IV.3.8 La Competencia universitaria (a) (La Época, Abril de 1997)

"El sistema de mercado y la globalización económica han ido poniendo de relieve la "competencia " como un eficaz mecanismo de asignación de los recursos. Indudablemente así lo es. Pero es preciso reconocer los límites que ello tiene cuando, en las situaciones reales, el funcionamiento del mercado no asegura condiciones ni reglas deljuego apropiadas para que este proceso tenga lugar.

Competir es propio del mundo académico; no es otra cosa lo que hacemos con nuestro trabajo y el deseo de verlo publicado y aplicado, distinguido de entre tanta otra creación surgida de nuestros pares. Por ello, se equivocan quienes creen que los académicos se contraponen, casi por definición, a la competencia. Sin embargo, para creer en ella, hay que creer también en las condiciones subyacentes que permitan tener un proceso limpio y eficiente.

Un primer obstáculo para que esto tenga lugar se refiere a la información disponible. En la competencia de oferta de servicios formativos, por ejemplo, es crucial que la información sobre metodologías, personal académico, apoyo logístico, etc., esté disponible para el "consumidor".

También se requiere información sobre campos ocupacionales y valoraciones que el mercado profesional entrega a distintas formaciones en distintos entes formadores. Aquí hay una labor de la autoridad reguladora, protegiendo los derechos legítimos de los usuarios actuales y potenciales.

Un segundo obstáculo son las reglas del juego. Por ejemplo, las universidades estatales funcionan con ataduras reglamentarias de todo tipo. Se les pide que enfrenten a las universidades privadas tradicionales que no tienen tales ataduras, a pesar de percibir subsidio directo del Estado. Aquí hay una tarea para la autoridad, en cuanto a establecer la igualdad de condición que requiere la verdadera competencia para ser justa y eficiente.

Pero un tercer problema es que no todo puede ser sometido al arbitrio del mercado. Las universidades, más allá de su rol eminentemente formativo, tienen por misión la de investigar Mucha de esa investigación es financiada por el mercado, pues ella puede representar un beneficio actual para los agentes que la encargan. Pero hay otra, más trascendente, que se refiere a la necesidad de pensar la política pública y los grandes temas nacionales de largo plazo, y desarrollar el arte y la ciencia pura.

Esas tareas constituyen una necesidad de las sociedades, particularmente en la medida en que ellas se modernizan. Eso amerita la intervención de la autoridad, financiando centros de excelencia en el ámbito público, aportando a la visión que toda sociedad requiere sobre sí misma".

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