Inversión Extranjera

07 de Abril de 1999

Una condición de fundamental importancia para obtener crecimiento alto y sostenido se refiere a la existencia de tasas de inversión suficientes. La experiencia de los países recientemente industrializados nos hablan de un poco por encima del 30 por ciento del producto para poder considerar "satisfactoria" la llamada tasa de inversión agregada. Obviamente, no se trata solamente de tener buenos proyectos públicos y privados, ni de que los mismos sean evaluados en forma apropiada en cuanto a sus elementos técnico y condiciones de retorno financiero. El tema cruciales el del financiamiento, el cual tradicionalmente ha levantado mayores dificultades n los países en vías de desarrollo. En efecto, el ahorro interno es insuficiente y la credibilidad internacional de los buenos proyectos es considerada débil, así haciendo extremadamente difícil el conseguir recursos de hoy para la producción del mañana.

En nuestro país existen muy insuficientes tasas de ahorro doméstico en relación, al menos, con los niveles de inversión que estamos aspirando sostener. Una alta propensión al gasto, una baja valoración relativa del consumo futuro en base al sacrificio presente, como también la existencia de desincentivos de todo tipo, hacen que el ahorro sea deficiente. No sabemos que pasó con las recomendaciones de la Comisión Nacional que abordó este tema hace un tiempo atrás, pero en su informe se sugerían los problemas que inhibían la conducta de ahorro y las recomendaciones para enfrentarlos en un contexto de largo plazo. En cualquier caso, lo que prima es una mayor dependencia de lo deseable de la inversión y de ahorro externo, poniendo a la economía nacional en situaciones fluctuantes tanto en relación a sus equilibrios macro - particularmente la estabilidad del mercado cambiario - como en cuanto a la propia sostenibilidad del crecimiento.

Sin duda alguna, la mayor estabilidad de la inversión externa es una condición para nuestra propia estabilidad de largo plazo. Por ello, se requiere atender los problemas que tienden a debilitar la imagen de país, incluyendo en ello los temas sociales, políticos y la propia eficiencia de nuestro sistema económico. El país cuenta con buenos proyectos, y necesita avanzar hacia aquellos que den mayor valor agregado a las exportaciones, requiriendo por lo mismo una política de atracción de la inversión extranjera moderna, ágil pero, por sobre todo, integral.

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