Germán Quintana, estudió Ingeniería Civil Eléctrica en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y presidió el Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI). Posteriormente, el año 1986, asumió la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), logrando uno de los triunfos más importantes del movimiento estudiantil de esos años: la caída del rector designado durante la intervención militar, José Luis Federici.
Ocupó diversos cargos dentro del servicio público desde 1988, cuando organizó el sistema de cómputos del plebiscito de ese año y posteriormente pasó a formar parte de la división informática del ministerio del Interior. Posteriormente asumió distintos desafíos hasta el año 2000 cuando el expresidente Ricardo Lagos lo nombró como representante de Chile en el directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington.
Con 17 años desempeñándose en el BID, vuelve a la Casa Central de la Universidad de Chile para recordar las principales anécdotas que marcaron su vida universitaria, sus primeros pasos laborales con los que puso su conocimiento al servicio del país y la visión que tiene de Chile mientras trabaja en Estados Unidos ocupando un importante cargo en una de las organizaciones financieras más importantes del mundo.
"Yo tengo dos carreras en la universidad. Aquí estudié formalmente, soy ingeniero civil electricista y tengo una segunda como dirigente estudiantil donde me correspondió defender en distintos ámbitos, lo que yo creo que le valió la pena a la Universidad de Chile en su esencia, como una universidad nacional, plural y de alta calidad académica", comenta Quintana.
¿Qué pasó con tu vida después de la universidad?
La Universidad de Chile siempre fue a mi juicio un espejo representativo del país. No solo en la diversidad social de quienes estudiaban en ella, sino que también de cómo se expresaban las fuerzas políticas que reflejaban la lucha nacional. Entonces si algo pasaba en la U. de Chile, ya sabíamos que algo similar iba a pasar en el país. Tenía un cierto carácter entre premonitorio y representativo.
Yo había egresado de ingeniero. Había logrado sobrevivir, y tenía algunas medallitas de victorias al régimen dictatorial junto a otros compañeros. Pero yo tenía la sensación de que si no me salía de ese círculo político contingente y no me preocupaba de cerrar bien mi parte académica en los años siguientes lo iba a lamentar y no quería vivir de la política, quería tener mi peso específico. Entonces yo después de la FECh me retiré de todo lo público-político, me dediqué a mis temas más bien de ingeniero.
Me tocó organizar junto a otros, el sistema de cómputos del plebiscito del "No" y entonces convocamos a diferentes compañeros de las distintas carreras de ingeniería de la Universidad de Chile, que fueron los que dieron vida a un sistema de cómputos impresionante. Estamos hablando del año 88, la gente no conocía faxs, menos computadores personales y había que luchar contra un régimen que tenía el control absoluto de todo y la labor nuestra con estos estudiantes permitió tener un resultado alternativo que contuviera el intento de autogolpe de Pinochet.
Ocupaste una serie de cargos públicos…
Sí, estaba en eso cuando hubo cambio de gobierno, del presidente Aylwin al presidente Frei Ruiz-Tagle y él me nombra Subsecretario de Obras Públicas, allí trabajé dos años. Después me tocó dos años de Intendente y ahí fue lo más pesado, porque yo había sido dirigente estudiantil y marchábamos por las calles, ahora tenía que regular eso y muchos amigos míos se enojaron porque tenía que hacer ese trabajo y después fui ministro por dos años en el Ministerio de Planificación, donde vi diversos temas, desde juventud, tercera edad, indígenas.
Entonces yo que era un ingeniero eléctrico terminé haciendo cosas muy dispersas, pero aquí recojo algo que me parece relevante. La formación que te da la universidad te permite esa flexibilidad a mi juicio, te permite saltar en temas distintos y rápidamente entenderlos, analizarlos y poder tomar decisiones de una manera razonable.
Desde el año 2006 ya no tengo ninguna relación formal con el Estado Chileno, he desarrollado mi carrera en el exterior de manera bastante exitosa. Hoy soy el chileno más alto del BID, soy el secretario del banco y tengo un trabajo bastante apasionante en donde tengo la ventaja de mirar no solamente a América Latina desde la labor del banco, sino que de los 48 miembros del directorio del banco que son 48 gobiernos, que van desde Asia, Japón, Corea, Estados Unidos, entre otros. Un crisol de países que te permite tener una mirada de todo el globo bastante necesaria.
¿Qué haces en el banco?
Lo que hago es llevar el registro de todos los acuerdos de gobernanza del banco en sus órganos directivos. El banco tiene un Consejo de Gobernadores que son los Ministros de Finanzas de estos 48 estados, quienes deliberan en torno a la labor del banco a qué tipo de préstamos darle a los países de América Latina y el Caribe y otras decisiones más. Además soy el encargado de todo el proceso de negociaciones con los distintos gobiernos y del ingreso de nuevos miembros a la institución. Un trabajo muy interesante.
¿Pensaste que ibas a llegar a ocupar un cargo dentro del BID?
Yo cuando era estudiante no tenía en la cabeza hacer un magíster. Creo que hoy día cualquier persona que entra a estudiar, casi el pregrado es como el salto para el magíster. Y era así porque como estábamos con un régimen dictatorial en el fondo vivíamos el día a día. Ya cuando termina la dictadura es cuando realicé un postgrado en Estados Unidos, entonces yo diría que voy construyendo en la medida en que avanza mi carrera, pero no estaba en mis planes llegar al BID. Aunque insisto, la formación que me dio mi carrera hizo que yo cometa cualquier carrera con mucha seguridad y con la capacidad de organizar equipos que hagan trabajos de altísima calidad.
¿Te sientes un hijo de Bello?
Mi alma máter es la Universidad de Chile. Yo soy de la educación pública, estudié en un liceo público, en universidad pública. La U. de Chile para mí es una de las mejores universidades de Chile, sino la mejor, y sobre todo en mi campo que es la ingeniería. Y luzco con orgullo la insignia de la Universidad de Chile, cada vez que puedo colaborar con mi participación en instancias institucionales lo hago, y lo voy a seguir haciendo.
¿Qué es para ti la Universidad de Chile?
La única cosa que no me gusta de la Universidad de Chile es que todos sus campus están desperdigados por la ciudad, entonces no hay un campus central que permita la interacción de distintas carreras. Para mí la U. de Chile es mi vida, la Faculta de Ingeniería es una comunidad, profesores y estudiantes tienen una comunión de intereses y buscan la excelencia, buscan ser activos en muchos ámbitos. En ingeniería estudié historia de Chile, historia del arte, historia universal y no solamente números.
Cada vez que vuelvo, me reconozco, aunque los estudiantes sean distintos, aunque las conversaciones son distintas, aunque tenga una infraestructura que hubiese querido yo cuando estudié, entonces creo que eso no se pierde. Yo solo espero que la Universidad de Chile ojalá sea líder en pensar los temas que vienen e impactan fuertemente en el país.