Aniversario de compromiso
Santiago, 19 de Noviembre de 2003
Durante años se trató de asesinar su alma, un ataque febril pero coherente por parte de aquellos que quisieron servirse de su noble tradición, como también de quienes no comparten los principios de pluralismo y laicismo que permitieron consolidar su excelencia académica. También ha habido intentos de asesinato sobre su rol nacional y público, cuando se le mezquinan los recursos y no se diseña un sistema que de verdad apueste al futuro en investigación y formación. No han tampoco faltado los intentos de enlodar su imagen ampliamente, por medio de campañas instigadas por sus enemigos de siempre, que ven también en ella el estándar que habrá que abatir para favorecer la rentabilidad de sus negocios. Están allí también los que la acusan de ineficiente y lejana de los tiempos actuales, respondiendo solamente a los criterios de la tradición y la historia. Acciones y acusaciones que, sin embargo, se estrellan contra una verdad irrefutable: la primera Universidad del país lo es efectivamente del punto de vista de los indicadores que son relevantes. La primera Universidad de ayer, lo es también el día de hoy en medio de los retos y dilemas que para Chile levanta la sociedad globalizada y la era del conocimiento.
La Universidad de Chile cumple 161 años. Y este nuevo aniversario la encuentra en plena consolidación y modernización de sus programas, y una expansión en su hacer hacia el país. Son días en que se remozan sus estructuras internas y se gesta una estrategia de desarrollo. Días de la reforma integral del pregrado, de expansión sustantiva de los posgrados, de consolidación que los lazos internacionales en investigación y docencia, de reafirmación del carácter de universidad compleja con los mejores resultados en investigación en el país. Son también los días en que su Hospital Clínico se expande fuera de la Región Metropolitana, cuando empieza a concretarse su proyecto de Parque Científico-Tecnológico, cuando sus centros de investigación en todo el país se vinculan activamente con las necesidades de Chile. Sin temores, la institución se apresta a acreditarse en todo terreno para mostrar la calidad de su trabajo, sin buscar justificaciones ante el examen transparente. Frente a ataques e incomprensiones, levanta la Universidad de Chile su fuerza creadora, su inteligencia amplia, su alma ligada profundamente a la patria, su enorme tradición institucional, transformando a este aniversario en renovación del compromiso por Chile y las necesidades de su pueblo, para mirar al futuro y siempre hacer un acto de fe en la juventud chilena.