Desempleo Estructural
01 de Noviembre de 2000
El problema de desempleo sigue porfiadamente presente en nuestra economía. Por lo mismo, se constituye en comentario obligado cada vez que aparecen las estadísticas, y se insinúa como uno de los predictores más aceptados en cuanto a revelar el estado de la situación económica global. La preocupación que las cifras desatan es natural, toda vez que la presencia de desempleo relativamente alta revela que la economía no está del todo recuperada, y que aún priman secuelas de la crisis de hace más de un año. Las extensiones de este problema a la situación social y las presiones que la misma desata constituyen el fundamento para la preocupación de la autoridad y del mundo empresarial, especialmente en vistas a la nueva y necesaria inversión.
Sin duda, e independientemente de la recuperación mayor que podrá exhibir nuestra economía, el desempleo también refleja tres fenómenos más estructurales que resulta necesario atender en un contexto de mediano plazo. El primero, son los modos de ajuste del mercado laboral, caracterizado por rigideces que llevan a congelar la situación del empleo y flexibilizar aquella relativa a salarios reales y condiciones de trabajo. Junto con intervenciones a veces poco propicias, el problema del modo de ajuste del mercado no es uno menor entre las razones de un alto y persistente desempleo.
Un segundo elemento es que, aparentemente, durante el reciente período de crisis y ajuste las empresas introdujeron innovaciones importantes dirigidas a ahorrar trabajo. La introducción, quizás inevitable, de tecnologías modernas, pero en definitiva más intensivas en capital, no ha sido independiente de los esfuerzos de reforma del mercado laboral hace poco emprendidos, desgraciadamente con poca información sobre contenido y propósito. Pero un tercer factor, no lejano de este último, es la pobre calificación de nuestra fuerza de trabajo. Es difícil concordar con la opinión de algunas autoridades que sostienen que Chile tiene ventajas en mano de obra calificada. Lo que revelan nuestras estadísticas es un muy alto analfabetismo funcional, acarreando ello un escaso atractivo para la inversión intensiva en empleo. Como el ciclo de inversión y expansión en actividades intensivas en recursos naturales parece haber tocado cierto techo, la persistencia del desempleo se hará cada vez un problema estructural que debe atenderse con urgencia.