presente en sociedades con una matriz española-colonial tan intensa, como Perú, Bolivia, México, Chile. "Hicimos una vez una encuesta sobre a qué nacionalidad o grupo étnico pertenecían las personas entrevistadas y más de un 30% se declaró español y un 10% de otras nacionalidades (alemán, francés, etc.). Resultaba ser entonces que en Chile había un 40% de europeos", recordó el extraño descubrimiento.

En otra encuesta se preguntó de qué color se percibían los chilenos. Y los resultados indicaron que se veían de un color mucho más claro que el puede percibir el ojo a simple vista en la calle. "Es decir, que se sigue la misma pista del ojo que mira, se ha interiorizado el ojo del amo. No tiene que ver con lo que cada uno sea sino en como se ven: no es que sean rubios, pero se ven rubios. A esto lo entendíamos como el fenómeno de ‘los ojos rubios', tener el rubio en la mirada, deseando ser como otro. Entonces están los que se alegran porque su guagua nació clarita, ‘europea', aunque no por eso es menos mestiza que su hermano, que nació oscurito", apuntó Canales.

Cambios a través del tiempo

Comparando las mediciones realizadas en 1996 y las actuales, Canales señala una variación respecto de los primeros resultados: "Los más jóvenes, con mayor escolaridad, tienden a tener disposiciones menos autoritarias y menos discriminatorias. Aunque hay que destacar que esos cambios son muy lentos. Sin embargo, no veo una disminución en el autoritarismo basal chileno; tú dices ‘mano dura' y tienes a un 70% de los chilenos apoyando fuertemente. Por otro lado, la homofobia está retrocediendo, pero está presente en un 50% de la población. Mientras que lo que sigue inmóvil es el clasismo y el racismo en algunos sectores".

Y agregó: "El problema no es que haya desigualdad sino que haya desigualdad con discriminación. Podemos llegar a aceptar que haya desigualdades, pero no podemos aceptar que esa desigualdad sea discriminatoria. Que haya pobres y ricos es desigualdad, que sean siempre los mismos es discriminación. Y en Chile, hay desigualdad con discriminación", apuntó.

La tarea -sugiere el académico- es educar a la población en materia de derechos humanos y, a nivel personal, ir tomando razón de los prejuicios racistas y clasistas con los que se carga: "Reconocernos en nuestro mestizaje en definitiva. Dejar de mirarnos con ‘ojos rubios' y mirarse con ojos propios, de lo contrario, es negarse y negarse".