Hasta los Servicios Centrales de la Universidad de Chile llegó Juan Carlos Letelier, Vicepresidente del Senado Universitario. Esto, tras estar una semana al interior del edificio de Alameda 1058 al iniciarse una toma por parte de algunos estudiantes. Luego de la recepción de parte de la comunidad universitaria, el Rector Ennio Vivaldi emitió una carta de respaldo a su accionar, en la que aduce que éste, "motivado por el cariño que tiene a esta institución y los valores que la constituyen, dentro de los cuales figura en un lugar destacado el diálogo reflexivo", permaneció en su interior.
Actualmente el Senado Universitario se encuentra en un proceso de diálogo, análisis y posterior definición del cambio a los estatutos que rigen la institución, el que “requiere de la atención constante de parte de los senadores como de la secretaría técnica. Interferir en esta instancia, en estos momentos, quiérase o no, es poner trabas importantes en este proceso de modificaciones de los estatutos”, dijo Letelier al referirse a las motivaciones que tuvo para permanecer al interior de la toma.
En la recepción que le dieron las autoridades y la comunidad universitaria, destacó además que la institucionalidad del Senado es importante no sólo por su origen – las movilizaciones universitarias del año 1997- sino que “por lo que representa: es la única tentativa exitosa de una universidad estatal de salirse de la camisa de fuerza de los fatídicos decretos de 1981, que moldean la educación superior chilena”, además de ser “un espacio de encuentro y reflexión estratégica sobre la Universidad de Chile”.
Sobre este aspecto, el Rector Vivaldi destacó que el Senado es el lugar de “integración vertical y horizontal”, donde se forja el trabajo y una preocupación mutua por otras unidades académicas y otros estamentos por parte de sus integrantes. “Lo que el Senado pretende y aspira es que las personas puedan hacer suyo un proyecto que no tiene nada que ver con su realidad” bajo la idea del “bien común, que sobrepasa el interés individual. Somos capaces de generar un diálogo, de entender que hay objetivos que nos superan a todos y que son aquellos intereses superiores de la Universidad, y que nos compromete a todos”.
Letelier fundamentó que “el único lugar donde la Universidad se piensa como ente totalizante es el Senado Universitario, por este solo hecho es un lugar excepcional que debe ser preservado a toda costa”. Por eso mismo, insistió, es esencial que el Senado pueda funcionar en Casa Central, especialmente en lo que respecta a las sesiones plenarias, que no se han podido realizar por la toma.
Letelier señaló además que por lo inaudito que resulta que las universidades aún se rijan por los decretos de 1981, entre otras cosas, las movilizaciones estudiantiles son válidas, “pero las tomas son acciones muy inefectivas, estéticamente melancólicas. Los alumnos deberán imaginar nuevas formas de acción política. Encerrarnos en nuestra propia casa, eso es lo que quieren y desean fervientemente nuestros enemigos”, explicó.
Anteponer el diálogo y defender la autonomía universitaria
En la recepción al profesor Letelier, el Rector Vivaldi hizo un llamado al diálogo al interior de la comunidad y a nivel nacional, además de abogar por la defendensa de la autonomía universitaria, al condenar el ingreso de Carabineros a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU). Esto, luego de que una parte de la concentración de estudiantes en Plaza Italia en recuerdo de Exequiel Borvarán y Diego Guzmán -estudiantes asesinados en Valparaíso-, llegaran a las dependencias de FAU, después de ser dispersados por Carabineros.
Fue el Rector Ennio Vivaldi quien encabezó el diálogo con las Fuerzas Especiales para propiciar la salida de quienes se encontraban adentro de las dependencias, abogando así por la autonomía universitaria y la conversación para enfrentar este tipo de episodios.
“Fue tremendamente importante imponer el predominio de la razón, del respeto y del diálogo”, señaló el Rector Vivaldi respecto a este hecho, destacando además la disposición del encargado del operativo de las Fuerzas Especiales a encontrar una solución. “De inmediato llegamos a una concordancia en términos de que no podíamos, bajo ningún motivo, correr el riesgo que hubiera una entrada al territorio de la universidad y de que no podían haber riesgos o peligros para los jóvenes”, agregó.
Enfatizó además en que, independiente de la posición de la rectoría ante las tomas como mecanismo de movilización, “la defensa territorial de la Universidad, y sobre todo la defensa de los estudiantes, lejos es el único valor relevante en un caso como este”.