El domingo 31 de mayo diversos edificios históricos y centros culturales del país recibieron la visita de miles de personas en el marco de una nueva versión del Día del Patrimonio Cultural, iniciado en 1999 y organizado por el Consejo de Monumentos Nacionales y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. El Palacio de La Moneda, el Cementerio General, el Teatro Municipal de Santiago y la Biblioteca Nacional fueron parte de este circuito gratuito, al que también se plegó la Universidad de Chile.
Las puertas de la Facultad de Derecho, el Archivo Central Andrés Bello, el Museo de Arte Contemporáneo, la piscina temperada, el Museo de Anatomía y el Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago (MAPA) se abrieron para la extensa visita de la ciudadanía. Ejemplos de que la gente está interesada en conocer la historia, cultura y patrimonio que los rodea.
Para Faride Zeran, Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, las actividades del Día del Patrimonio debería proyectarse en una política permanente. "El rescate de nuestra cultura, de la historia política y social que se refleja no sólo en los monumentos o edificios, sino también en prácticas y respeto por ciertos modos de vida, debería ser un esfuerzo constante del Estado", afirmó.
Junto con ello, Zeran aseguró que la Universidad "tiene un rol en esa línea y nos encantaría contar con las herramientas y las instancias para contribuir con nuestro conocimiento al rescate del patrimonio público de todos los chilenos".
Esto se relaciona, según Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, en que las iniciativas culturales como la de este domingo no sólo resguardan el patrimonio y lo colocan al servicio de la comunidad, sino también se “entrega un aparato crítico en el material para que las personas comprendan la valía de lo que están revisando, su contexto, su facturación, el material en el que están hechos”, entregando así una connotación histórica y educativa a este tipo de actividades.
Eso se intenta plasmar, por ejemplo, en todos los productos generados por el trabajo cotidiano del Archivo Andrés Bello, en la digitalización de documentos, las publicaciones elaboradas y el programa de pasantías para estudiantes de la Universidad de Chile. Actividades que facilitan “la incorporación del patrimonio de una comunidad a su vida social, lo que va a permitir su reconocimiento y resguardo. Si las personas no saben lo que tienen, difícilmente avanzarán en una valoración de su patrimonio y en un acceso más democrático al mismo. Si no, siempre se verá como algo de unos pocos, elitista, erudito”, finalizó Araya.
La Universidad de Chile y el patrimonio nacional
Para la directora del MAPA, Nury González, el patrimonio “tiene que ver con la base que constituye nuestra identidad, lo que nos singulariza de alguna manera y que puede ser de naturaleza material e inmaterial, edificios, libros, historia oral. Es lo que constituye una nación, nuestra memoria e identidad”.
La Casa de Bello resguarda en sus diferentes facultades e institutos parte importante del patrimonio nacional, que para González resulta fundamental salvaguardar "porque la historia de la Universidad de Chile es la historia del país”, y si bien iniciativas como el Día del Patrimonio “crean conciencia de que hay cosas con valor, que permiten que los ciudadanos se relacionen con la memoria e historia nacional, el patrimonio no es cuestión de un día domingo, es algo constante, de todos los días". Es así que destacó los esfuerzos que actualmente se realizan para desarrollar una red patrimonial en la institución que reúna las distintas iniciativas existentes.
"Nosotros trabajamos en un proyecto llamado "Artificios", que es un espacio crítico de visibilización de nuestro patrimonio, que cuenta con un equipo de trabajo que ha buscado generar una política sobre esta materia que oriente sobre cómo levantar un archivo, cómo se deben cuidar los materiales, cómo se lleva adelante la restauración de los mismos para que pueda ser aplicado en toda la Universidad", señaló González.
En la misma línea Alejandra Araya destacó la importancia en términos de memoria y valor simbólico para las nuevas generaciones del patrimonio cultural resguardado por la Universidad de Chile. “Nuestra institución tiene un lugar importante junto al Instituto Nacional, la Biblioteca Nacional y el Congreso en el proceso de fundación y consolidación de la República, y en tanto tal, resguardamos huellas de todo ese proceso y su continuidad hasta el siglo XXI”, dijo.
Para Araya este archivo es de acuerdo a la documentación y puesta en valor de sus acervos, el segundo archivo y biblioteca patrimonial en importancia tras la Biblioteca y Archivo Nacional "por las características de sus colecciones”, que incluyen los primeros impresos chilenos que datan desde fines del siglo XVIII, manuscritos de intelectuales como Andrés Bello, los hermanos Amunátegui, Pablo Neruda y Amanda Labarca.
