IV.4.5 Crecimiento efectivo (La Época, Noviembre de 1996)

"La economía chilena ha dado muestras de gran fortaleza. Aunque quedan muchas barreras por salvar y deban hacerse progresos más intensos en materia de equidad, los resultados habidos en términos de crecimiento son importantes. No se han sin el doloroso ajuste estructural que ha implicado la reconversión productiva, ni sin los rigores que impone el logro de la estabilidad macroeconómica. Pero se han alcanzado metas que han permitido disponer de los recursos para poder llegar a la próxima generación con un país desarrollado.

Las metas que tanto nos enorgullecen no habrían sido alcanzadas sin disponer el país de la mano de obra calificada, y de los profesionales que permitieron que la reconversión productiva pudiera concretarse. Fueron nuestros técnicos e ingenieros; administradores - v economistas; juristas y humanistas, los que ayudaron a un sector productivo que, acompañado por las políticas adecuadas, hizo remontar al país. La experiencia de otras economías, en que este capital humano ha sido más escaso Y menos preparado, enseña que una barrera crucial es la disponibilidad de quienes estén dispuestos a tomar riesgos y apoyarse en las mejores capacidades de análisis -y estudio. El crecimiento puede ser efectivo, sólo si existe el capital humano suficiente.

Por ello, las inversiones que se efectuaron en el pasado en el sistema educacional, particularmente en las universidades, han constituido un factor crucial para el crecimiento efectivo. Se puede alegar que hubo grandes ineficiencias, que los incentivos del sistema exageraron el gasto necesario, que hubo un énfasis regresivo al apoyarse el estudio gratuito de los profesionales hoy exitosos. Pero no puede decirse que fue un esfuerzo vano. Hay una gran lección que sacar de esta experiencia chilena, sobre todo para quienes examinan desapasionadamente el futuro de la política educacional, especialmente la universitaria.

La continuación del crecimiento efectivo requerirá dos condiciones primordiales. En primer lugar una alta capacidad de investigación científica y tecnológica que, si está ausente se minimiza, no creará condiciones para pasar a una segunda etapa exportadora; se cerrarían así las puertas a la sostenibilidad del crecimiento. En segundo lugar, la mayor movilidad que debe producir el sistema educativo; en las actuales condiciones, la segregación de la universidad de los grupos sociales medios, indica un difícil camino en pos de un país con más justicia sobre la base de mejores oportunidades educativas y mayor productividad.

Habrá que discutir sin pasiones y sin eslóganes, una política universitaria que asegure eficiencia y equidad. Sin tal política, el crecimiento esperado para Chile podría convertirse en un sueño que no pudo realizarse ".

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