3.1 Introducción

La limitación presupuestaria constituye uno de los aspectos más prominentes de la difícil realidad que ha debido confrontar la Universidad de Chile durante los últimos años. Este factor dominará la factibilidad de cualquier programa de desarrollo de la Corporación hacia el futuro. Las restricciones de recursos financieros que actualmente enfrenta la institución para enfrentar sus gastos corrientes y de inversión se asocian a la disminución global de recursos fiscales entregados en forma directa a las entidades universitarias, que tuvo lugar como resultado del cambio introducido en el sistema de educación superior a comienzos de la década pasada. Este cambio indujo sustanciales recortes a los recursos que percibía todo el sistema, pero perjudicó relativamente más a la Universidad de Chile, debido a la expropiación de parte importante de su patrimonio y de su propio presupuesto, en forma más que proporcional a las responsabilidades que ésta siguió desempeñando. Con posterioridad a 1990 no se incorporaron cambios de importancia en relación a la política global de distribución de recursos que inspiró la reforma de 1981. Pero, además, tampoco se ha cumplido con los compromisos generales que surgieron con la modificación legal implementada ese año, llevando a una persistente situación deficitaria global.

Más allá del problema de asignación global de recursos para el sistema, un segundo tema de importancia se refiere a la distribución de los recursos que ha tenido lugar entre las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores. En este caso, se produjo una sensible pérdida de importancia de la Universidad de Chile en el presupuesto universitario total entre los años 1987-1990, marcado por una reducción desde el 24 por ciento a un 22.5 por ciento en los recursos totales asignados a nuestra entidad. Subsecuentemente, y pese a las recuperaciones iniciales en la proporción de financiamiento entregado a la Universidad de Chile a partir de 1990, con posterioridad a 1993 ha vuelto a producirse una caída en la importancia relativa de lo otorgado a nuestra Corporación en el contexto del total. Prevalecen, a este respecto, una serie de preguntas pendientes, que se contextualizan en la ausencia de una política estatal definida en relación al sistema de asignación de recursos a las distintas entidades universitarias. Esto tiene que ver, en gran parte, con la asignación que se hace a las universidades privadas pertenecientes al Consejo de Rectores, lo cual contrasta con la ausencia de definiciones de tareas y responsabilidades, en contrapartida por el uso que las mismas hacen de los recursos públicos. Más aún, esta evolución se relaciona con la ausencia de una definición acerca del rol de la Universidad de Chile en el sistema de educación superior. En general, existe una falta de explicitación de la intencionalidad de la política presupuestaría del Estado en términos del desarrollo de los distintos sectores universitarios: regional, privado, estatal, etc.

Finalmente, un tercer aspecto que resulta necesario analizar, se refiere a la asignación de recursos presupuestarios que se efectúa internamente en la Universidad, entre los distintos ítems de gasto, como entre los organismos centrales y las Facultades e Institutos. Aquí deben considerarse las prioridades que podrían otorgarse a compromisos adquiridos institucionalmente ya la implementación de proyectos de desarrollo claves, una materia particularmente importante dado el volumen de la deuda contraida por la Corporación en años pasados. Sí la política general de Estado carece de esquemas asignativos que emanen de ciertos principios y acuerdos en torno a los énfasis que se quiere dar a instituciones y -sectores universitarios, en el caso interno de nuestra Universidad de Chile prevalece similar problema. La asignación de recursos en lo interno sigue, -simplemente, una línea "histórica", que no refleja decisiones de política en términos de programas, áreas o intereses que se desea incentivar en relación al promedio. Las líneas de desarrollo estratégico que decida privilegiar la Universidad de Chile debe extrovertirse en una política presupuestaria determinada, entregando señales respecto de las áreas y temáticas más vitales que se desea proteger y promover en nuestra Corporación. La ausencia de estas indicaciones ha llevado a una serie de problemas internos, a la falta de una visión aunada de la entidad, y a la permanencia de un sistema que no proporciona recursos sobre la base de resultados, ni a la efectividad de su administración de los distintos organismos.

La discusión de estos temas, y una correcta diferenciación en cuanto a la perspectiva que representan -escasez global, asignación entre instituciones y asignación ínterna deben ser materia de profundo análisis por parte de la comunidad universitaria. No significa esto sobre-enfatizar el tema financiero respecto de las otras problemáticas que deben preocupar a nuestra Universidad, tales como la definición de su misión y los mecanismos para recuperar su rol Nacional, en su calidad de institución destinada a la reflexión sobre los problemas de la sociedad. Implica, sin embargo, tomar en cuenta una de las variables más cruciales en cuanto a la tarea universitaria, como son los recursos financieros disponibles para cumplirla. Al ser éste un tema indisoluble de la factibilidad de cualquier proyecto universitario, su análisis resulta vital para considerar los lineamientos futuros y la construcción de una alternativa realista para el desarrollo de la entidad. Desde otro punto de vista, un proyecto de Universidad necesita tener una postura específica sobre los problemas financieros, dado que dicho proyecto requiere manejar adecuadamente, y en el marco de un propósito definido, los recursos que los chilenos ponen en la Universidad de Chile, construyendo también cuidadosamente el marco de referencia par a poder obtener un apoyo más sustantivo por parte de la comunidad nacional. No debe olvidarse que, en su calidad de institución pública, la Universidad de Chile se debe al país entero, también ello implicando que la comunidad nacional observa atentamente el uso que se hace de los recursos en función de los resultados que se esperan en contrapartida.

La pretensión de este Capítulo no es otra que la de sistematizar la información existente sobre el tema financiero, indicando los problemas principales que se envuelven en el mismo y presentando algunas propuestas generales para ser consideradas por la comunidad universitaria. No intenta hacer acopio de grandes cantidades de información, ni presentar una alta carga de tecnicismos. Por el contrario, este capítulo contiene una descripción global y simple del complejo tema financiero de nuestra Universidad, discutiendo sus características generales y sugiriendo lineamientos básicos de política. El propósito final, es el de proveer información sobre este tema, para que la comunidad universitaria pueda adoptar decisiones informadas al respecto, en torno a un proyecto de desarrollo institucional. No se adentra en detalles que deben, sin embargo, considerarse a nivel técnico en la implementación de medidas a lo largo de las líneas globales aquí sugeridas.

Existe un gran déficit de Estado en cuanto a políticas y en relación al financiamiento de una institución de carácter público como la Universidad de Chile. Este Capítulo documenta el tema de los recursos estatales y lo que esa deficiencia ha implicado pata el desarrollo de nuestra Corporación. Sin embargo, se plantea también que el problema presupuestario no se reduce enteramente a la falta de recursos públicos, al resultar asimismo urgente el adoptar correcciones internas en los mecanismos asignativos, para así mejorar la efectividad en el uso de los mismos. Se indica que, en gran medida, el problema financiero de muchas unidades se traduce en ausencia de incentivos apropiados para responder adecuadamente por dichos recursos en términos dé acciones y resultados. Una política universitaria responsable y coherente con un programa destinado a restaurar el Rol Nacional de la Universidad de Chile, debe considerar seriamente la responsabilidad por las acciones y resultados, envolviendo ello un examen transparente. del uso de los recursos y sus mecanismos de asignación. Esto ha de requerir una discusión universitaria profunda acerca de los énfasis que se quiera dar a las distintas facetas del trabajo corporativo hacia el futuro, lo cual ha de constituir una tarea que radique en las propias unidades académicas y la institucionalidad universitaria.

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