Este descubrimiento, así como su posterior investigación básico-clínica y desarrollo biotecnológico, es resultado del trabajo del Laboratorio de Bioquímica de Membranas del Programa de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, liderado por el Dr. Néstor Lagos, como corolario de una larga trayectoria realizando diferentes estudios en toxinas de agua salada y de agua dulce.
Paralelamente a los excelentes resultados obtenidos a partir del uso de las gonyaulotoxinas -toxinas paralizantes purificadas desde moluscos contaminados con marea roja- para el manejo de pacientes con fisura anal, en investigaciones que alcanzaron la fase II gracias al trabajo colaborativo con el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, el Dr. Lagos continuó buscando un sustrato que le permitiera aislar y cultivar esa toxina de manera más simple y a menor costo.
Lo encontró en unas microalgas filamentosas de agua dulce, luego de observar que animales y personas se enfermaban luego de ingerirla. Estas cianobacterias o microalgas son capaces de producir hasta una docena de toxinas, todas las cuales separó, para finalmente purificar y trabajar con Neosaxitoxina, obteniendo así el principio activo de un nuevo fármaco de manera mucho más simple y económica que la extracción de una toxina marina a partir de bivalvos contaminados.
Haciendo el paralelismo con la toxina paralizante de la marea roja, si ésta se consume en la concentración en la que se encuentra en los mariscos con marea roja, puede enfermar gravemente o causar la muerte del paciente; pero, en dosis muy inferiores y controladas, tiene efectos benéficos que permiten, entre otras cosas, la cicatrización de heridas, puesto que paraliza de forma temporal los tejidos musculares. "Neosaxitoxina produce el mismo resultado clínico, y es aplicable en diferentes patologías que van desde la cefalea tensional o la fisura anal hasta la acalasia, pero su principal uso está siendo probado como anestésico local de larga duración. Eso ya lo hemos demostrado nosotros con pacientes traumatológicos operados de rodilla, que recuperan su movilidad sin dolor a pocas horas de terminada la intervención y, a su vez, lo probó en fase I el Boston Children's Hospital de la Universidad de Harvard", informa el académico.
¿Cómo funciona?
La Neosaxitoxina, en dosis de 20 microgramos y purificada hasta que resulta apta para inyecciones en humanos, demuestra un efecto mucho más prolongado que los anestésicos locales tradicionales (ALT), pues la primera dosis dura hasta 72 horas -versus las seis horas de los ALT, como bupivacaína- y la segunda hasta 10 días.
Esta nueva molécula interactúa de forma específica con determinadas estructuras de los canales de sodio dependientes de voltaje, proteínas que permiten el paso de iones sodio a través de la membrana celular, los cuales se abren por cambios en la diferencia de potencial en la propia membrana, los cuales son producidos por estímulos como los neurotransmisores.
De esta forma, esta nueva droga tiene no sólo un efecto analgésico prolongado, sino que no produce los efectos neurotóxicos o cardiotóxicos en nervios y músculos que sí producen los ALT, incluso en intoxicación experimental masiva.
En el Boston Children's Hospital
Los usos de Neosaxitoxina en el área clínica son numerosos, explica el Dr. Lagos. Ya ha sido demostrada su efectividad en pacientes operados por vía laparoscópica o tradicional en patologías de vesícula o traumas a la rodilla. "Pero, además, la hemos usado con mucho éxito en personas que quedan con "dolor fantasma" después de la amputación de un miembro, o con parálisis facial a resultas de un accidente vascular encefálico, y luego de inyectarles 20 microgramos de Neosaxitocina, en minutos desaparece el dolor o vuelve la movilidad de los músculos de la cara. Lo que sucede es que en estos traumas, las neuronas desarrollan una hiperalgia o aumento anormal de la sensibilidad dolorosa que continúa aunque el evento ya haya terminado: quedan informando siempre una falla que ya no es tal, un proceso inflamatorio que se acabó. Al "apagarlas" por un plazo determinado, estas neuronas detectan que el problema ya no existe y, al pasar el efecto del medicamento, vuelven a funcionar de forma correcta".
En base a los descubrimientos y avances del Dr. Lagos y el equipo del Laboratorio de Bioquímica de Membranas de nuestro plantel, Proteus -la empresa de biotecnología que produce tanto el principio activo como el medicamento en Chile-, en conjunto con el Boston Children's Hospital de la Universidad de Harvard, está por iniciar sus estudios en fase II. El Dr. Charles Berde, jefe de la División de Medicina del Dolor del recinto asistencial infantil norteamericano y uno de los que ha probado este medicamento, comentó que "en mi opinión, esta es la mayor innovación en materia de anestésicos de los últimos 50 años. La mayoría de las drogas introducidas en este período han representado sólo mínimos avances, pero han tenido limitaciones y ninguno ha llegado al mercado".
La nueva fase de investigación clínica contará con recursos financiados por el laboratorio farmacéutico alemán Grünenthal, el cual adquirió el licenciamiento de Neosaxitoxina a Proteus, con el fin de asegurar la producción para las etapas de prueba y de obtener la transferencia de la tecnología para su masificación una vez que cuente con la aprobación de la FDA. "Creemos que este proyecto puede transformar un área en la cual la innovación ha estado ausente por décadas", dijo el Dr. Klaus-Dieter Langer, director de la Oficina Científica de Grünenthal. "Todo esto representa conocimiento y avances científicos únicos producidos en la Universidad de Chile, para beneficio de pacientes en todo el mundo", culmina el Dr. Lagos.