María de la Luz Aylwin, investigadora del CIAE:

"La neurociencia ayudará a ver la educación de forma distinta"

La neurociencia ayudará a ver la educación de forma distinta
María de la Luz Aylwin, Doctora en Fisiología, investigadora del CIAE y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
María de la Luz Aylwin, Doctora en Fisiología, investigadora del CIAE y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Cristóbal Moya antropólogo e integrante del equipo de investigadores del proyecto Explora Conicyt "Investigando en Ciencias Sociales: el consumo cultural y las historias de vida".
Cristóbal Moya antropólogo e integrante del equipo de investigadores del proyecto Explora Conicyt "Investigando en Ciencias Sociales: el consumo cultural y las historias de vida".
"Educación en el Aire", el programa del Senado Universitario, cada lunes a las 10 am. en radio Universidad de Chile, 102.5 fm.
"Educación en el Aire", el programa del Senado Universitario, cada lunes a las 10 am. en radio Universidad de Chile, 102.5 fm.

El Centro de Investigación Avanzada en Educación, CIAE, de la Universidad de Chile tiene un área dedicada, exclusivamente, a la neurociencia y la cognición con el objetivo de generar conocimiento sobre el aprendizaje de los humanos a partir de un análisis integrado del comportamiento, la actividad cerebral, el riesgo cognitivo, y el ambiente sociocultural.

Es por ello que la Doctora en Fisiología, investigadora del CIAE y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, María de la Luz Aylwin, explicó en Educación en el Aire que “la neurociencia son todas aquellas disciplinas que estudian el sistema nervioso y, en particular, el funcionamiento del cerebro”.

Una de estas áreas es la conducta humana que se estudia a partir del sistema nervioso. Según Aylwin esta materia “se puede comprender al poner un estímulo a un bicho o a una persona y ver cómo se comporta. Si eso se repite muchas veces se observa si cambia la conducta frente al mismo estímulo”.

Adjuntó que, actualmente, gracias a diversas ciencias “uno puede ver cómo se comporta el cerebro frente a los diversos estímulos o tareas”.  Gracias a estas tecnologías se han podido asociar las áreas o regiones del cerebro que participan en aprendizaje y memoria, en motivación o funciones de atención de los estímulos, entre otras.

La investigadora del CIAE explicó que gracias a estas técnicas se han descubierto las neuronas espejo “que es un área del cerebro que se activa cuando uno mira a otro haciendo la misma acción que uno haría. Entonces, por ejemplo, si uno toma un lápiz esa región se activa. Son neuronas que están asociadas con la empatía, con el aprendizaje y con la imitación”.

En términos de aplicación de la neurociencia en la enseñanza, María de la Luz Aylwin, dijo que “desde el área de la neurociencia se ha aprendido mucho, pero esa transferencia a acciones en el aula no es tan clara. De hecho, dentro del área de neurociencia hay mucha gente que pide cautela porque la cosa más relevante, desde mi punto de vista, es entregar esta información a los profesores, de manera que ellos la comprendan”.

La académica solicitó generar instancias en que los profesores tengan acceso e interactúen con quienes estén haciendo investigaciones en neurociencia con el fin de que “tomen las cosas que le sirven porque su mirada es importante para la posible aplicación o restricción de la ciencia en ayuda de su práctica diaria”.

Aylwin indicó que el conocimiento de la neurociencia ayudará a ver las cosas de manera distinta, entendiendo que la educación es una interacción, es decir “los estudiantes , y cualquier persona, no son un saco donde uno eche cosas y eso vaya quedando ahí, de hecho la forma en que se establece la interacción es muy relevante para que la persona acepte o no, o en el fondo, tenga ganas de aprender, incluso acepte la autoridad de lo que está diciendo el profesor”, explicó.

En ese contexto, la académica arguyó que “lo que se debe hacer en situación de aprendizaje es practicar aquellas cosas en lo que es necesario hacerlo, que puede ser: lenguaje, saber conocimiento, como también manipulación del conocimiento o aplicación de éste, y en esa área se necesita práctica”.

Ejemplificó que “cuando uno quiere enseñar a andar en bicicleta no le pasa un libro donde tiene que estudiar cómo andar en bicicleta, ni le hace pruebas de selección múltiple o desarrollo, sino que le pasa, primero, una bicicleta con rueditas y lo va afirmando y, eventualmente, le saca las rueditas, etc. Eso mismo pasa en aprendizajes de involucran procesos cognitivos que son mucho más complejos o difíciles de identificar, sobre todo en el lenguaje”.

Esto quiere decir que “la mejor forma de mantener la atención en una sala de clases es cuando se está haciendo algo y no se está pasivamente escuchando, pues se deja de adquirir el estímulo”.

