Condiciones Para Crecer

Santiago, 27 de agosto de 2003

El objetivo de que la economía chilena crezca a tasas sostenibles de 6 o 7 por ciento anual, durante un buen período de años, resulta crucial para enfrentar muchos retos que dependen de la disponibilidad de recursos. Más educación y salud, por ejemplo, son temas reconocidos que se ligan en forma indisoluble con la capacidad productiva de la economía. Por cierto, esas tasas de crecimiento nos permitirían alcanzar el piso del mundo industrial dentro de unos 25 años, así poniendo de relieve que trabajamos para las generaciones futuras y no necesariamente para las presentes. Ello pone aún más de relieve nuestra responsabilidad en cuanto al diseño de las políticas e instituciones que efectivamente fomenten el crecimiento en un sentido de largo plazo. Esto especialmente para no olvidar que el crecimiento tiene mucho que ver con sacrificios presentes, para así fomentar el ahorro y la inversión necesarios para el crecimiento futuro. Por cierto, esta visión también implica una confianza muy definida en la institucionalidad política y económica que el país necesita para que el sacrificio se transforme efectivamente en resultados positivos.

Pero existen al menos dos factores que cuestionan nuestra efectiva capacidad para crear las condiciones que se mencionan como indispensables para crecer en la forma descrita. Por una parte, nuestro bajo entendimiento respecto a lo importante que resulta mejorar el recurso humano para poder sostener el potencial de crecimiento económico, pero también para favorecer la estabilidad social y política que requiere la inversión. Una situación de división de hecho entre quienes reciben buena educación y salud y aquellos que se encuentran simplemente desventajados y víctimas de una severa brecha de calidad y efectividad, no es precisamente la característica de un país que abrigue el potencial efectivo para crecer. Pero, al mismo tiempo, cuando se trata de un país dividido, presa de los fantasmas y rencores del pasado, donde no se han establecido los parámetros básicos para buscar una verdadera reconciliación, no se delinea una situación propicia para fomentar la credibilidad de la institucionalidad para sostener proyectos de largo plazo. Por ello la responsabilidad política es hoy día tan grande: se trata de crear y fomentar el potencial para crecer sobre la base de una unidad efectiva del país, de concebir una mirada distinta a los temas de equidad y de alentar la credibilidad institucional en perspectiva de largo plazo.

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