Niños se compenetraron con la cosmovisión mapuche en la Ruka mapuche
"Mari Mari Kom Pu Che" fue el saludo con que fueron recibidos los Alumnos de segundo, tercero, cuarto y quinto básico de la Escuela La Araucanía de la Comuna de La Granja, en la Ruka Mapuche de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET), con una ceremonia ritual que a las 10 de la mañana dio inicio a las actividades del Campus Sur.
Antes de ingresar a la Ruka, los niños rindieron culto al Canelo, árbol sagrado mapuche, danzando a su alrededor acompañados por la Machi y el sonido del Kultrún. Luego, al ingresar a la Ruka, además de escuchar y aprender sobre la cultura mapuche tuvieron la oportunidad de hacer preguntas y presentarse, ya que se encontraban en un "lugar donde todos pueden ser escuchados", declaró la machi. De igual forma, los niños y niñas pudieron aprender a tocar instrumentos de este pueblo originario, comprendiendo sus características y cualidades, como que sólo los hombres pueden tocar la Trutruka y la Pifilka, y que sólo las mujeres pueden tocar el Kultrún, siempre que este no esté pintado, ya que en ese caso sólo le pertenece a la Machi.
El rito contó con la participación de dos representantes indígenas de Canadá, Heather Green, del Anishinabe Educational Institute del territorio Mohawk en Ontario y Paul Zakos del territorio Nanavut, quienes se encontraban en Chile participando del III Simposium Internacional Indígena "Conocimiento Ancestral e Intercultural" que se llevó a cabo en nuestra Casa de Estudios y que fue organizada por la Asociación Indígena Mapuche Taiñ Adkimn. Ambos se mostraron muy entusiasmados con la participación de los niños en la Ruka y felicitaron a la Universidad de Chile por abrir las puertas de las culturas indígenas a la comunidad.
Piscina Viva
Lucas Rissetti, junto a su hijo José Luis Rissetti, iban camino a la Feria del Libro cuando decidieron pasar a ver la Piscina Escolar que por más de ocho décadas ha visto cambiar Santiago desde Santa María 983. Y es que la obra de Luciano Kulczewski llama la atención. Un edificio vivo que es habitado día a día por cientos de estudiantes y ciudadanos que hacen de él un patrimonio deportivo de la Universidad, pero más importante aún, de Santiago.
Al igual que el resto de la Universidad, el recinto que es conocido como "piscina escolar", abrió sus puertas a la comunidad y realizó exposiciones, charlas y visitas guiadas en el marco de la jornada "La Chile recibe a Chile". "Me parece una iniciativa súper buena, porque además la gente comienza a tener consciencia de lo que tiene en su entorno. Es un ejercicio que se debería dar más de una vez. Sé que se hace para el día del Patrimonio Nacional, donde casi todos los edificios, tanto del Estado, como, en este caso, de la Universidad, abren sus puertas para recibir a la gente y que conozcan este tipo de lugares. Me parece una súper buena iniciativa. Es algo que sensibiliza a la comunidad sobre lo que tiene, y eso es un aporte".
Para María Magdalena Barros, arquitecta de la U. de Chile que participa del Comité de Patrimonio del Colegios de Arquitectos y trabaja para poder recuperar la piscina escolar de la U. de Chile, este edificio es emblemático por ser una obra de gran singularidad, con características muy especiales en cuanto a su forma, concepción y carácter estilístico. Se trata de uno de los representantes de art decó más notables de la ciudad, y por ello es que su deseo, de cara al aniversario 170 de la Universidad, es que "se le devolviera la dignidad con la que fue construida. Mantener su vocación original, pero que requiere esta puesta en valor, tanto del edificio mismo como de su entorno". Una tarea en la que ya se está trabajando y de la que ella forma parte.
Crónica con las actividades en los diferentes Campus
Medicina, Cicletada y Odontología
Campus Andrés Bello y Concierto en Punta Arenas
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