A las cinco de la tarde del 4 de julio comenzó el partido entre Chile y Argentina por la final de la Copa América 2015. En todo el país los hinchas pudieron ver cómo por primera vez la Selección Nacional se coronaba campeona de este certamen, satisfacción que quedó a medio camino para los residentes de Huanaco Huenchun, comunidad mapuche ubicada a 11 kilómetros de Nueva Imperial, Región de la Araucanía. Los 116 habitantes del sector sólo pudieron ver el primer tiempo del partido por un corte de luz.
Los cortes no programados y el alto valor de la electricidad son algunos de los principales problemas de las 83 familias de Huanaco Huenchun, que no sólo los afecta a ellos, sino que a diversas comunidades de la zona. A dos horas de ahí, a 54 kilómetros de Carahue se encuentra la comunidad José Painecura, integrada por 43 familias, este sector pasa por una situación similar.
Florindo Painecura, presidente y Lonko de la comunidad José Painecura recuerda cómo antes de la llegada de la electricidad se iluminaban con otros métodos, como el “chonchón”, un tarro de café con parafina al cuál le ponían una mecha. “Nos costó sacrificio, pero se logró”, cuenta respecto a la instalación del actual sistema eléctrico. A pesar del gran avance que eso significó, actualmente enfrentan complicaciones cotidianas con el abastecimiento de electricidad, como el valor del servicio que es 70 pesos más caro el kwh que en Santiago.
Tal como el día del partido de la Copa América, “nos cortan la luz cuando quieren”, como señala Sergio Cayuqueo, presidente de la comunidad Huanaco Huenchun. Ante este tipo de situaciones, los vecinos de esta zona, dedicados a la agricultura y a la recolección de camarones de río, “no tenemos a donde recurrir porque si vamos a Imperial nos dicen que mandemos una solicitud a Osorno -porque allá está la central- y uno no va a hacer eso. Totalmente burocrático el asunto de la electricidad, por eso es que tenemos muchas ganas de postular a estos paneles solares que son una ayuda más para las comunidades”.
Hace más de un año, los integrantes del proyecto “Diseño e Implementación de un Prototipo Experimental de Micro-redes para Comunidades Mapuche”, encabezado por la académica del Departamento de Ingeniería Eléctrica Doris Sáez, están trabajando con ambas comunidades, a través de una iniciativa financiada por Fondef Idea, en la que un equipo interdisciplinario –en el que participa también la Universidad de la Frontera y académicos de otras unidades de la U. de Chile como Roberto Hernández Aracena, antropólogo, del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables- evalua la factibilidad de complementar el actual sistema de servicio de electricidad con energías renovables y así solucionar el problema. Actualmente el proyecto se encuentra en la etapa de estudio de los niveles de radiación solar y potencia eólica a partir de la instalación de estaciones meteorológicas.
Trabajo en conjunto a la comunidad
Uno de los principales lineamientos del proyecto es “potenciar la cultura local”. Como explica la profesora Sáez, “no queremos que este proyecto de innovación tecnológica disminuya el aspecto cultural. Todo lo contrario, queremos que lo potencie, que la gente del campo aproveche toda esta cosmovisión. Estamos en concordancia con eso porque este proyecto utiliza los recursos naturales y la cultura mapuche siempre ha hablado de que esto es importante. Reunir todos estos elementos en este proyecto es clave”.
Para la asesora cultural del colegio Bajo Yupehue e integrante de la comunidad José Painecura, Miriam Nancy, este proyecto aportaría además para “entregarle conocimientos a nuestros niños de que la naturaleza entrega muchas cosas, que nuestra gente sepa que se pueden hacer cosas con nuestra naturaleza”.En tanto Florindo Painecura destaca que lo que el equipo está planteando respecto de “lo renovable” está en concordancia con la visión que ellos tienen “de la fuerza del aire y del sol para hacer otra realidad”.
Miriam Nancy, valora positivamente además que este proyecto se inicie con un estudio, situación que según su opinión ha marcado la diferencia con iniciativas anteriores. “Acá es diferente. Según mi parecer es un proyecto positivo porque se está haciendo el estudio antes de ingresar con el proyecto”, comenta.
El sistema de granja inteligente
Otro de los componentes que espera incorporar este proyecto es el sistema “Smart Farm”. Para ello, el profesor de la Universidad de la Frontera Carlos Muñoz explica que consiste en instalar un sistema de monitoreo animal, con la finalidad de evitar el robo en los campos. “El gran desafío es hacer que esta tecnología sea usable por campesinos rurales a un precio razonable y con una forma de uso que se acomode a su estilo de vida. La idea no es imponer una tecnología sino que desarrollar la tecnología con ellos”.
Esta parte de la iniciativa repercute además en “cómo hacemos que los campos sean más atractivos para que nuestra gente siga cultivando ese patrimonio que tenemos, que es la cultura rural, sobre todo la cultura indígena. Tenemos que generar un ambiente que sea más fácil, simple y cómodo de forma que ellos puedan seguir haciendo las cosas que hacen pero con un estilo de vida que sea menos agresivo para ellos”.
Como finaliza Doris Sáez, este proyecto espera contribuir con una metodología “que pudiera ser replicable a otras comunidades indígenas, no solamente en nuestro país, con la idea de potenciar la cultura a través de la tecnología”.Luego de esta etapa de evaluación de viabilidad es que el equipo espera vincular a inversionistas en este proyecto para instalar paneles fotovoltaicos, generadores eólicos y un sistema de monitoreo animal el próximo año.