Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de presentación de la segunda edición del libro: "Mujer Generación Siglo XXI: Reflexiones y Vivencias"

Graciela Donoso escribió en una de sus páginas algo que quiero citar: "Creo que hombres y mujeres fueron creados por Dios como seres complementarios para que en común unión creen una sociedad en la que todos sus miembros encuentren los espacios que requieren para desarrollarse y en plenitud en un clima de respeto y solidaridad". Y creo que ese párrafo resume de una manera magistral lo que aquí está ocurriendo, lo que estamos haciendo aquí al rendir culto a un espacio que hemos creado para que represente solidaridad y para que represente esa mancomunión que es tan necesaria en la universidad entre hombres y mujeres, pero también en todas las dimensiones del trabajo universitario.

Este libro también representa la gran variedad de cultivos disciplinarios; está Alejandra Mizala que no dejó de presentarnos un ejercicio estadístico fundamental, por cierto, para mostrar las persistentes diferencias de ingresos entre hombres y mujeres. Pero está también las de varias otras académicas que han dedicado sus páginas a recordar a otras académicas a homenajear a profesoras que han hecho un aporte a la institución y que posiblemente no fue reconocido en la oportunidad.

Yo creo que este libro resume de una manera muy explícita la diversidad de la Universidad de Chile; yo creo que ya basta de esos homenajes que se hacen en el día de la mujer, en que les dedicamos un día para entregarles una flor, para decirles que las queremos mucho, y con eso consideramos nuestras conciencias acalladas respecto a lo que pasa los otros 364 días del año. Aquí estamos creando un espacio, como lo dijo Roxana Pey muy bien, un espacio universitario en que la mujer ocupa su lugar y esta es una hermosa tradición que hemos creado y que ya va para la tercera generación de mujeres siglo XXI. Por cierto que no faltaran los que digan que en algún punto se van a acabar las mujeres para poder hacer el libro algunos años más tarde; pues bien, creo que tendrán que haber más mujeres, creo que habrá que incorporar más a las estudiantes y más a las funcionarias, porque lo que queremos recoger acá es la diversidad desde todo punto de vista, pero sobre todo dar reconocimiento a esa sensibilidad tan importante que es el aporte que realizan las mujeres al trabajo universitario. Yo me siento tan agradecido de tener que colaborar permanentemente con mi Vicerrectora de Asuntos Académicos, y también de tener una Directora de Comunicaciones, una Directora de Bienestar Estudiantil, una Directora de Investigación, una Directora de Asuntos Internacionales, también una Directora de Evaluación Institucional y para mí es un privilegio trabajar con ellas, porque con ellas siempre encuentro la franqueza que muchas veces no se revela en un escritorio frente al Rector de la universidad. Y creo que su particular sensibilidad, su particular forma de comunicar, es francamente un ingrediente insustituible para hacer funcionar bien esta institución.

Yo creo que hay distintas visiones sobre las maneras que ocurren las cosas. Alejandra Araya, por ejemplo, nos dice que "Las mujeres filósofas, literatas, humanistas, mecenas, dedicadas a las letras o a la ciencia, gracias a la historia de las mujeres, las perspectivas de género y las feministas, hoy tienen un lugar en la historia, en el gran relato que autoriza y desautoriza a ser sujetos y protagonistas de él a quienes de algún modo u otro no tienen estimación ni gravedad, que no escriben con razón fundada, que no son "eminencias". Junto a los pobres y marginales de todo tipo, las mujeres hemos sido permanentemente devaluadas en nuestra capacidad de acción y razón en el mundo de los que son reconocidos y autoproclamados autoridades".

