Como parte de este curso, los estudiantes deben desarrollar una investigación científica o desarrollar una estrategia de carácter ingenieril a lo largo del semestre. Para ello se solicitó autorización para trabajar en el sector del Cerro Lonquén perteneciente a la Viña Terramater, donde el año pasado el Laboratorio de Ecología de Ecosistemas había realizado el plan de manejo, en el cual se determinaron zonas destinadas a preservación, otras a conservación y otras a restauración.
"Siendo la idea principal del curso enfocar los esfuerzos en la restauración del sector, fue por iniciativa de los alumnos que surgieron interesantes proyectos, dentro de los cuales destacan los que evaluaron los efectos de posaderos en la frugivoría y dispersión de semillas de aves de la zona, los que determinaron la variabilidad de la flora presente en función de la presencia de degúes, y los que miraron el problema desde una perspectiva más amplia, interviniendo de manera activa en la comunidad aledaña para prevenir impactos sobre el ecosistema, como los incendios, tan recurrentes en el sector", señaló el Prof. Jorge Pérez Q.
Los alumnos se organizaron en diez grupos, cada uno de los cuales generará un informe final, los que serán entregados a la Viña como parte del acuerdo de cooperación.
Los estudiantes prepararon sus experimentos y procesaron sus muestras en el Laboratorio de Ecología de Ecosistemas, a cargo del profesor Jorge Pérez, quien es responsable del curso.
Este año, como en años anteriores, se agradeció la colaboración de diversos académicos que facilitaron materiales y otras instalaciones a los alumnos: Oscar Seguel (Lab. de Física de Suelo), Paola Silva y Herman Silva (Lab. SAP) y Horacio Bown (Departamento de Manejo Forestal, Fac. de Ciencias Forestales).