Panorama Alentador
23 de Agosto de 2000
La situación y perspectivas de las economías del Asia-Pacífico representan un escenario estimulante para Chile. Esta región ha recuperado un ritmo de crecimiento satisfactorio, fuertemente sustentado en la robusta expansión de los Estados Unidos. Las proyecciones se presentan optimistas para los próximos dos años, aunque hay dos riesgos potenciales que deben considerarse cuidadosamente. El primero se refiere a una posible más profunda corrección en el mercado de stocks de los Estados Unidos, que llevaría a una caída en el consumo y la inversión y a una recomposición de portafolio con una reducción del valor del dólar vis-ˆ-vis otras monedas, conduciendo a un escenario de inestabilidad en los mercados financieros. Un segundo riesgo se refiere al efecto del incremento en los precios del petróleo, el cual puede generar cambios que perjudiquen más a las economías más pequeñas de la región, aunque en general no contribuirá a una recesión global en la región. En general, las proyecciones han tomado en cuenta estos riesgos, y parecen ser bastante sostenibles, a pesar de que existan algunos ajustes financieros.
Chile coloca en la región Asia-Pacífico una proporción muy alta de sus exportaciones. El escenario descrito es, por tanto, un buen indicador acerca de la solidez de las proyecciones que se han efectuado en cuanto al crecimiento nacional. Naturalmente, uno de los problemas que permanece es el de las expectativas y sus efectos sobre la inversión y el empleo. En este aspecto es fundamental que existan señales muy transparentes, que puedan asegurar que las condiciones de costo no serán afectadas en forma arbitraria. Asimismo, subsistirá la preocupación de los altos niveles de desempleo, que en parte responden a un cambio técnico que hace que el crecimiento absorba menos mano de obra. El reto aquí se refiere a capacitación y mayor movilidad de la mano de obra, aspectos que deberían concentrar los esfuerzos de política durante los próximos dos años. Así, el alentador panorama para la economía chilena deberá acompañarse por decisiones en estos dos ámbitos claves para el futuro.