Con la presencia de expertos nacionales y extranjeros, además de académicos de la Universidad de Chile con experiencia en investigación de la propia práctica, la jornada se caracterizó por el intercambio de conocimientos, evidencias, preguntas y vivencias que en palabras de la invitada especial de la Universidad Murcia, Dra. Fuensanta Hernández, evidenció “pasión por la enseñanza y preocupación por la docencia y el aprendizaje de los alumnos”.
El saber y el sabor como competencias fundamentales
“Cuando hice mi carrera de pedagogía me dijeron bueno, ya sabes Fuensanta que lo que aprendas aquí te va a servir para toda la vida y cuál fue mi sorpresa que cuando salí de las aulas no me servía nada de lo que había estudiado allí, por lo cual tuve que ponerme a estudiar”, dijo la Dra. Hernández en su conferencia plenaria, refiriéndose a la necesidad de aprender durante toda la vida y de enseñar a aprender para el futuro. Hoy se debe enseñar a “aprender a buscar la información, a crear nueva información, a trabajarla, a transformarla; y sobre todo, que ayude a transformarte a ti mismo”, subrayó la docente.
“Cómo aprenden los alumnos y cómo enseñamos los profesores es el factor de mayor calidad de una institución”, indicó la catedrática, quien resaltó que “la forma en que nuestros alumnos aprenden, depende del contenido de las materias que enseñamos, de las demandas del contexto y de la conciencia que los alumnos toman acerca de las exigencias que los profesores hacemos. Un alumno puede llegar con un enfoque profundo a una asignatura y si el profesor le demanda acciones superficiales de memorización, no se preocupen que su intención de ser profundos la dejarán aparte y se adaptarán”. En este sentido, la evaluación es muy importante, ya que “el modo más rápido de cambiar lo que los estudiantes aprenden es cambiando los métodos de evaluación que practicamos los profesores”.
En un estudio que se hizo a estudiantes preguntándoles qué recordaban de sus buenos profesores, expresó la profesora española, “la gran mayoría lo que recordaban eran las competencias personales, en segundo lugar la metodológicas y muy pocos, las competencias técnicas”. Así, las competencias que debe tener un buen docente, “las sintetizaría en dos: el saber y el sabor. Eso que dejamos en nuestros alumnos, qué sabor hemos dejado en ellos”.
Investigación en docencia como aporte al aseguramiento de la calidad
Alejandro Sotomayor, jefe del Departamento de Agencias y Pregrado de la CNA y quien abrió la primera mesa temática del seminario, enfatizó en que la investigación en docencia universitaria es parte fundamental del quehacer docente y una oportunidad para mejorar el sistema de aseguramiento de la calidad. “Siempre es necesario que alguien haga la pregunta incómoda (...) ¿cuánto contribuye realmente esto que todos creemos que es un aspecto de calidad en los aprendizajes de los estudiantes? Es necesario identificar cómo los distintos atributos de calidad se relacionan entre ellos. Es probable que algunos sean más dinamizadores que el resto y en los cuales deberíamos poner una atención preferente (...) hay muchos temas pendientes por investigar y pocas evidencias sobre los atributos de la calidad”, puntualizó Sotomayor, quien invitó a los académicos y académicas a colaborar en la investigación sobre estos temas.
En la misma línea, Cecilia Dooner, secretaria ejecutiva de la Unidad de Autoevaluación, Acreditación y Calidad de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, señaló que los estudios existentes sobre los impactos en la calidad de la formación de los procesos de autoevaluación son escasos y aún no concluyentes, por lo que investigar sobre docencia universitaria, “que es el corazón de lo que hacemos como universidad”, es fundamental para el mejoramiento continuo. Sorteando los desafíos para medir, acceder y enfocar lo que se hace en docencia universitaria, la invitación de Dooner fue a “abrir el espacio de la clase para conocer realmente la práctica docente, ver cómo es, cómo se puede mejorar y generar a partir de ello conocimiento que sirva a todo el sistema”.
Desde la práctica, los académicos María Cecilia Bravo, directora de la Escuela de Pregrado del Instituto de la Comunicación e Imagen, y Óscar Jerez, investigador adjunto del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) y director del Centro de Enseñanza y Aprendizaje de la Facultad de Economía y Negocios (CEA), compartieron sus experiencias en torno al aporte de la investigación en docencia universitaria a la calidad de los procesos formativos. “Investigar en docencia sobre la práctica es clave para proyectar la calidad de las instituciones y debería ser parte de la disciplina y práctica de una universidad. Investigar sobre la propia práctica es apuntar al corazón de la cultura de la calidad. Un buen docente se pregunta e indaga sobre los efectos de su docencia de manera permanente”, concluyó Jerez.
Finalizando la jornada que se desarrolló durante todo el día e incluyó la exposición de experiencias de investigación de la propia práctica de las académicas e investigadoras de la Universidad de Chile, Alicia Bobadilla, Silvana Castillo, Verónica Pizarro, Andrea Valdivia y Leslier Valenzuela, la directora del Departamento de Pregrado, Leonor Armanet, se comprometió a seguir generando y manteniendo espacios permanentes de encuentro para dialogar y compartir nuevas prácticas.