Señales de una Crisis
7 de agosto de 2002
La crisis regional nos levanta serias advertencias en el campo económico y político. No debe olvidarse que nuestra región latinoamericana es históricamente sujeto muy reconocido de crisis recurrentes que, mal manejadas, generan distorsiones y negativos efectos de largo plazo. Nuestro país, mirado en esa perspectiva histórica, ha sido sujeto de crisis de origen foráneo de diversa índole pero que, en el contexto de su administración interna, llevó a múltiples resultados indeseables en el largo plazo. Evidentemente, estamos en un mundo distinto a la realidad colonial, del desarrollo capitalista del siglo XIX o de las grandes confrontaciones políticas y económicas que dominaron el mundo durante el siglo XX. Pero estamos en la época de la integración, de la interdependencia, de la movilidad instantánea del capital, de la necesidad de mercados flexibles para actuar exitosamente en ese plano. Se trata de un mundo dominado por la información y las expectativas incidentes sobre las decisiones financieras y económicas. Por ello, y mal que mal, nuestra ubicación en la región siempre nos afectará con lo que en ella pase, sea los problemas y malos manejos económicos o las crudas fluctuaciones políticas a que los países de nuestra región se enfrentan. Ciertamente, desde el exterior cuesta cada vez más distinguir las realidades locales; por ello, la probabilidad de que ocurran efectos permanentes sobre nuestra economía no es menor ni podemos con arrogancia despreciarla.
Las señales deben ir exactamente en la dirección contraria a la que caracteriza a la mayoría de los países de la región. Ciertamente, como se ha hecho, se trata de mantener una firme y estable conducción macroeconómica. También de reafirmar nuestra decisión de vincularnos activamente con el resto del mundo. Pero asimismo, necesitamos dar señales claras de estabilidad para el inversionista, preservar una adecuada flexibilidad en los mercados, respetar las reglas del juego que hemos pactado, y preparar a sectores clave como la investigación aplicada y el desarrollo de la mediana y pequeña empresa para apoyar el desempeño económico en la salida de la crisis. ¿Seremos capaces de responder a las señales de la crisis?