Competividad y Fortalezas

24 de Marzo de 1999

La salida de la recesión mundial estará marcada por una creciente ola de mayor competitividad a través del mundo. Sin ninguna duda, la mayoría de los actores en el comercio tratarán de elevar significativamente su participación en el mismo, para así poder solventar los proyectos que sus economías necesitan para recuperar terreno. La normalización de su situación financiera, de los equilibrios macroeconómicos internos y hasta de las situaciones distributivas y del empleo, dependerá del grado de éxito en la fase de recuperación. El final de la crisis estará marcada por una desatada productividad, para lo cual las economías deben estar preparándose en forma sistemática.

En ese contexto resulta extraordinariamente importante que Chile haya retomado una dinámica en cuanto a infraestructura. Las inversiones que se están dando en este campo por medio de las concesiones privadas, son de fundamental importancia para apoyar la expansión del sector exportador. Ello concederá a la economía chilena una fortaleza importante en orden a lograr su mayor éxito comercial que tanto se precisará para recuperar terreno perdido en materia de crecimiento económico. Pero asimismo, habría sido importante que Chile hubiese también podido en medio del escenario de crisis, elaborar una estrategia para desarrollar fortalezas importantes en otras dos áreas de crucial importancia en vista a competitividad internacional: el desarrollo de los recursos humanos y la investigación básica y aplicada. Prevalecen atrasos significativos en estos campos, que no se merece un país que ha experimentado una expansión económica de la naturaleza del nuestro en los pasados años y que, inevitablemente, se traducen en debilidades fundamentales a la hora de comparar costos y productividad. El país necesita dar un salto hacia la manufactura liviana y los servicios, alejándose de exportaciones fundamentales en escaso valor agregado.

¿Cómo se hará aquello si no desarrollamos la base de conocimiento que precisa una expansión productiva que garantice estabilidad?; ¿Cómo, de otra manera, alcanzará Chile el objetivo de desarrollo dentro del primer cuarto del próximo siglo? Materias de un debate aún pendiente, sobre el cual tenemos que elaborar una respuesta de país sólida y permanente, y que las próximas generaciones nos representarán, con toda justicia, como un descuido debido a nuestro excesivo énfasis en el corto plazo, y a un proverbial énfasis en las inversiones en capital físico como única fuente para lograr visibilidad y efectividad.

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