“Invitamos a participar a padres de alumnos entre 1º y 3º básico, los visitamos en sus hogares, aplicamos un cuestionario, tomamos muestra de pelo en el niño para ver la concentración de nicotina e instalamos un filtro para medir la concentración de nicotina en el ambiente durante siete días”, explicó la Dra. Verónica Iglesias, académica del programa de Epidemiología de la ESP e investigadora principal del respecto de este proyecto FONIS que arrojó que un alto número de menores está expuesto a esta sustancia.
La mediana de edad de los niños que participaron en el estudio fue de siete años y un 58,7 por ciento de sexo femenino. Los resultados arrojaron que “en las casas donde se permitía fumar al interior de ellas, los niños tenían mayores niveles de nicotina en el pelo, lo que significa una mayor exposición a humo de tabaco ambiental. El hecho de que esté en el pelo, significa que a muy temprana edad el niño está inspirando los mismos contaminantes que las personas que consumen tabaco. El humo de tabaco ambiental está constituido por más de 4.000 sustancias, 40 de ellas son carcinógenos reconocidos en humanos, por lo cual no existen niveles seguros de exposición”.
Iglesias aseveró que “no es suficiente que los padres fumen en el balcón o afuera de la casa, porque el humo ingresa igual. Se aprecia una diferencia marcada de nicotina en el ambiente del hogar entre los papás que no permiten fumar ni adentro ni afuera versus los que fumaban adentro y afuera y los que fumaban sólo afuera. Por tanto, es importante derribar mitos y educar a la población, que sepan que no es suficiente abrir la ventana y fumar afuera. Los niños de igual manera están expuestos a los efectos del tabaco como fumadores pasivos”.
¿En qué se pueden traducir estos efectos? La doctora Iglesias explicó que “en los niños que participaron en nuestro estudio se observó una mayor frecuencia de síntomas agudos como sensación de falta el aire, tos durante el día y la noche, sibilancias. También se asoció significativamente con autoreporte de diagnóstico de asma”.
Por ello, “considerando que el hogar es la principal fuente de exposición en los niños, que éstos se exponen de manera involuntaria y que existe evidencia suficiente en humanos que relaciona el HTA con cáncer y otras enfermedades agudas y crónicas, el llamado es a sensibilizar a los padres a través de campañas informativas respecto a los riesgos de la exposición a HTA propiciando la adopción de estrategias preventivas como los hogares libres de humo de tabaco”, aseguró la docente.
Quienes trabajaron en este proyecto son Verónica Iglesias, como investigadora principal; Soledad Burgos, María Teresa Valenzuela, Marcia Erazo y Helia Silva, académicas ESP; los estudiantes del magíster en Salud Pública Pía Muñoz, Stephanie Mesías, María Paz Ross, Claudia Aguirre, Carla Uribe; Andrea Droppelmann, del Instituto de Salud Pública; y Ana Navas, de la Universidad Jonhs Hopkins.