“La globalización de la comunicación y el conocimiento imponen determinadas competencias a todo futuro profesional, sea cual sea su especialidad”, señala el doctor Carles Monereo, quien puntualiza que “la capacidad de buscar y seleccionar información para convertirla en conocimiento funcional; de resolver los problemas prototípicos y emergentes de su profesión; de planificar y autorregular la propia conducta, adoptando decisiones estratégicas; de actualizarse de forma permanente y de trabajar en equipo, son quizás las competencias más preeminentes. A ello debe añadirse la adquisición de un conjunto de conocimientos específicos que garanticen un perfil curricular, personal y singular, con el fin de responder a demandas laborales y sociales específicas”.
Para enfrentar los retos de este escenario, resalta el académico, “el docente universitario debe también adquirir nuevas competencias. Frente a una identidad eminentemente académica e investigadora, es preciso que construya una (nueva) identidad docente, capaz de dar una respuesta integral, y no sólo local, a esta situación cambiante”. En este sentido, agrega que de acuerdo a la experiencia investigativa del equipo que lidera, “no basta con aprender algún nuevo método de enseñanza o una nueva manera de evaluar, el cambio debe ser profundo, global, para que sea permanente y eficaz”.
La construcción de esta nueva identidad docente, dice Monereo, “supone posicionarse de un modo distinto al tradicional cuando se enseña, cuando se evalúa, cuando se gestionan las normas de clase, cuando se gestionan los contenidos de la disciplina, cuando se apoya al estudiante en sus problemas académicos y cuando se comparte y coordina con el propio equipo docente ”.
Respecto a la evolución de esta identidad, el investigador indica que “en gran medida somos los problemas que afrontamos, y en términos generales, el profesorado universitario aún no ha tenido que afrontar muchos de los problemas que sí está confrontando el profesorado de otros niveles educativos”. En la enseñanza superior, manifiesta, “se mantienen formas de enseñar basadas en la erudición, la memorización y la reproducción (...) el inmovilismo sigue imperando en las aulas de la mayoría de centros de enseñanza superior y no es extraño que las principales innovaciones que se han ido incorporando, supongan básicamente un apoyo a las clases magistrales: libros electrónicos, que son libros; pizarras digitales, que son pizarras o los PDF en las plataformas digitales, que son textos; etc.”.
Finalizando la conversación que adelanta brevemente algunos temas que se profundizarán en la Semana de la Docencia, el académico del Departamento de Psicología de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), menciona que quienes debieran gestionar estos cambios, muchas veces son poco receptivos o abiertamente combativos hacia ellos, lo que sumado a la “minusvaloración de la docencia frente a una ‘investigación de calidad’ no está ayudando y ha aumentado la creencia de que para lograr una buena carrera académica lo importante es publicar en determinadas revistas, convirtiendo a la docencia, en muchos casos, en una molestia necesaria”.
Dr. Carles Monereo en la Semana de la Docencia de Pregrado
El también codirector de la revista Infancia & Aprendizaje, indexada en el JCR; coordinador del Seminario Interuniversitario de Investigación en Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje (SINTE) y coordinador general del Doctorado Interuniversitario en Psicología de la Educación de la UAB, abrirá la Semana de la Docencia el lunes 24 de julio, con la charla Desafíos de la docencia en Educación Superior.
Además, participará del panel Cambian los estudiantes ¿se transforma el aula? del martes 25 de julio y estará a cargo de la charla Evaluación del aprendizaje en la formación basada en competencias del miércoles 26 de julio.
Estas son todas actividades gratuitas y de acceso al público general, previa inscripción.