La tuberculosis bovina es una enfermedad zoonótica, provocada por la infección de la bacteria Mycobacterium bovis, que se caracteriza fundamentalmente por generar tos persistente y debilitamiento progresivo de los animales enfermos. Al no existir tratamiento en los animales, hay una alta probabilidad que estos mueran o bien que sus tejidos sean decomisados en los mataderos.
En la zona central de Chile y particularmente en la Región Metropolitana, hay predios con altas prevalencias de tuberculosis. Esto implica un gran impacto económico para los productores, ya que un predio positivo accederá a un menor valor de comercialización de sus animales y de los productos de ese plantel, como la leche. En definitiva, las empresas lecheras le pagan menos pesos por litro de leche a los planteles que tienen vacas con tuberculosis. Además, están las pérdidas por decomisos en los mataderos cuando se encuentran lesiones en los órganos de los animales.
Es por ello que en el Laboratorio de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, ejecuta un proyecto colaborativo con el SAG, cuyo propósito es evaluar la prevención de la tuberculosis con la cepa BCG (bacilo de Calmette-Guérin), que corresponde a la misma vacuna utilizada actualmente en las personas.
“Es primera vez que se evalúa la vacunación del ganado contra la tuberculosis en Chile. En otros países se ha investigado, aunque en ninguno de ellos un servicio veterinario oficial ha permitido la vacunación de los bovinos, porque complica el diagnóstico. Es decir si tu vacunas, posteriormente no tienes cómo diferenciar si el animal está infectado o vacunado. La respuesta inmune que se detecta no la discrimina, por ese motivo ningún país todavía permite la aplicación de la vacuna. Acá lo vamos a realizar porque junto con la vacuna estamos evaluando una nueva prueba de diagnóstico y esta prueba permitiría discriminar si el animal está vacunado o infectado”, explicó el director del proyecto, Patricio Retamal.
El proyecto tiene una duración de 4 años, y se comenzó el proceso de vacunación en planteles de alta prevalencia de la Región Metropolitana en el mes de diciembre de 2016. La implementación del nuevo método de diagnóstico permitirá evaluar la evolución de la enfermedad en los planteles durante los próximos años.
Con esta iniciativa, se espera que entre un 50 a 60 por ciento de los animales queden con inmunidad protectiva, y con esto se espera mejorar los indicadores sanitarios, considerando que la vacuna será una herramienta complementaria a todos los esfuerzos que ya realizan los productores y el SAG.
La tuberculosis bovina en nuestro país
Las prevalencias de la tuberculosos bovina a nivel nacional no es homogenea, motivo por el cual existen cuatro áras epidemiológicas. La primera se sitúa ente las regiones de Arica-Parinacota y Coquimbo -donde se encuentra sólo el uno por ciento de la masa bovina nacional-, con una presentación esporádica.
La segunda área comprende entre las regiones de Valparaíso y del Bíobío, donde la presentación es endémica, con las prevalencias predial e intra-rebaño más altas del país, donde justamente se encuentra cerca del 27 por ciento de la masa bovina nacional.
Entre las regiones de la Araucanía y Los Lagos -hasta Puerto Montt-, se encuentra la tercera área, donde la prevalencia predial e intra-rebaño es baja. Esta área representa cerca del 63 por ciento de la masa bovina nacional.
Finalmente, la cuarta área se extiende desde Puerto Montt a Magallanes. Aquí la presentación es esporádica, existiendo incluso áreas sin infección. Esta área representa el 9 por ciento de la masa bovina nacional.
Los predios libres de tuberculosis son certificados por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), mediante el Programa Nacional de Control y Erradicación. Frente a esta política, muchos predios están implementando medidas de diagnóstico y eliminación de animales positivos para evitar las repercusiones económicas de la enfermedad.