El Salón Domeyko de la Casa Central fue el lugar donde los profesores Miguel Castillo y Guillermo González recibieron de manos del Rector Ennio Vivaldi la Medalla Juvenal Hernández Jaque. Los acompañaron otras autoridades como el Pro Rector, profesor Sergio Jara, el Vicerrector Juan Cortés, la embajadora de Grecia en Chile, Aglaia Balta y el profesor Francisco Brieva, director de Conicyt.
Este reconocimiento se entrega desde el año 1983 y desde el año 2002 cuenta con dos menciones: una en “Artes, Letras y Humanidades” y otra en “Ciencia y Tecnología”. Su creación coincide con la conmemoración de los 50 años del nombramiento del profesor Juvenal Hernández Jaque como Rector de la Universidad de Chile.
El Rector Ennio Vivaldi destacó la figura del Rector Juvenal Hernández, quien estuvo a la cabeza de la Universidad de Chile por 20 años, desde 1933 a 1953. “Mucho de lo que hoy día definimos como una universidad entendida con tres dimensiones -docencia, investigación y extensión-, viene de la rectoría de Juvenal Hernández”.
Sobre los profesores condecorados, el Rector Vivaldi agradeció en nombre de la Universidad el aporte realizado en sus áreas. “Escucharlos es algo que nos reafirma en esta tradición de honrar y homenajear al rector Juvenal Hernández”. Los profesores Castillo y González “han traído un mensaje de emoción, de pertenencia, de inteligencia y de proyección al futuro”, dijo.
Los premiados fueron presentados por sus predecesores: en la mención de “Artes, Letras y Humanidades”, por el profesor Fernando García, distinguido el año 2012, y en la mención “Ciencia y Tecnología” por el profesor Jorge Allende, distinguido el 2013.
El profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Miguel Castillo, fue reconocido este año por ser uno de los estudiosos de la cultura helénica más destacados a nivel internacional, a partir de las numerosas traducciones que ha realizado de obras griegas al español, permitiendo con ello su amplia difusión.
El homenajeado agradeció la entrega de esta Medalla “pues la entrega la Universidad de Chile, la primera y más importante institución de la cultura en Chile, que es mi universidad”.
El profesor recorrió su carrera académica de más de 40 años y su historia de vida. De ambas destacó que “aprender” fue algo crucial en sus distintas etapas: familiar, en su paso como estudiante por la Universidad, en su estadía en Venezuela por la dictadura militar en Chile desde 1976 y a su regreso. “Siempre pensé que lo recibido no puede ser atesorado de forma egoísta ni ser compartido solo por seres más cercanos. Por eso a la pregunta: ¿por qué ha traducido usted a tantos poetas griegos? ¿Para qué? ¿Por qué hace tantas clases? Para compartir la belleza de la poesía, la música y el conocimiento”.
Castillo dedicó este reconocimiento a la Universidad de Chile, “la misma que me enseñó a amar la ciencia, las letras y el arte (…) Creo firmemente que si me fuera dado vivir de nuevo, me guiaría por los mismos ideales de justicia que he tratado de seguir hasta hoy, y lo haría otra vez al alero de esta universidad”, finalizó.
El profesor Guillermo González, de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), pionero en el área de los computadores y control automático, tras regresar de su preparación en la Universidad de Michigan luego de obtener la beca Fullbright en 1960 formó parte activa en la contratación de nuevos académicos y la adquisición de un computador analógico de 64 amplificadores. También creó el curso Servomecanismos con en el que se inició la enseñanza de control automático en la Escuela de Ingeniería.
El distinguido profesor González agradeció a la Universidad de Chile y a la FCFM “por haberme proporcionado un ambiente propicio para desarrollar mis ideas y para colaborar en acciones que han contribuido a acrecentar sus principales atributos”.
Es el sello de la calidad el “que ha dotado a la Universidad de Chile de un espíritu inmutable que nos impulsa a avanzar tenazmente hacia niveles de excelencia cada vez más elevado, aún frente a grandes perturbaciones internas y externas (…). Pienso que esta institución debe ser el paradigma para otras universidades”, dijo.
Se refirió además al contexto actual en que se disputa una concepción de lo que significa que una institución sea estatal en el sistema universitario. “Para mantener y acrecentar este exitoso modelo se necesita un financiamiento generoso e incondicional del Estado, independiente de las orientaciones políticas y económicas de los gobiernos, teniendo la seguridad de que mientras la Universidades de Chile mantengan sus niveles de excelencia, los beneficios para el país, aunque difíciles de cuantificar, podrán ser enormes”, finalizó.
