La Salida de la Crisis en Japón
09 de Junio de 1999
La situación económica del Japón constituye un parámetro fundamental para analizar las perspectivas de recuperación de las economías asiáticas y de nuestro propio país. No hay que olvidar que una proporción significativa de nuestro comercio exportador se orienta hacia los países de Asia. Tampoco debe olvidarse que la recuperación de estas economías depende, en gran medida, del ajuste estructural con relación al sector financiero, cuestión que tomará un tiempo significativo y que augura una recuperación lenta.
En la economía japonesa las señales son aún bastante contradictorias. Por el lado negativo, se observa un desempleo inusualmente alto (cerca de un 5%), mientras que las corporaciones anuncian nuevas reducciones en sus planes de inversión por más de un 9%. Asimismo, los paquetes fiscales de estímulo al gasto no han tenido un efecto visible, excepto en términos del crecimiento de la deuda y el déficit público. Por ejemplo, en febrero el gasto privado cayó en cerca de 4% con respecto al mismo mes del año anterior, señalando así que las perspectivas de crecimiento son discutibles. Por el lado positivo, sin embargo, hay que hacer notar que la actividad exportadora japonesa mantiene un gran dinamismo, que ha llevado incluso a incrementar el superávit comercial, mientras que la bolsa ha registrado ganancias significativas y se espera un efecto importante, aunque rezagado, de las reducciones de impuestos destinadas a estimular el gasto y la inversión.
Las perspectivas de una recuperación sólida y sostenida de la economía japonesa se mantienen para el período de normalización económica y de un cierto estancamiento, a la espera del resultado de las medidas fiscales y financieras que han sido adoptadas y que deben renovar la confianza del sector privado. No se percibe una profundización de la crisis, pero tampoco una salida rápida que permita conjeturar una recuperación sino muy pausada para las economías más marginales y dependientes como la nuestra.