Salarios de eficiencia
Santiago, 05 de Enero de 2005
La gestión de los recursos humanos es de crucial importancia para el éxito de la empresa en su desarrollo estratégico. Como enseña la teoría de los salarios de eficiencia, la productividad se extrae de las personas por medio de estímulos adecuados, que parten del liderazgo conductor que concibe a la empresa como un proyecto común. La productividad que es intrínseca a las capacidades, conocimientos y destrezas de las personas no se produce automáticamente ni a un mismo nivel en diferentes condiciones. El estímulo es fundamental, por lo cual el vincular los salarios a los resultados se ha probado un mecanismo que flexibiliza suficientemente el costo del trabajo, y provee incentivos para que el ajuste se proporcione por medio de aumentos en productividad. Si al mismo tiempo la empresa provee la capacitación que es necesaria para la puesta al día permanente en su quehacer, entonces la receta de mayor productividad en función de los estímulos ha de funcionar de manera óptima. Esto es de crucial importancia, puesto que hace a los salarios -en sentido amplio- una variable endógena a la firma y a sus propósitos productivos, y reduce el ámbito de la acción directa de la política general.
El esquema de salarios de eficiencia pende en su posible éxito de tres condiciones fundamentales. Primero, que el ánimo de la empresa sea efectivamente el de concebir un proyecto integrador del cual son parte sus trabajadores, quienes no son así concebidos solamente como colaboradores accesorios, reemplazables y el mínimo costo posible. Segundo, que exista "fair-play" en materia de negociaciones salariales y esquemas de remuneraciones, para que efectivamente se crea en un sistema de bonos y participaciones en resultados que estimule la productividad del trabajo, por un lado, y permita acceder a mayores recursos, por otro. Tercero, que exista un efectivo liderazgo en materia de gestión del personal, que convenza acerca de las características de la idea de empresa "proyecto-común", que siente las bases de un sistema creíble y participativo, y que por esa vía conciba al empleo como una cuestión más permanente que transitoria.
Mucho pueden aprender los esquemas de gestión de recursos humanos de la experiencia del oriente, y de sus éxitos indiscutibles en materia de promoción de la productividad por incentivos.