Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración de los nuevos laboratorios y depósitos de bienes patrimoniales antropológicos y arqueológicos.

Depositados en el Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales.

(Transcripción)

Sean mis primeras palabras para rendir desde acá un homenaje a Enzo Faletto. Enzo, como muy bien se ha dicho, fue un cientista social en toda la dimensión del concepto. Un académico que hasta en los últimos días estuvo en la Facultad, probablemente escribiendo, leyendo trabajos, comentando el trabajo de otros. Él ha partido, ha descansado, pero creo que nos deja un ejemplo muy importante a esta Facultad y a la Universidad. La Universidad de Chile está de duelo oficial en estos días por su desaparecimiento, porque efectivamente fue un académico de esta Institución durante toda la vida.

Y creo, a propósito de este proyecto, que es muy importante decir que una universidad sin investigación no es una universidad. Y creo también, por tanto, que una manera de desarticular a una universidad es, justamente, quitarle los medios para realizar la investigación. Es fácil hoy, sobre todo en el ambiente de política pública que vivimos, crear universidades. Basta tener una cantidad de recursos para invertir, una cantidad de profesores part-time y una flota de taxis que funcionen de entrada y salida para que exista "una universidad". Pero la esencia del trabajo universitario está en la creación de conocimiento, está en la investigación. Por lo tanto, el intento que de alguna manera ha existido por abatir a la Universidad de Chile, significa abatirla en sus elementos más esenciales que constituyen su trabajo de investigación. Financiarla mal, significa debilitarla en aquella parte que es más fácil debilitar: la investigación y la creación. Lo que nos cuenta el Prof. Recassens (1) es vergonzoso: cajas conteniendo colecciones que costaron años y tiempo de trabajo, y que corrieron riesgos de destrucción, de desaparición. Esto revela que el tema era, precisamente, pegarle a una institución donde más le duele: su capacidad de crear conocimiento nuevo.

Es por eso que este proyecto es tan importante, porque permite preservar el capital más importante que tiene la Institución en general y en este caso el Departamento de Antropología en particular, para realizar la tarea de proyectar el conocimiento hacia la docencia, hacia la extensión y hacia el trabajo académico en general, que para nosotros es tan importante como esencia universitaria. Y es más importante todavía, considerando que dentro de las falencias que tiene el sistema nacional de investigación y el sistema universitario, uno de los sectores, una de las áreas más empobrecidas son, precisamente, las Ciencias Sociales y las Humanidades. Por lo tanto, apoyar y reforzar un proyecto en este campo es importante, y comprende una señal. Una señal pequeña, marginal, pero una señal de equilibrio también, respecto de otras áreas que han sufrido mucho menos los efectos destructores de una política que no concibe a la investigación como una parte esencial del trabajo universitario. Y una señal también muy importante, en orden a que la Universidad hará siempre todo lo posible, todo lo necesario, todo lo que está a su alcance, para poder proteger su capital más importante que son sus académicos, que como sabemos -y creo que nuestros dos profesores (2) a cargo del proyecto son un ejemplo- están dispuestos a poner cualquier sacrificio para proteger su trabajo. Su trabajo en docencia, su trabajo de creación, su trabajo en la proyección académica que necesitamos que en esta Institución prevalezca, porque es lo único, en definitiva, que permite potenciar el crecimiento.

De manera que junto con los agradecimientos a Fundación Andes, que nuevamente en este sentido muestra su disposición a apoyar el trabajo sustantivo y los proyectos de valor único que realiza la Universidad y otras entidades, quiero también agradecerle a los dos profesores a cargo de este proyecto por su empeño, el cual a mí me consta. No trepidaron ningún instante en convencerme a mí -que fue fácil-, al igual que el convencer a otros -que fue menos fácil- de la importancia que esto tenía por sacarlo adelante. Y por cierto, considerar que esto debe ser, precisamente, un punto de partida para un proyecto más integral, más ambicioso, que permita efectivamente proyectar a las Ciencias Sociales al rol que le corresponde en un desarrollo universitario que debe ser balanceado. Nada sacamos con tener la mejor investigación científica, la mejor investigación médica, la mejor investigación en las áreas de la ingeniería o de las ciencias, si no tenemos, al mismo tiempo, un desarrollo equivalente en aquellas disciplinas que hacen precisamente las preguntas y que finalmente son las destinadas a evaluar las respuestas que proveen aquellos otros.

Por esa trascendencia, creo que esto es muy importante. Yo me alegro mucho que se haya concretado y que hoy estemos celebrándolo. Pero insisto, hay que celebrarlo con plena conciencia que éste es un paso inicial de muchos otros que habrá que dar en la Universidad de Chile. Probablemente muchos ya no estaremos en nuestras responsabilidades, pero siempre estaremos sosteniendo esta necesidad de que la Universidad se proyecte, definitivamente, a través de su trabajo de investigación que debe preservarse. Para eso hay que invertir, para eso también hay que comprometerse y para eso hay que desarrollar proyectos universitarios de la trascendencia del que hoy estamos inaugurando.

Muchas gracias a ustedes. A ambos por su trabajo y su buen esfuerzo. Felicitaciones a la Facultad, que nuevamente da pruebas de poder condensar y de poder llevar adelante proyectos, que todos esperamos se concreten en el futuro en una reestructuración que apunte a un desarrollo estratégico que la Universidad entera está esperando.

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