La Profesora Matilde López es docente de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza desde la década de los ’90. Anteriormente, y a causa de la sanción administrativa equivalente a una relegación, vivió durante 8 años en la localidad de Quillagua, un oasis en la Región de Antofagasta. Pese a su injusta condición, fue ahí cuando se enamoró de esta zona árida del país, compartiendo paisaje y problemas político-económicos derivados de la dictadura militar con los habitantes locales.
Es Master of Sciences in Ecology de la Universidad de California, Davis, Doctora en Procesos Sociales y Políticos en América Latina y docente de la Facultad del Departamento de Gestión Forestal y su Medio Ambiente.
Desde su conformación, el año 2005, Matilde López es miembro del Comité Nacional de Humedales y sitios prioritarios de biodiversidad. Cuenta con un amplio conocimiento del desierto, del sector altiplánico y de los ríos nortinos, viviendo muy de cerca los problemas de los pueblos que habitan en la zona y habiendo realizado múltiples investigaciones en Perú, Bolivia y Chile, entre otros países.
Los Humedales son su pasión, a ellos le ha dedicado gran parte de su vida, si no fuera por sus dos nietas que le han robado el corazón. Tras más de 30 años de docencia, Matilde López junto con coordinar un Diplomado sobre Gestión de Humedales con especialistas connotados, motiva a sus estudiantes a interesarse por este ecosistema que como probeta de laboratorio nos enseña algo fundamental: el ciclo de la vida.
En el año 1971 en la ciudad de Ramsar, Irán, Chile suscribió un convenio internacional de protección de los humedales, ¿cuál es la importancia de la conservación de este ecosistema?
Porque es muy rico en biodiversidad y se refleja en la fauna y en las macrofitas (plantas que viven dependiendo del agua y que son visibles en la superficie). Hay otro mundo- que no se ve al ojo humano- también es enormemente rico porque hay un fitobento (microalgas que recubren el fondo), macrozoobento, que son los pequeños animales que dependen de éstas y, quienes además, son indicadores de calidad del ecosistema.
Por otra parte, desde la perspectiva hídrica del paisaje, un humedal mantiene un depósito de agua, que se rellena por lluvia, por afluentes superficiales y por napas subterráneas, en este sentido el humedal es perfecto, es un modelo del ciclo hidrológico, donde se puede investigar enormemente.
¿Qué aportan los humedales, más allá de la flora y fauna que lo componen?
Aportan belleza escénica, casi todos los humedales son muy hermosos. En muchos de los paisajes áridos te encuentras con estos humedales. Desde el punto de vista de las poblaciones autóctonas aledañas, algunos pastorean a sus animales en estos lugares, así muchas culturas se estructuraron en torno a los grandes humedales, como los Uros y Chipayas, del lago Titicaca.
Por ejemplo, los humedales del norte son de altura, algunos por sobre los 4 mil metros. Como el paisaje es tan elemental, encuentras de manera muy visible la cadena trófica, o sea quien se come a quien, estas cadenas son parcialmente visibles, cortas y frágiles en los humedales siendo idóneas para su estudio y nuestro entendimiento biológico, vital.
Los flamencos por ejemplo son de tres especies distintas en Chile y viven estas lagunas. El Phoenicoparrus andinus, flamenco andino y Phoenicoparrus jamesi, flamenco de James, son herbívoros y Phoenicopterus chilensis, flamenco chileno ingresa además en su dieta pequeños animalitos rojos. Para los tres los humedales de los salares andinos son preferentemente su hábitat.
¿Cuál es el mayor obstáculo en la conservación de estos ecosistemas?
Los humedales han sido muy mal tratados por las empresas que requieren del agua, entonces bombean el agua. El mayor riesgo para los humedales es la extracción del agua, realizada fundamentalmente por las mineras.
La minera se defiende y dice que ha hecho muchos esfuerzos por no afectar el medio ambiente, pero por sobre todo las cosas predomina la necesidad de la extracción. Hay algunas vegas y bofedales que ya no existen porque las mineras sacaron el recurso hidrológico.
¿Qué se hace desde el Estado, la academia y la sociedad civil para detener este proceso?
La Comisión Nacional Forestal (CONAF) ha sido un gran protagonista porque las aéreas protegidas están bajo su tutelaje, entonces creó la reserva nacional Los Flamencos, en la segunda región, que abarca no solamente el Salar de Atacama, sino también áreas de humedales más arriba como el Salar de Tara y las lagunas Miscanti y Meñique. Además esta institución del Estado ha hecho convenios internacionales con marcajes de los flamencos y otros animales para seguir sus rutas de migración.
¿Cuál es el aporte de un ingeniero forestal en estas materias?
Para nosotros como Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza, hemos realizado múltiples proyectos de investigación para la conservación de especies vulnerables o en peligro de extinción.
Los ingenieros forestales tienen mucho que hacer en estos ecosistemas. Además de tener un conocimiento científico respecto del lugar, es necesario profundizar estudios, catastrar, valorizar los servicios .etc. En nuestro país hay mucho por hacer en este sentido. Los ingenieros forestales hacen planes de manejo de los humedales, permitiendo su conservación. Para ello, necesitamos primero conocer las líneas base, saber con exactitud lo que tenemos; recién entonces el concepto de servicios de ecosistemas estará disponible para aquellas sociedades humanas que requieran de ellos.