¿Ineptitud nacional?
19 de Julio de 2000
Dos pésimas noticias nos han afectado recientemente, revelando en forma cruda los graves riesgos de no llegar a ser un país con mejor futuro económico. La prueba SIMCE aplicada a los estudiantes de básica y el estudio que condujo el Departamento de Economía de la U. de Chile sobre competencias y destrezas de la población adulta revelan que tenemos en el país un grave problema educacional. Causa esto una gran tristeza, al pensar que Chile fue en el pasado destacado en Latinoamérica por su sólida educación. Hoy tenemos niños y jóvenes que no saben expresarse y desconocen la utilidad del buen análisis, y una población que en proporción significativa simplemente no entiende lo que lee.
La cuestión es, y muy dramática, qué hacer. Luego de gastar grandes recursos en "mejorar la calidad" de la educación y de haber teorizado suficiente sobre materia curricular, los resultados no son ni siquiera dignos de un país que no haya emprendido un serio esfuerzo en la materia.
Parece indiscutible que si no se prioriza a los profesores, nunca habrá reforma exitosa a ningún nivel. Esto significa devolverles su dignidad, y por lo mismo, darles la capacitación y la motivación que hoy día están ausentes. Hay que sustituir el profesor "con taxímetro" por ese mismo apostolado que construyó la educación que otrora nos enorgulleció; significa también devolverle al país una formación pedagógica universitaria de calidad, y que otorgue a la profesión docente el orgullo que ha ido perdiendo. Hay que darles nuevamente credibilidad a los viejos maestros, para que inspiren las preguntas que hay que dirigir hoy al sistema, y a las serias y profundas correcciones que deben introducirse. Parece ser que una fase ha finalizado en el fracaso, y que deben ponerse en discusión los fundamentos mismos de lo hecho, evitando que similar calamidad siga proyectándose a lo que ocurre en los otros niveles educacionales. El país desea que esta prueba de ineptitud nacional que hemos recibido constituya una lección para enmendar caminos y poder volver a construir un proyecto de futuro.