Crédito Para Educarse
07 de Marzo de 2001
El financiamiento de los estudios superiores ha constituido un creciente problema en los últimos años. De una educación superior gratuita, pero con severas restricciones de ingreso y controles de calidad, se pasó a un sistema pagado, con una gran expansión de la matrícula y un liberal sistema regulatorio. Este mismo cambio creó un problema de financiamiento, que se enfrentó con crédito fiscal restringido a las universidades del Consejo de Rectores y aplicado con criterios de solidaridad social. El resultado ha sido una enorme segmentación del sistema, la discriminación de la educación técnica, la discriminación contra la clase media en las universidades, y la existencia de subsidios cruzados e implícitos que éstas deben igualmente proveer. A las demandas crecientes de crédito y la protesta por un monto insuficiente provisto por el Estado, se une la existencia de un modelo de educación superior que no promueve ni calidad ni pertinencia. Existe la fundada sospecha de que hay profesionales redundantes, baja en la calidad formativa y un futuro de desempleo profesional que agravará la situación.
Se ha planteado un posible esquema de ampliación del fondo de crédito sobre la base de los fondos previsionales. En términos técnicos, la cuestión financiera ha sido bien abordada y se está a la espera de decisiones políticas, especialmente en lo que respecta al rol que cumplirá el Estado en materia de financiamiento y gestión del sistema. Pero la cuestión más importante en la necesidad de tener un sistema de acreditación, que garantice el financiamiento de acciones formativas de calidad y pertinentes. No podemos financiar otra cosa, como tampoco un desempleo profesional con los recursos previsionales que siempre alguien tendrá que pagar. Así las cosas, la palabra la tiene la autoridad, porque los avances en materia de acreditación han sido pocos, y hoy día resultan indispensables para al menos pensar en un sistema de financiamiento sólido dentro de algunos años. Este año nuevamente se hará presente el déficit significativo de recursos y una débil recuperación de aquellos ya otorgados, por ello resulta indispensable que la autoridad tenga también una respuesta a este tema coyuntural.