Una unidad ejemplar

20 de Junio de 2001

En días recientes, las dos principales universidades del país, la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica, firmaron un convenio que dará lugar a una amplia colaboración entre ambas. Se trata de una alianza estratégica, en que los recursos de las dos instituciones, especialmente en materia de investigación científica y tecnológica y formación de postgrado, se sumarán para rendir frutos mejores y en forma más eficiente. Una colaboración que permitirá aumentar la masa crítica académica existente, y podrá convertirse en un instrumento poderoso para establecer un patrón de mayor calidad en el sistema universitario chileno. A todas luces, una cuestión de alta conveniencia para el país y sus objetivos de mediano y largo plazo, que serán de esta manera más alcanzables con los mismos recursos mejor aprovechados.

La cuestión propiamente académica y científica está claramente reseñada como de alta conveniencia, y un factor que provocará un cambio favorable en el sistema universitario nacional. Pero es necesario destacar el aspecto más trascendental que permite señalar a esta iniciativa como un verdadero ejemplo para la nación. Resulta evidente que ambas universidades han estado separadas durante muchos años (posiblemente cerca de un siglo) porque siempre en sus relaciones primaron las diferencias existentes entre ambas: su inspiración diferente del punto de vista religioso y ético, su historia distinta –como producto de respuestas a momentos y circunstancias distintas-, una evolución institucional disímil, y la existencia de un muy dispar conjunto de oportunidades durante las últimas dos décadas. Una importante variedad de razones para justificar una ausencia de colaboración que sólo perjudica al país en su conjunto. Por el contrario, el espíritu de unidad, que ha tenido como transfondo el interés supremo de la Nación, permite privilegiar lo que hoy día es importante: el futuro de Chile y de las mejores posibilidades para entrar exitosamente a la sociedad del conocimiento. Es en este sentido que el convenio recientemente firmado constituye un ejemplo significativo para el país: la necesidad de construir mayor unidad por sobre las diferencias, para así privilegiar los objetivos de veras importantes: la Nación y su futuro, las posibilidades mejores para nuestros jóvenes y niños.

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