Ig Nobel destacó trabajo de científicos chilenos

Científicos de la Facultad de Ciencias obtuvieron premio internacional

Científicos de la Facultad de Ciencias obtuvieron premio internacional
Las aves todavía comparten muchos rasgos con sus ancestros dinosaurios por lo que resultan el mejor grupo de estudio para reconstruir ciertos aspectos de la biología de los terópodos no aviares.
Las aves todavía comparten muchos rasgos con sus ancestros dinosaurios por lo que resultan el mejor grupo de estudio para reconstruir ciertos aspectos de la biología de los terópodos no aviares.
El Dr. Bruno Grossi.
El Dr. Bruno Grossi.
Mediante la manipulación experimental respecto de la ubicación del centro de masa en las aves, fue posible recrear la postura de las extremidades y la cinemática inferida para los terópodos.
Mediante la manipulación experimental respecto de la ubicación del centro de masa en las aves, fue posible recrear la postura de las extremidades y la cinemática inferida para los terópodos.

No hay duda que las investigaciones científicas tienen repercusión en la vida de todos. Sean acerca de temas cotidianos, o sean para explicar sucesos pasados, la ciencia tiene un rol importante en el desarrollo de la sociedad, por lo que los reconocimientos vienen desde diferentes lugares. El equipo encabezado por el Doctor en Ciencias con mención en Ecología y Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias, Bruno Grossi, donde participaron también José Iriarte-Díaz, ex alumno de la Facultad de Ciencias, actualmente en el Departamento de Morfología de la Universidad de Chicago; Omar Larach, ex alumno de la Facultad de Ciencias, que se desempeña en el área privada; el Dr. Mauricio Canals Lambarri y Dr. Rodrigo Vásquez Salfate, ambos académicos del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias, se hizo del Premio IgNobel 2015, galardón que desde 1991 es impulsado por la revista "Annals Of Improbable Research".

La publicación, de carácter satírico y científico, indica que los premios celebran lo inusual, y que los IgNobel buscan reconocer los logros que "primero hacen reír y luego hacen pensar" y claro, la investigación de Grossi y su equipo calza con este perfil.

Su investigación consistió en colocar en pollos y gallinas un contrapeso en su parte posterior para cambiarles el centro de masa y así hacerlos caminar como lo habrían hecho en el pasado los dinosaurios. Ello, porque las aves todavía comparten muchos rasgos con sus ancestros dinosaurios por lo que resultan el mejor grupo de estudio para reconstruir ciertos aspectos de la biología de los terópodos no aviares. El movimiento de las extremidades posteriores es uno de los rasgos heredados. Sin embargo, en el caso de las gallinas estas mantienen una postura de sus extremidades posteriores inusualmente agachada y su locomoción es impulsada por la flexión de la rodilla, en contraste con la condición primitiva de los terópodos no aviares que presentaban una postura más erguida y sus movimientos eran accionados por la retracción del fémur.

El jueves 17 de septiembre se entregaron estas distinciones en una ceremonia que se realizó en el Teatro Sanders de la Universidad de Harvard, en Massachusetts, Estados Unidos, y el Dr. Grossi junto con destacar lo relevante de que una investigación nacional logre este nivel de resonancia, indicó que mediante la manipulación experimental respecto de la ubicación del centro de masa en las aves (pollos y gallinas), fue posible recrear la postura de las extremidades y la cinemática inferida para los dinosaurios bípedos ya extintos. Los pollos de estudio llevando en su estructura colas artificiales mostraron una orientación más vertical del fémur y el aumento de desplazamiento femoral durante la locomoción. El estudio permitió inferir que, a través de cuidadosas manipulaciones experimentales, los pollos y gallinas pueden potencialmente ser utilizados para obtener información de gran importancia sobre aspectos inexplorados de los terópodos no aviares.