Pero también Carmen Luisa Letelier, nos dice: "Sin querer aparecer alguien extraño, quiero decir desde ya que mi experiencia personal y lo que he podido observar a mi alrededor, especialmente en el ámbito de nuestra Universidad de Chile y en general dentro del ámbito artístico nacional y de otros países, no se inscribe para nada en este tipo de apreciaciones. Todo lo contrario. Creo que, sobre en Chile y especialmente en nuestra Universidad, los hombres, los colegas saben ser muy deferentes a nuestra condición de mujeres, los jefes (Decanos, Directores y Rectores) son finos, delicados y hasta diría que galantes, y nuestros colegas músicos y profesores, igualmente". Aquí hay diversidad de opinión, aquí hay todavía cómo hacer mucho debate sobre un tema que profundamente debe preocupar a la universidad, pero esto que estamos haciendo hoy es insistir en declarar que en esta universidad aparte de los baños, por cierto, no hay espacios masculinos y espacios femeninos, son los espacios de universitarios, porque lo que aquí vale son las ideas, las ideas y nada más que las ideas y creo que eso es muy importante que ocurra en una universidad y que así ocurra para manifestar lo que ustedes sienten y hacen.

Liliana Masson nos dice: "¿Qué es lo que nos mueve a abrazar la misión de enseñar? ¿Es un sentimiento de entrega, de generosidad, de comunicar a un semejante lo que sabemos sobre algo, de traspasar nuestra experiencia a las nuevas generaciones, de prolongarnos intelectualmente en el tiempo a través de nuestros alumnos? ¿Es verdaderamente una vocación?" y responde que sí la es, porque a la docencia deben corresponder la vocación y la entrega. Creo que no hay definición más importante para lo que hacen las mujeres en la universidad. Yo he tenido de compartir con ellas, en el Consejo Universitario, lo que comparto con una decana y también en la Comisión Normativa Transitoria y en el Senado universitario, dónde comparto con colegas con el talento de Raquel Burrows, Sofía Letelier, Yazmir Fariña, que, por cierto, participaron, como varias otras, en la Comisión Normativa y yo me siento también, y en eso adhiero a lo que ha dicho Roxana, tan alagado por el hecho de haber contado con esa fuerza para poder sacar adelante tareas que se veían imprevisiblemente difíciles, como era los nuevos estatutos de la Universidad de Chile y ahí estuvo la presencia de la mujer, su consecuencia y su obstinación. Las mujeres son obstinadas, pero creo que es una obstinación sana y necesaria para los hombres que usualmente entregamos rápidamente frente a las dificultades. Yo creo que eso es una cosa que vale la pena, igual que esta cita que quiero hacer finalmente de una joven artista, Vivian Romo, miembro del Ballet Nacional Chileno, que hoy día se encuentra de aniversario. "Ilusiones, desilusiones, pasiones, alegrías, rabias, penas, justicias, injusticias, amores, desamores, fragilidades, fortalezas y un sinnúmero de sentidos, que están implícitos en la vida misma, se pueden expresar a través de la Danza y el Arte. Con estas palabras, simplemente pretendo expresar mi sentir, con la manera más honesta que tengo de expresarme, y con lo que he visto en la vida de muchas personas que están involucradas en este Arte y cuyo trabajo diario se ha transformado en una lucha por la valoración".

Aquí, estimadAs colegas, en este libro hay una gran cantidad de sentimientos e ideas que yo creo que, como el libro el año anterior, constituye francamente una inspiración, pero sobre todo en una demostración palmaria de lo que es la Universidad de Chile. Es la universidad de las ideas, es la mejor universidad del país, es la universidad que hace todo lo que tiene que hacer para permanecer como la primera del país, pero además es una universidad donde prima la sensibilidad, donde prima la solidaridad y donde trabajamos todos de la mano para hacer bien lo que tenemos que hacer, enseñar y diseminar conocimiento para el progreso de Chile. Les agradezco mucho que nos hayan acompañado esta mañana, y es cierto, esto tiene lugar en el Salón Eloísa Díaz; tendrán que haber más salones con más nombres de mujeres también en la Casa Central, pero creo que éste es un homenaje también debido a aquellas mujeres que con tanto esfuerzo sacaron adelante en tiempos muy difíciles el derecho y a la vez el deber de participar en la universidad y de participar desarrollando también su vocación ciudadana. Muchas gracias a todos ustedes, ustedes saben cuanto las queremos, pero lo de la Rectora lo conversamos más tarde.

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