Coordinadora Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile

Columna de Dra. María Emilia Tijoux: "¿Qué quiere decir inmigrante? Racismo en Chile"

M. Tijoux: "¿Qué quiere decir inmigrante? Racismo en Chile"
Prof. María Emilia Tijoux lidera investigación Fondecyt sobre inmigrantes negros en Santiago
Prof. María Emilia Tijoux lidera investigación Fondecyt sobre inmigrantes negros en Santiago
Inmigrantes colombianos en Antofagasta

Sin embargo se han repetido los ataques racistas contra estos inmigrantes en distintos lugares del país. La justicia ha hecho poco y la vociferada hermandad chilena se deshace en la banalización de la discriminación racial. La deshumanización que introducen estas prácticas precisa ser reflexionada no solo por los especialistas, sino por los ciudadanos comunes. La llegada del 'otro' que el 'nosotros' busca diferenciar para humillar, despreciar y odiar, demuestra el temor y un proceso ideológico que nos deja en un pésimo lugar.

La voz corre en Colombia diciendo que en Antofagasta hay trabajo. El ingreso per cápita es de 23 mil dólares y aumentará con los proyectos de inversión minera en los años venideros. Se abren empleos precarios que los nortinos no están dispuestos a realizar, pero el problema adquiere otras dimensiones y surgen manifestaciones racistas.

Las pancartas aluden a la expulsión y argumentan contra su origen. La racionalidad que opera en el 'modo de ser chileno' debe ser explorada para enfrentar al monstruo interno del 'nosotros' que deshumaniza al 'otro' para castigarlo. La fantasmagoría sobre el inmigrante intensifica la extranjería que el poder racionaliza cambiando lo real para reproducirlo en el campo político y mediático.

La mancha de aceite extendida contra estos inmigrantes que 'sobran' puede ser detenida desde la reflexión vuelta hacia adentro, que hurgue y devele los elementos que ayuden a la comprensión de estos fenómenos. Al mismo tiempo ante el racismo hay que actuar, buscando los que estén de acuerdo contra su expresión. Una solidaridad en acto es indispensable para con todas y todos estos inmigrantes deshumanizados, que se vuelva política y que consiga lentamente pero con paso seguro, trastocar la indiferencia al mostrar la diferencia como la riqueza que se contrapone a la ilusión igualitaria. Quizás podríamos respirar más calmadamente.