IV.5.5 Diversidad y trabajo universitario (La Época, Agosto de 1997)

"Se ha insistido bastante en el rol de la diversidad como ingrediente indispensable para el buen trabajo universitario. Tal concepto se ubica en múltiples contextos relevantes: social, político, religioso, disciplinario, etc. En cualquier caso, es indudable que tal diversidad ha de permitir un trabajo más profundo, mas amplio, de mayor excelencia, en la medida que ella garantiza la mejor selección del mejor capital humano para desarrollar las tareas de docencia, investigación y extensión. Asimismo, la diversidad permite que las preguntas se enfrenten con realismo, sin supercherías, con mayor capacidad para proveer respuestas relevantes Del mismo modo, la diversidad es crucial para que se produzca la movilidad social que es inherente al trabajo formativo de la universidad, justificando en forma sustancial los esfuerzos del apoyo estatal a dicha tarea.

Pero existe un factor contradictorio que es necesario balancear en el diseño de las políticas de desarrollo institucional. La diversidad disciplinaria parece contraponerse al objetivo también importante de lograr especialización. En realidad, no es posible asumir que una universidad pueda ser de excelencia en todos los campos posibles, y que por esa razón tenga que llevar a cabo todas las tareas en todos los ámbitos posibles científicos, tecnológicos, artísticos y de las humanidades. Por el contrario, resulta vital considerar que la especialización produce ventajas en la competencia con el resto del sistema universitario, permite concentrar los recursos en las áreas de mayor impacto, con indudables beneficios para la sociedad. Abarcar "mucho " puede llevara un contenido mediocre, a la falta de instrumentos apropiados para evaluar integralmente el trabajo institucional, y a la ausencia de los recursos que se necesitarían para sostener una gran diversificación en el tiempo.

La diversidad debe practicarse al interior' de cada disciplina que cultive la universidad. El plinto relevante es que los temas que se aborden se traten con la amplitud de criterios y visiones que necesita el conocimiento y la instrucción. No se trata de lograr tantas disciplinas como sea posible; se trata de lograr que el cultivo de las elegidas sea el apropiado del punto de vista de calidad y en cuanto a las opciones relevantes en un marco de excelencia académica.

El plinto crucial es, por lo tanto, decidir las áreas, especialidades o temáticas que han de constituir el fundamento de un trabajo universitario de calidad. Esa elección, siendo variable en el tiempo, decide la asignación de recursos y la perspectiva cierta de desarrollo institucional. Tan importante materia demanda una efectiva participación académica, una gran descentralización' en la gestión y un efectivo respeto por la excelencia. La diversidad elegida y mantenida apropiadamente, debe ser la resultante de una gestión apropiada con sentido de futuro y de institución".

 

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