Loreto Millar hoy integra el equipo del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile. Es Bibliotecóloga Documentalista con mención en Gestión de Información de la Universidad Tecnológica Metropolitana, y cuenta con un diplomado en Conservación y Manejo Integral de Objetos Patrimoniales, además de un postítulo en Restauración del Patrimonio Cultural Mueble de la Universidad de Chile. A estas credenciales suma una trayectoria que ya supera los diez años de experiencia práctica.
Como conservadora, su trabajo busca aportar a la puesta en valor del patrimonio universitario que realiza el Archivo Central Andrés Bello de la U. de Chile, destacando la documentación, libros y fotografías de Justicia Acuña; el álbum D25 exhibido en la exposición fotográfica de El Rostro de Chile en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC); y el libro incunable de 1492, Lavacrum Consciente, con encuadernación en pergamino. “Mi paso por el Archivo me ha dado el reto de restaurar materiales complejos y también gestionar junto al equipo del Archivo los proyectos, prioridades y criterios de cuidado del patrimonio. Es un importante desafío técnico y una carga emocional e histórica trabajar con documentos, fotografías y objetos tan relevantes para las comunidades”, afirma.
El miércoles 8 de mayo, Loreto Millar participará en el seminario internacional de encuadernación Sienart 2024, con la exposición titulada “Restauración de un álbum fotográfico de los años 50' del Laboratorio de Fotografía y Microfilm de la Universidad de Chile: historias, reflexiones y decisiones en torno a su creación, re-encuadernación y conservación”. Las sesiones se realizarán vía remota y los interesados deberán inscribirse en el formulario web.
- ¿Cómo conociste el Archivo Central Andrés Bello?
La existencia del Archivo la descubrí cuando estaba en mi penúltimo año de carrera de Bibliotecología. Una profesora nos contó que había personas que se dedicaban a reparar libros antiguos y que los dejaban como nuevos. Esto me llamó la atención y llegué a buscar información, así descubrí que existían los restauradores que volvían "a recuperar" a su estado original libros, documentos, pinturas, arquitectura. Posteriormente, en el año 2014, el año en el que yo iba a rendir mi examen de título, se abrió una convocatoria de pasantía en el área de Conservación y Patrimonio en el Archivo Central Andrés Bello. Yo creí que era una buena posibilidad de saber si es que tenía habilidades para trabajar en restauración.
- ¿Cuál es la labor más importante del Archivo para la comunidad?
La conservación y la puesta en valor de los patrimonios. El Archivo tiene una metodología de trabajo en donde desde las diferentes disciplinas que lo conforman se hace un trabajo muy virtuoso. La huella que el Archivo lleva hacia comunidades, hacia otros espacios patrimoniales que tienen material relevante para sus propias comunidades o también a nivel nacional y eso creo que es como lo más importante
El Archivo educa, apoya y va aprendiendo de las comunidades de manera constante, en relación con colocar los objetos en valor y de cómo conservarlos, siempre pensando en que estos son un vestigio del pasado, que cuentan o configuran una historia, teniendo en cuenta de que son el eco pasado hacia el futuro y que no solamente se puede escuchar hacia el presente, sino que también pensando en las sociedades más adelante.
- ¿Cuál es la reparación más importante que has hecho en el Archivo?
El trabajo hecho con la donación del material de Justicia Acuña, la primera mujer ingeniera en Chile. Esa labor contempló el trabajo de todas las áreas de conservación, en donde tuvimos que trabajar con documentos, libros y fotografías. Fue un desafío muy importante, pues había que restaurar diferentes materialidades con sus propias complejidades y deterioros.
Fue un gran reto la restauración de fotografías. Es por lejos el material más delicado para trabajar y, de alguna forma, había que compatibilizar lo que era conservación y restauración, respetar la originalidad del material y que esa restauración no provocara algún daño, puesto que es muy sensible. Sin embargo, fue interesante porque había muchos vestigios de historias personales. Desde el área de la restauración, cuando observas un material, puedes ver a través de los deterioros o de ciertos elementos las formas de uso, el cuidado. En el caso de Justicia Acuña, sus familiares tenían una valoración y un cuidado respecto a los recuerdos y de los objetos que formaban parte de esa persona.
- ¿Cuál es el material más antiguo con el que has tenido la oportunidad de trabajar en el Archivo?
El libro Lavacrum consciente de 1492, un ejemplar escrito en latín, encuadernado en pergamino y que había sufrido un deterioro intencional, se le cortó la tapa trasera. Fue una oportunidad en que pude poner en práctica el estudio y replicación del sistema de cosido de los cuadernillos, así como la limpieza, humectación del pergamino, y crear e injertar un prototipo de tapa posterior, confeccionado con materiales utilizados para conservar papel.
- ¿Qué es lo más valioso de trabajar en una institución pública?
Considerar que mi trabajo va en apoyo directo a la comunidad. Desempeñarme en una institución pública le da un sentido y un fin a mi trabajo. Soy una persona que viene de una familia muy humilde. Fui la primera hija que entró a la universidad y gracias a las instituciones públicas yo, sin tener los recursos ni las herramientas, me pude formar. Aprendí lo que era ir a una biblioteca y hacer mis trabajos en el colegio. Sentí que era importante devolverle a la comunidad lo que yo también había logrado.
El hecho de estar ejerciendo mi carrera acá es una decisión política que tiene que ver con este rol público de querer seguir trabajando pensando en la comunidad, pensando en el país, los estudiantes y, sobre todo, en los territorios, que a lo mejor no están presentes acá en la Universidad.
- ¿Cómo crees que la Universidad aporta a la comunidad en el cuidado del patrimonio?
Gracias a la apertura. La Universidad de Chile, a través de proyectos, talleres y de actividades, brinda a las comunidades la posibilidad de que puedan aprender de conservación y la valoración de sus materiales valiosos. Siento que ahí ya es cuando más orgullosa me siento de trabajar en una institución pública y siento que tiene más sentido mi labor.