En cuanto al proyecto de la Facultad de Educación que se quiere realizar en la universidad, donde se incluyen los conocimientos de neurociencia, Aylwin sostuvo que es relevante comprender que esta materia “tiene muchas restricciones respecto a su aplicación”, pero sí considera importante que “los profesores deben conocer lo que se sabe para que les sea una herramienta y no entregar esto como otra cosa que ellos tienen que aceptar, agachar la cabeza y hacer”.

Al finalizar, María Luz Aylwin habló sobre su utopía educativa, señalando que lo que le gustaría es que los profesores participaran en un grupo de investigación donde aprendiera del quehacer científico, fundamentalmente porque “uno puede enseñarle al profesor a hablar de ciencia, pero no saber hacer ciencia, entonces el conocimiento sólo a través del lenguaje y sin práctica me parece limitado; por lo tanto, su transferencia será limitada también”.

Investigador de FACSO Cristóbal Moya: “Las ciencias sociales no están en el currículo escolar”


El Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile está desarrollando, con apoyo del Observatorio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, un proyecto Explora Conicyt llamado “Investigando en Ciencias Sociales: el consumo cultural y las historias de vida”.

Proyecto que buscar acercar las ciencias sociales a 100 estudiantes de segundo y tercero medio de dos colegios particulares subvencionados y dos colegios municipalizados de Santiago.

Para hablar del tema, el investigador de la iniciativa, Cristóbal Moya, contó cómo ha sido la inserción en las ciencias sociales de este grupo de jóvenes, quienes en su mayoría desconocían de las herramientas que entrega esta ciencia y de algunas instituciones culturales de la región Metropolitana.

La iniciativa surgió cuando un grupo de investigadores de FACSO estudió el currículo escolar, donde casi no aparecen las ciencias sociales más allá de la historia. “Por ejemplo, no está la sociología, ni la antropología, ni la economía. Además, en Explora Conicyt la mayoría de los proyectos tiene que ver con ciencias duras, este es uno de los pocos programas que hay sobre el tema”, indicó Moya.

El objetivo era llegar, por un lado, a establecimientos municipales porque, por lo general, es donde menos se habla del tema, y a colegios particulares subvencionados. Es por ello que se eligieron dos instituciones de cada uno: el Centro educacional Erasmo Escala Arriagada y el Liceo Antonio Hermida Fabres, como también los colegios Liahona de La Florida y El Bosque, respectivamente.

La intención es conocer lo que entienden estos estudiantes con los conceptos de sociedad y cultura. Para ello se realizaron “una serie de talleres teóricos, metodológicos y prácticos para que se adentren en la lógica de la investigación científica y, en específico, en la de las ciencias sociales”, sostuvo el antropólogo.

Estos talleres han permitido que los propios estudiantes formulen sus proyectos de estudio, gracias, también, a dos salidas a terreno, una al Centro Cultural Gabriela Mistral, y otra a la Facultad de Ciencias Sociales, donde se les expuso sobre diversos temas “que les ha permitido comprender las formas de estudio del consumo cultural a través de estas ciencias”.

“Estas  indagaciones tienen que ver con las historias de vida que parten desde un familiar que les resulta interesante. Algunos de los proyectos que han surgido es sobre los cambios del circo chileno a partir de la abuela, sobre la compra de discos en contexto del “pirateo” de la música o por qué las mamás ven tantas teleseries”, sostuvo el investigador. “Cuestionamientos interesantes que aportan al capital cultural de los jóvenes que están conociendo un mundo nuevo”, indicó.

El acercamiento a las ciencias sociales de estos estudiantes ha tenido como consecuencia comprender que los jóvenes de este tipo de establecimiento no conocen del tema, por ejemplo “les costaba mucho retener la palabra antropología, porque les era desconocida, entonces el primer contacto fue por las ciencias que ellos conocían, como la física, la química y la biología, tratando de hacerles ver que hay formas de estudiar la realidad a través de lo social”, narró Moya.

Otro de los obstáculos que han aparecido en este proyecto es el aprender a escindir las ciencias sociales para que sus investigaciones se puedan mirar sociológicamente, antropológicamente o económicamente, “y explicar que un objeto no se excluye del análisis de una sola disciplina”.

Para finalizar Cristóbal Moya contó que a partir del proyecto se realizará un libro donde se conocerán los resultado de las investigaciones de los jóvenes y la metodología aplicada en esta tarea de comprensión de las ciencias sociales, con el fin que pueda ser replicada por quienes lo soliciten.

También participaron de Educación en el Aire

El Senador Mariano Ruiz Esquide, quien contó sobre su etapa de dirigente estudiantil en la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción. Participación que se llevó a cabo entre los años 1948 y 1955.

En la sección de “Innovación en la sala de clases” la estudiante de tercero medio del colegio Bicentenario de Talagante, Daniela, narró sobre la película sobre educación cívica que realizó para el concurso “Estucine” que organizó el Instituto de la Juventud.