IV.6.2 Dos universidades (La Época, Enero de 1997)
"Un distinguido académico ha descrito la existencia de dos Universidades dentro de la Universidad de Chile. La primera, aquella que produce excelencia, y que radica en el quehacer de sus académicos. Es la Universidad "de verdad". La otra, es aquella de las autoridades superiores, de la tendencia al centralismo, del entrabamiento al trabajo académico. Esta última intenta ahora atacar a la Universidad Ve verdad" por la vía de una "optimización ". El criterio: eminentemente económico. El proceso carece de un efectivo liderazgo académico y constituirá un limitado logro, si alguno, para el conjunto de la Universidad.
¿Cuál es la raíz de este problema, que consistiría en tina desvinculación entre gestión superior y desempeño académico? Parece originarse en la ausencia de política estatal sobre el tenia universitario, al no estar claro cuales son los criterios de eficiencia que se requiere en contrapartida a los recursos públicos recibidos.
Ni siquiera se sabe si los recursos asignados son o no suficientes, pites no se conoce el propósito efectivo de los mismos. Pero, aunque esta ausencia envuelve culpas, la propia gestión universitaria es también responsable de la disociación existente, al no lograr construir un consenso sobre objetivos y logros institucionales, ni de mostrarse resultados aceptables ante la comunidad.
Nada hay de erróneo en optimizar para tratar de elevar la productividad académica. En toda institución, ello debe ser una tarea permanente y no traumática. Pero tal proceso requiere efectivo liderazgo, capacidad para compatibilizar objetivos institucionales a partir del criterio de diversas unidades, aunando a la entidad, descentralizando la ejecución, centralizando las orientaciones de política, estableciendo metas cuyo logro pueda evaluarse sistemáticamente, adoptando transparencia en las definiciones y en su ejecución.
El problema de una optimización es, precisamente, cuando no es "económica ", en cuanto a construir objetivos comunes y de lograr su cumplimiento en término de indicadores y situación presupuestaria. Tal proceso no puede ser puramente financiero, basado en el actuar aislado de las entidades, sin consensuar criterios sobre objetivos institucionales; haciendo del "optimizar " un fin en sí mismo.
El momento de discutir estos problemas en forma amplia ha llegado. El tema de fondo: la necesidad de tina política estatal que rescate el rolde las universidades públicas, incluso vía la evaluación del trabajo institucional. El otro tema crucial: la necesaria eficiencia en el liso de los recursos públicos, y de incentivos para que tina mayor descentralización conduzca a mejores resultados académicos. La conciencia universitaria debe desechar las soluciones "paternalistas" y las "de alianza ". Debe primar una noción de liderazgo conductor, de eficiencia en la gestión, y de compromiso efectivo para revertir el déficit de Estado en la educación superior".